Sallie Mae se venderá por alrededor de US$ 25.000 millones

La prestamista estudiantil será tomada por JC Flowers & Co., Fleischer & Löwe, JP Morgan Chase y Bank of America. El trato privatiza a la líder en el segmento (su nombre oficial es SLM Corporation) y esto genera inquietud legislativa.

16 abril, 2007

Los dos fondos de capital privado, expertos en compras apalancadas, se quedan con mayoría simple del paquete (50,2%). Según el acuerdo, ambos bancos (49,8%) aportarán a SLM hasta US$ 200.000 millones como respaldo financiero. Eso garantirá que la compañía siga otorgando préstamos a bajo interés, aun si encuentra obstáculos para conseguir capitales frescos. (algo que los fondos privados no proveen).

Loa adquirentes abonarán a razón de US$ 60 por título en efectivo. Eso implica 50% de prima sobre la cotización antes de saberse, la semana pasada, que existían interesados en comprar la firma. Desde entonces, la acción recobró casi 15%. Para Sallie Mae, que cubre 27% de préstamos universitarios en Estados Unidos, este acuerdo en una tabla de salvación: su modelo de gestión venía siendo atacado en varios frentes y la incertidumbre había hecho ceder más de 20% su cotización en los últimos doce meses (hasta el viernes 6).

Esta operación trasunta –sostienen los optimistas- la creciente tendencia de los fondos privados a meterse en segmentos muy regulados, en pos de negocios. Hace algunas semanas, por ejemplo, TXY (la mayor eléctrica de Tejas) fue objeto de la compra apalancada más grandes en la corta historia del método: US$ 45.000 millones. Ahora, Dow Chemical podía seguir ese camino y marcar 50.000 millones.

Pero el caso TXU afronta duras pruebas y deberá mostrar hasta qué punto los fondos especulativos y sus socios pueden moverse en contextos estrechamente supervisados. A su vez, la compra de SLM llama la atención de legisladores y grupos que defienden el interés público. Hay en el asunto otra dimensión: la enseñanza terciaria en EE.UU es costosa pero, por lo visto, precisa firmas como SLM para que los estudiantes financien sus carreras. Obviamente el modelo europeo parece más flexible.

Sallie Mae es tanto prestamista como cobradora de deudas y saca utilidades por ambos lados. En 2006, ganó US$ 1.200 millones y generó tanto efectivo que ahora tienta a fondos privados y bancos. Aun así, Wall Street teme que sea mala candidata para emitir deuda nueva –recurso típico de de las compras apalancadas-, pues su negocio se apoya en intereses exiguos y el uso de derivados para atenuar exposición a vaivenes de mercado. En síntesis, una bomba de tiempo.

Al presente, SLM tiene en libros US$ 142.000 millones en préstamos. Si bien 85% cuenta con garantía federal, la compañía –una vez vendida- podría pasar a franjas con intereses y crecimiento mayores. Por supuesto, sin garantía del gobierno y no relacionada con necesidades estudiantiles.

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Los dos fondos de capital privado, expertos en compras apalancadas, se quedan con mayoría simple del paquete (50,2%). Según el acuerdo, ambos bancos (49,8%) aportarán a SLM hasta US$ 200.000 millones como respaldo financiero. Eso garantirá que la compañía siga otorgando préstamos a bajo interés, aun si encuentra obstáculos para conseguir capitales frescos. (algo que los fondos privados no proveen).

Loa adquirentes abonarán a razón de US$ 60 por título en efectivo. Eso implica 50% de prima sobre la cotización antes de saberse, la semana pasada, que existían interesados en comprar la firma. Desde entonces, la acción recobró casi 15%. Para Sallie Mae, que cubre 27% de préstamos universitarios en Estados Unidos, este acuerdo en una tabla de salvación: su modelo de gestión venía siendo atacado en varios frentes y la incertidumbre había hecho ceder más de 20% su cotización en los últimos doce meses (hasta el viernes 6).

Esta operación trasunta –sostienen los optimistas- la creciente tendencia de los fondos privados a meterse en segmentos muy regulados, en pos de negocios. Hace algunas semanas, por ejemplo, TXY (la mayor eléctrica de Tejas) fue objeto de la compra apalancada más grandes en la corta historia del método: US$ 45.000 millones. Ahora, Dow Chemical podía seguir ese camino y marcar 50.000 millones.

Pero el caso TXU afronta duras pruebas y deberá mostrar hasta qué punto los fondos especulativos y sus socios pueden moverse en contextos estrechamente supervisados. A su vez, la compra de SLM llama la atención de legisladores y grupos que defienden el interés público. Hay en el asunto otra dimensión: la enseñanza terciaria en EE.UU es costosa pero, por lo visto, precisa firmas como SLM para que los estudiantes financien sus carreras. Obviamente el modelo europeo parece más flexible.

Sallie Mae es tanto prestamista como cobradora de deudas y saca utilidades por ambos lados. En 2006, ganó US$ 1.200 millones y generó tanto efectivo que ahora tienta a fondos privados y bancos. Aun así, Wall Street teme que sea mala candidata para emitir deuda nueva –recurso típico de de las compras apalancadas-, pues su negocio se apoya en intereses exiguos y el uso de derivados para atenuar exposición a vaivenes de mercado. En síntesis, una bomba de tiempo.

Al presente, SLM tiene en libros US$ 142.000 millones en préstamos. Si bien 85% cuenta con garantía federal, la compañía –una vez vendida- podría pasar a franjas con intereses y crecimiento mayores. Por supuesto, sin garantía del gobierno y no relacionada con necesidades estudiantiles.

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