Posponen una baja de tasas en Europa

El BCE es el único banco central importante que aún no aplicó esta medida. De todos modos, los mercados confían en que próximamente se recorte el precio del dinero en la eurozona.

5 abril, 2001

(EFE).- El Banco Central Europeo (BCE) esperará aún para recortar las tasas de interés en la eurozona, según han indicado con diversos grados de claridad varios miembros de su Consejo de Gobierno una semana antes de su próxima reunión.

A pesar del compás de espera que parece haber adoptado la entidad europea, el euro se ha recuperado en los últimos días hasta alcanzar US$ 0,9 porque los mercados están convencidos de que la rebaja del precio del dinero está al caer.

El BCE es el único banco central importante que aún no ha aplicado esta medida, que muchos analistas consideran indispensable para que la economía europea no pierda fuelle este año, después de haber sido revisadas a la baja las perspectivas de crecimiento para la zona euro de 3 a 2,5%, o incluso menos.

El último en hacerlo ha sido hoy el Banco de Inglaterra que bajó las tasas en otro 0,25%, hasta 5,5%, mientras que el BCE los ha mantenido inalterados desde el pasado octubre en 4,75%.

El presidente del Bundesbank alemán, Ernst Welteke, subrayaba el miércoles la necesidad de examinar cuidadosamente el riesgo de presiones inflacionistas derivadas de efectos secundarios, como subas salariales desorbitadas, mientras admitía que el crecimiento de la masa monetaria es acomodaticio para disminuir las tasas.

Por su parte, el presidente del BCE, Wim Duisenberg, comentaba ayer en Berlín que el BCE “observa atentamente si descenderán los riesgos para la estabilidad de los precios”.

Ambos coincidían en la necesidad de analizar si la suba de los precios del petróleo del año pasado repercutirá este año en los salarios y otros sectores como los sueldos.

Por su parte, el gobernador del Banco de España, Jaime Caruana, indicaba que el BCE mantiene una actitud de espera para bajar tasas, dado que no han desaparecido los riesgos inflacionistas.

Este mensaje puede interpretarse como una demora del banco emisor europeo para recortar el precio del dinero, aunque Welteke recordaba que los 18 miembros del consejo de gobierno se reúnen cada 15 días para abordar la política monetaria en Europa, lo que deja espacio para tomar medidas consensuadas.

El BCE ha sido criticado por su estricto seguimiento del mandato del Tratado de Maastricht, que sólo le exige velar por la estabilidad de los precios, pero no por el fomento del crecimiento económico, como en el caso de otros bancos emisores.

Las peticiones para que la entidad europea rebaje los intereses se han oído con más fuerza desde que un buen número de institutos económicos revisara a la baja el crecimiento económico en la eurozona para este año.

Este es el caso de Alemania, la principal economía europea, cuyas pronósticos de crecimiento para 2001 año oscilan entre 2 y 2,5% y cuyos datos de desempleo en marzo han sido decepcionantes al haber aumentado, en contra de lo previsto.

Los sectores más ortodoxos de la economía alemana aconsejan al BCE que desoiga las propuestas y presiones de empresarios e inversores bursátiles perjudicados por el reciente descalabro de los mercados, ante todo de valores tecnológicos, para que relaje su política monetaria con la sola finalidad de incentivar el crecimiento.

El índice de inflación en febrero aún superaba, con 2,6%, el tope de 2% fijado por el BCE, pero las proyecciones para los próximos meses son a la baja, y el crecimiento de la masa monetaria en febrero se colocó a sólo dos décimas del valor recomendado por la entidad de 4,5%.

Estos dos conceptos, en los que se apoya el BCE para formar su política monetaria, trabajan ahora a favor de una baja de tasas y la única cuestión por responder es el momento de su aplicación.

(EFE).- El Banco Central Europeo (BCE) esperará aún para recortar las tasas de interés en la eurozona, según han indicado con diversos grados de claridad varios miembros de su Consejo de Gobierno una semana antes de su próxima reunión.

A pesar del compás de espera que parece haber adoptado la entidad europea, el euro se ha recuperado en los últimos días hasta alcanzar US$ 0,9 porque los mercados están convencidos de que la rebaja del precio del dinero está al caer.

El BCE es el único banco central importante que aún no ha aplicado esta medida, que muchos analistas consideran indispensable para que la economía europea no pierda fuelle este año, después de haber sido revisadas a la baja las perspectivas de crecimiento para la zona euro de 3 a 2,5%, o incluso menos.

El último en hacerlo ha sido hoy el Banco de Inglaterra que bajó las tasas en otro 0,25%, hasta 5,5%, mientras que el BCE los ha mantenido inalterados desde el pasado octubre en 4,75%.

El presidente del Bundesbank alemán, Ernst Welteke, subrayaba el miércoles la necesidad de examinar cuidadosamente el riesgo de presiones inflacionistas derivadas de efectos secundarios, como subas salariales desorbitadas, mientras admitía que el crecimiento de la masa monetaria es acomodaticio para disminuir las tasas.

Por su parte, el presidente del BCE, Wim Duisenberg, comentaba ayer en Berlín que el BCE “observa atentamente si descenderán los riesgos para la estabilidad de los precios”.

Ambos coincidían en la necesidad de analizar si la suba de los precios del petróleo del año pasado repercutirá este año en los salarios y otros sectores como los sueldos.

Por su parte, el gobernador del Banco de España, Jaime Caruana, indicaba que el BCE mantiene una actitud de espera para bajar tasas, dado que no han desaparecido los riesgos inflacionistas.

Este mensaje puede interpretarse como una demora del banco emisor europeo para recortar el precio del dinero, aunque Welteke recordaba que los 18 miembros del consejo de gobierno se reúnen cada 15 días para abordar la política monetaria en Europa, lo que deja espacio para tomar medidas consensuadas.

El BCE ha sido criticado por su estricto seguimiento del mandato del Tratado de Maastricht, que sólo le exige velar por la estabilidad de los precios, pero no por el fomento del crecimiento económico, como en el caso de otros bancos emisores.

Las peticiones para que la entidad europea rebaje los intereses se han oído con más fuerza desde que un buen número de institutos económicos revisara a la baja el crecimiento económico en la eurozona para este año.

Este es el caso de Alemania, la principal economía europea, cuyas pronósticos de crecimiento para 2001 año oscilan entre 2 y 2,5% y cuyos datos de desempleo en marzo han sido decepcionantes al haber aumentado, en contra de lo previsto.

Los sectores más ortodoxos de la economía alemana aconsejan al BCE que desoiga las propuestas y presiones de empresarios e inversores bursátiles perjudicados por el reciente descalabro de los mercados, ante todo de valores tecnológicos, para que relaje su política monetaria con la sola finalidad de incentivar el crecimiento.

El índice de inflación en febrero aún superaba, con 2,6%, el tope de 2% fijado por el BCE, pero las proyecciones para los próximos meses son a la baja, y el crecimiento de la masa monetaria en febrero se colocó a sólo dos décimas del valor recomendado por la entidad de 4,5%.

Estos dos conceptos, en los que se apoya el BCE para formar su política monetaria, trabajan ahora a favor de una baja de tasas y la única cuestión por responder es el momento de su aplicación.

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