Restrictivo impulso del gasto público

Ya no son inocuas para el Tesoro las fuertes inyecciones de gasto. Si bien Anses y otras entidades lo asisten, el principal financista -tanto en dólares como en pesos- es el BCRA, lo cual presiona sobre la cantidad de pesos en circulación, con correlatos en precios y tipo de cambio. 

15 julio, 2013

La estrategia que está llevando a cabo es moderar el gasto a comienzos de año -lo que ya ocurrió- acelerar el ritmo de expansión en los meses preelecciones -está actualmente ocurriendo- y volver a morigerarlo hacia fines de año -esperamos que ocurra-, señala el informe semanal de Ecolatina.
El punto de partida de cara a 2014 es muy complejo. En primer lugar, el déficit primario -antes del pago de intereses- del sector público Nacional se ubicaría en torno de 1% del PBI en 2013. 
En segundo lugar, de no mediar una nueva modificación del límite legal de adelantos transitorios, esta herramienta no podrá contribuir a cubrir el rojo del Tesoro como lo hizo en los últimos años.
Como en 2014, el Ejecutivo deberá usar parte de los nuevos adelantos transitorios extraordinarios para cancelar los usos anteriores en vez de cubrir gastos, el financiamiento neto vía AT alcanzaría, bajo supuestos razonables, 1,8% del PBI ($ 60.000 millones).
Si a esto se le suma que por los recientes datos de actividad publicados por el Indec las chances de un nuevo pago del cupón del PBI en 2014 g”nan probabilidad, se deberán desembolsar US$ 3.000 millones adicionales en el que parecía ser un año “tranquilo” en términos de vencimientos. 
Lo que en el fondo preocupa, advierte Ecolatina, es que con una presión tributaria récord y el financiamiento interno agotándose, el margen de maniobra para corregir las cuentas públicas sin ajustes bruscos se va reduciendo. 
Por suerte, ante este panorama poco alentador recuerda el reporte que 2014 no es un año electoral, por lo que en principio las presiones sobre el gasto tenderían a ser menores que en 2013.
Entre gasto y emisión

La tensión entre aumentar el gasto y contener la emisión será una constante a lo largo del corriente año. Tras la moderación inicial, se está registrando una aceleración de las erogaciones que volvería a frenarse hacia fines de año.
Si bien el Gobierno podría, como en 2012, ampliar el margen de Adelantos Transitorios (AT), esto redundaría en mayores presiones cambiarias/inflacionarias. Por tal motivo, la estrategia que está llevando a cabo es moderar el gasto a comienzos de año -lo que ya ocurrió- acelerar el ritmo de expansión en los meses pre-elecciones -está actualmente ocurriendo- y volver a morigerarlo hacia fines de año -esperamos que ocurra-.
Al igual que en años electorales anteriores, el Ejecutivo realizará una inyección adicional de gasto para apuntalar el consumo de cara a los comicios. 
No obstante, a diferencia del pasado, la forma e intensidad del estímulo fiscal enfrenta limitantes provenientes del frente inflacionario y cambiario, ya que deberá ser financiada principalmente con emisión.
La tensión entre aumentar el gasto y contener la emisión será una constante a lo largo del corriente año. Tras la moderación inicial, se está registrando una aceleración de las erogaciones que volvería a frenarse hacia fines de año.
Ya no es inocuo para el Tesoro realizar fuertes inyecciones de gasto: en 2009 perdió el superávit financiero y en 2012 el resultado primario fue deficitario. 
Más aún, producto del aislamiento de los mercados de capitales, el financiamiento intraSector Público fue ganando participación. 
El Ejecutivo seguirá utilizando a la emisión para impulsar el gasto, pero no podrá acelerar el ritmo de las erogaciones durante todo el año, como sí ocurrió en 2007 (+48% i.a.). 
De hecho, el actual margen de Adelantos Transitorios (AT) alcanza para que el gasto crezca hasta 33% i.a. en todo 2013.
Esta estrategia replicaría la de 2011, cuando el Gobierno luchó por no mostrar rojo primario: el gasto trepó +34% i.a. en enero-julio, +40% i.a. en agosto-octubre y un brusco freno (+19% i.a.) en noviembre-diciembre. 
La primera parte de la estrategia se vio en los primeros meses del año. En enero-marzo las erogaciones primarias -de caja- aumentaron 27,9% i.a. (vs. 29% anual en 2012). 
Además, buena parte de los gastos obedecieron a la reducción de deuda flotante: en el ámbito de la Administración Nacional (un universo más reducido que el sector público) los pagos en base caja superaron a los devengados en $ 14.000 M.
Las señales de mayor ortodoxia fiscal se vieron con el postergado aumento del mínimo no imponible del Impuesto a las Ganancias que, luego de dos años sin ajustes, subió sólo 20% (el mismo incremento que en 2011). 
Por su parte, aunque los subsidios se aceleraron a comienzos de año (+43% i.a. entre enero y marzo) producto del salto en los giros al sector energético (+59% i.a.), partidas como transporte (+13% i.a.) fueron fuertemente recortadas luego de años de crecimiento sostenido (+44% promedio anual en el período 2008-2012).
En última instancia, es la moderación inicial lo que permitirá al Ejecutivo hacer “lugar” para la inyección preelectoral. Los primeros indicios de esta aceleración se vieron en abril (el gasto  primario creció  +37% i.a.) y mayo (se solicitaron $ 2.500 M de Adelantos Transitorios por primera vez en el año). 
Pero el puntapié inicial de gasto se dio con el incremento en la Asignación Universal por Hijo (+36%). El resultado fiscal de ese mes no habría sido favorable ya que se solicitaron $ 14.500 M de AT y $ 3.000 M de utilidades. La inyección de  gasto destinado a apuntalar el consumo daría un nuevo salto en julio, cuando se materialice el resto de las subas en las 
Asignaciones Familiares
El paso siguiente en este sentido será la suba de jubilaciones en septiembre: con un ajuste de entre 15% y el 17% se volcarían $14.000 millones adicionales.
Finalmente,  como en todo año electoral, habrá mayores incrementos en el gasto en obras públicas y de capital. 
De todas maneras, creemos que en esta oportunidad los giros destinados directamente a los municipios tendrán una mayor incidencia relativa.
En suma, todos estos impulsos redundarán en un gasto en torno del 40% i.a. entre los meses de agosto y octubre (contra una expansión promedio del 33% para el año).
En la tercera y última etapa (poselecciones) prevemos un importante freno en las erogaciones, tal como cual ocurrió en 2011. De esta forma, este año el gasto crecería en línea con la performance de 2011 (+33% i.a.), 4 puntos porcentuales por encima de 2012.
En conclusión, esta combinación entre “ortodoxia” y “heterodoxia” le permitirá al Ejecutivo “cerrar” el año electoral con un leve empeoramiento del déficit primario (1% del PBI) consumiendo la totalidad del margen de AT vigente.
Mayores restricciones fiscales en el horizonte
 
