Reserva Federal: la tachan de inacción y desinterés regulatorio

Tras una desvaída reunión en Jackson Hole, el emisor norteamericano sigue sin reaccionar ante la crisis inmobiliaria y la iliquidez financiera. Ambas en proceso de globalizarse, lo cual no excluye futuras burbujas como laa de Wall Street.

5 septiembre, 2007

Otmar Issing, ex analista del Banco central europeo, y Stanley Fischer (banco de Israel) estaba entre los expositores más interesantes de la tenida en Wyoming. Los dos criticaron la “falta de acción” exhibida por la RF. En tomo opuesto, Frederick Mishkin (del emisor) sostuvo que sólo cabe responder a efectos en las cotizaciones de activos y en relación con el crecimiento y la inflación.

En síntesis, Mishkin se aferraba a una concepción pasiva sobre el papel que les compete a los bancos centrales. “La postura según la cual –objetó Issing- crisis como las actuales no son problema de los entes emisores ya carece de sustento. Las tendencias están cambiando en la materia”.

Por su parte, un análisis que circulaba entre académicos aplazaba con un 3 a la RF por su manejo de la crisis hipotecaria. “El banco central –señala el documento- no hizo nada para amortiguar o modificar normas que promovieron durante tres años un auge de créditos a malos deudores, que ha levado a la actual situación”.

“Al rebajar tasas hasta un mínimo de 45 años en 2003 (apenas 1% anual), se inflaron los precios de bienes raíces”, recordaba Edward Leamer, otro expositor. Ahora, “el violento desinfle inmobiliario, el peor desde 1991, y la crisis financiera resultante amenazan con cortar seis años de moderada expansión económica”.

Les guste o no, “los bancos centrales deben reaccionar ante burbujas financieras, bursátiles y sectoriales”, insistió Fischer. El moderador de debates, Martin Feldstein (Harvard), pidió réplicas a la gente de la RF. Sólo salió Eric Rosengreen –presidente de la RF Boston- , pero se limito a repetir los dichos de Mishkin. En cuanto a Benjamin Bernanke, bien podía no haber asistido.

Otmar Issing, ex analista del Banco central europeo, y Stanley Fischer (banco de Israel) estaba entre los expositores más interesantes de la tenida en Wyoming. Los dos criticaron la “falta de acción” exhibida por la RF. En tomo opuesto, Frederick Mishkin (del emisor) sostuvo que sólo cabe responder a efectos en las cotizaciones de activos y en relación con el crecimiento y la inflación.

En síntesis, Mishkin se aferraba a una concepción pasiva sobre el papel que les compete a los bancos centrales. “La postura según la cual –objetó Issing- crisis como las actuales no son problema de los entes emisores ya carece de sustento. Las tendencias están cambiando en la materia”.

Por su parte, un análisis que circulaba entre académicos aplazaba con un 3 a la RF por su manejo de la crisis hipotecaria. “El banco central –señala el documento- no hizo nada para amortiguar o modificar normas que promovieron durante tres años un auge de créditos a malos deudores, que ha levado a la actual situación”.

“Al rebajar tasas hasta un mínimo de 45 años en 2003 (apenas 1% anual), se inflaron los precios de bienes raíces”, recordaba Edward Leamer, otro expositor. Ahora, “el violento desinfle inmobiliario, el peor desde 1991, y la crisis financiera resultante amenazan con cortar seis años de moderada expansión económica”.

Les guste o no, “los bancos centrales deben reaccionar ante burbujas financieras, bursátiles y sectoriales”, insistió Fischer. El moderador de debates, Martin Feldstein (Harvard), pidió réplicas a la gente de la RF. Sólo salió Eric Rosengreen –presidente de la RF Boston- , pero se limito a repetir los dichos de Mishkin. En cuanto a Benjamin Bernanke, bien podía no haber asistido.

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