Rusia no bloquea a Yukos, pero igual el crudo saltó a US$ 43,72

Moscú dejó sin efecto una orden judicial del martes que congelaba cierto activos y bloqueaba entregas de petróleo. Si la hubiese acatado, estaría ya en cese de actividades. Igual, el crudo volvió a marcar récords, por desconfianza.

30 julio, 2004

Con el pretexto de “aclarar aspectos de un exhorto”, el ministerio de Justicial –no los fiscales que lo firmaban- autorizó a continuar operaciones. De todas maneras, Yukos no las había interrumpido. Mientras tanto, bienes y otros activos fijos siguen congelados y la compañía afronta unos US$ 3.400 millones en atrasos impositivos.

“Yukos no debe cesar de extraer, refinar ni exportar petróleo”, señala el gobierno. Justamente el bloqueo había empujado los crudos a máximos desde 1983: US$ 42,90 el tejano, 39,50 el Brent nórdico. Lo curioso es que la negativa de la firma a acatar la orden y la “aclaración” posterior hayan tenido escaso efecto en los precios a 30/45 días.

No obstante, los arbitrajes del viernes demostraron que los operadores desconfían y temen un colapso en el abastecimiento: el WTO saltó a US$ 43,72 en Nueva York y el Brent a casi 40 en Londres. Vale decir, nuevos máximos nominales.

Por supuesto, el problema clave es que, antes de promediar agosto, la cuarta petrolera del mundo se quedará sin efectivo y caerá en insolvencia. De momento, la justicia no trabará tampoco a las subsidiarias Yuganskñeftyegas, Samarañeftyegas y Tomskñeft. Pero se sabe que los fiscales planean confiscar y vender la primera, la mayor filial del grupo.

En lo tocante a crudos, Yukos bombea 1.600.000 barriles diarios. Esto equivale a poco más de 2% del abastecimiento mundial. A su vez, Yugankñeftyegas representa 60% de la producción del grupo. Sea como fuere, el mercado está inquieto porque, como dicen algunos analistas, “a falta de un contrapeso político a las presiones del gobierno, nadie sabe cuál será el futuro de Yukos y sus componentes”.

Con el pretexto de “aclarar aspectos de un exhorto”, el ministerio de Justicial –no los fiscales que lo firmaban- autorizó a continuar operaciones. De todas maneras, Yukos no las había interrumpido. Mientras tanto, bienes y otros activos fijos siguen congelados y la compañía afronta unos US$ 3.400 millones en atrasos impositivos.

“Yukos no debe cesar de extraer, refinar ni exportar petróleo”, señala el gobierno. Justamente el bloqueo había empujado los crudos a máximos desde 1983: US$ 42,90 el tejano, 39,50 el Brent nórdico. Lo curioso es que la negativa de la firma a acatar la orden y la “aclaración” posterior hayan tenido escaso efecto en los precios a 30/45 días.

No obstante, los arbitrajes del viernes demostraron que los operadores desconfían y temen un colapso en el abastecimiento: el WTO saltó a US$ 43,72 en Nueva York y el Brent a casi 40 en Londres. Vale decir, nuevos máximos nominales.

Por supuesto, el problema clave es que, antes de promediar agosto, la cuarta petrolera del mundo se quedará sin efectivo y caerá en insolvencia. De momento, la justicia no trabará tampoco a las subsidiarias Yuganskñeftyegas, Samarañeftyegas y Tomskñeft. Pero se sabe que los fiscales planean confiscar y vender la primera, la mayor filial del grupo.

En lo tocante a crudos, Yukos bombea 1.600.000 barriles diarios. Esto equivale a poco más de 2% del abastecimiento mundial. A su vez, Yugankñeftyegas representa 60% de la producción del grupo. Sea como fuere, el mercado está inquieto porque, como dicen algunos analistas, “a falta de un contrapeso político a las presiones del gobierno, nadie sabe cuál será el futuro de Yukos y sus componentes”.

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