Como vimos, 2013 será un nuevo año de deterioro fiscal. Pese a que no habrá desborde en el gasto público Nacional gracias a la secuencia ortodoxia-heterodoxia-ortodoxia (+33% anual), igualmente se hará pleno uso de los AT (originales y extraordinarios). 
En un marco de creciente dependencia del financiamiento intra-sector público, se generan dudas acerca del futuro. 
De hecho, las perspectivas para 2014 lucen muy complejas. 
En primer lugar, esperamos que el déficit primario -antes del pago de intereses- del sector público Nacional se ubique en torno de 1% del PBI en 2013, lo que implica un punto de partida más bajo respecto del año pasado (-0,2% del PBI en 2012).
En segundo lugar, de no mediar una  nueva modificación del límite legal de AT, el año que viene esta herramienta no podrá contribuir a cubrir el rojo del Tesoro como lo hizo en los últimos años: en 2012-2013 los AT aportaron financiamiento neto por 2,6% del PBI por año.
En teoría en 2014 el Ejecutivo deberá cancelar los AT extraordinarios solicitados en 2012-2013 ($ 71.000 M). Dado que es poco probable que el Tesoro se desendeude con el BCRA, en escenario de máxima se renovarán los AT extraordinarios.
Es por eso que el financiamiento neto con AT alcanzaría, bajo supuestos razonables, 1,8% del PBI en 2014 ($ 60.000 millones), por debajo del uso que se hizo de esta herramienta en 2012-2013. Además, volver a ampliar el margen conllevaría mayores riesgos por el lado inflacionario-cambiario anteriormente mencionados.
Uso Neto de Adelantos Transitorios
2011 20.950 1,1%
2012 60.600 2,8%
2013 64.870 2,4%
2014* 60.000 1,8%
* Ingresos: +30%. Base Monetaria: +35%
Fuente: Ecolatina en base BCRA y a estimaciones propias
En millones de $ % del PBI
Si a esto se le suma que por los recientes datos de actividad publicados por el Indec (el EMAE acumula +4,1% i.a. en los primeros cuatros meses) las chances de un nuevo pago del cupón del PBI en 2014 ganan probabilidad, se deberán desembolsar US$ 3.000 millones adicionales en el que parecía ser un año “tranquilo†en términos de vencimientos.
Lo que en el fondo preocupa es que con una presión tributaria récord y el financiamiento interno agotándose, el margen de maniobra para corregir las cuentas públicas sin ajustes bruscos se va reduciendo. Por suerte, hay que recordar que 2014 no es un año electoral, por lo que en principio las presiones sobre el gasto serían menores a las de este año.
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