¿Por qué México se inclina ahora hacia el Mercosur?

El canciller Luis Derbez Bautista solicitó formalmente a Eduardo Duhalde, presidente de la Comisión del Mercosur, el ingreso de México a la entidad. Justo mientras ésta se acerca a la Unión Europea y el ALCA languidece.

15 abril, 2004

Un breve despacho, llamativamente minimizado en medios rioplatenses, informó que el encuentro tuvo lugar el miércoles 14 en Montevideo. La solicitud señala que México aspira a ser miembro pleno, no meramente asociado (como Chile y Bolivia). Yendo más allá, el ex mandatario argentino imagina que la primera economía latinoamericana –con sus 130 millones de habitantes- “podría integrarse también en lo político”.

Hasta el momento, la única fuente es el propio Duhalde. El alto funcionario anticipó, además, que Vicente Fox participará en la cumbre del bloque, prevista para julio en Buenos Aires.

De confirmarse, el gesto azteca tendrá connotaciones tan amplias como complejas. En primer lugar, México formaría parte de dos bloques distintos y antitéticos: el Mercosur y el Tratado de Libre Comercio para América del Norte (TLCAN), que lo asocia a Estados Unidos y Canadá. En segundo término, frustraría la actual política de Washington: reconvertir Centroamérica y el Caribe en el antiguo “patrio trasero”.

En tercera instancia, la actitud mexicana terminaría de congelar una iniciativa norteamericana, el Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA). No parece casual que, mientras Duhalde conversaba cono Bautista, el nada prolatinoamericano “Wall Street Journal” contrastase el acercamiento UE-Mercosur con el estancamiento de ALCA.

“Un nuevo bloque económico, encabezado por Brasil, de aleja de EE.UU. para acercarse a la Unión Europea”, sostienen los columnistas Scott Miller (Bruselas) y Geraldo Samor (Río de Janeiro). De hecho, anunciaban para esta misma semana un intercambio de notas entre ambas asociaciones. No por casualidad, una quincena antes de que “los quince” se transformen en “los veinticinco”.

Si prosperan ambos canales, un juego de pinzas consignará ALCA al desván y dejará a Chile aislado, como único país sudamericano con “relaciones especiales” con EE.UU. Amén del peso geopolítico y económico de una dupla México-Brasil –sus productos brutos combinados dejarán atrás a India, por ejemplo-, el comercio Mercosur-UE (los 15) representará este año 25% del total para el bloque sudamericano, contra el 24% orientado a EE.UU,

Un breve despacho, llamativamente minimizado en medios rioplatenses, informó que el encuentro tuvo lugar el miércoles 14 en Montevideo. La solicitud señala que México aspira a ser miembro pleno, no meramente asociado (como Chile y Bolivia). Yendo más allá, el ex mandatario argentino imagina que la primera economía latinoamericana –con sus 130 millones de habitantes- “podría integrarse también en lo político”.

Hasta el momento, la única fuente es el propio Duhalde. El alto funcionario anticipó, además, que Vicente Fox participará en la cumbre del bloque, prevista para julio en Buenos Aires.

De confirmarse, el gesto azteca tendrá connotaciones tan amplias como complejas. En primer lugar, México formaría parte de dos bloques distintos y antitéticos: el Mercosur y el Tratado de Libre Comercio para América del Norte (TLCAN), que lo asocia a Estados Unidos y Canadá. En segundo término, frustraría la actual política de Washington: reconvertir Centroamérica y el Caribe en el antiguo “patrio trasero”.

En tercera instancia, la actitud mexicana terminaría de congelar una iniciativa norteamericana, el Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA). No parece casual que, mientras Duhalde conversaba cono Bautista, el nada prolatinoamericano “Wall Street Journal” contrastase el acercamiento UE-Mercosur con el estancamiento de ALCA.

“Un nuevo bloque económico, encabezado por Brasil, de aleja de EE.UU. para acercarse a la Unión Europea”, sostienen los columnistas Scott Miller (Bruselas) y Geraldo Samor (Río de Janeiro). De hecho, anunciaban para esta misma semana un intercambio de notas entre ambas asociaciones. No por casualidad, una quincena antes de que “los quince” se transformen en “los veinticinco”.

Si prosperan ambos canales, un juego de pinzas consignará ALCA al desván y dejará a Chile aislado, como único país sudamericano con “relaciones especiales” con EE.UU. Amén del peso geopolítico y económico de una dupla México-Brasil –sus productos brutos combinados dejarán atrás a India, por ejemplo-, el comercio Mercosur-UE (los 15) representará este año 25% del total para el bloque sudamericano, contra el 24% orientado a EE.UU,

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