¿Por qué la Reserva Federal sigue aumentando tasas?

Ni Alan Greenspan lo sabe con certeza. Pese a signos de desaceleración e inflación, el comité de política monetaria elevó de 2,75 a 3% los tipos referenciales de cortísimo plazo. En parte, porque el dinero barato abunda como hace diez meses.

4 mayo, 2005

Ése es el lapso cubierto por los nueve ajustes de tasas, que las elevaron de 1 a 3% anual (o sea, las triplicaron), mientras el Banco Central Europeo mantenía la suya en 2% y el Banco de Inglaterra la subía de 3,5 a 4,5%. Por lo visto, la RF no piensa acudiar al rescate del mercado inmovilizando tipos básicos.

Al parecer y según las minutas de la última reunion –este martes-, el comité de mercado abierto pasa por alto dos síntomas claros: menor crecimiento económico y mayor presión de los precios (o sea, inflación). El primero se nota desde enero, Amén de estimaciones oficiales, la inversión privada en equipos nuevos cede marcadamente, las exportaciones siguen atrasándose respecto de las importaciones y el público siente el aumento de combustibles.

El lunes, el Institute for Supply Management (eufemismo por gerencia de compras) informó que su indice de actividad industrial cedió de 55,2 puntos en marzo a 53,3 en abril (-3,4%), pues las emoresas prefieren reducir existencias. En otras circunstancias, esta clase de datos haría que el RF demorase o suspendies ajustes de tasas.

Máxime con señales de mayor inflación. Los precios minoristas están subiendo a razón de 3,1% anual (igual que el producto bruto interno). Una referencia tan arbitraria como cara a Greenspan -el índice pelado, o sea sin alimentos ni combustibles- marca 1,7% anual. Antes, el jefe saliente de la RF se ponía nervioso si ese ritmo pasaba de 1,5%.

Pero tampoco esta todo claro en ese frente. Por ejemplo, los costos laborales –fuerte factor en la producción- están avanzado a un “modesto” 3,5% anual. No obstante, el ridne de letras de Tesorería a diez años y los bonos hipotecarios por 30 años a renta fija están ahora algo por debajo de los guarismos a junio de 2004. Los precios de vivienda, por su lado, suben a razón de 11% anual, pero las ventas marcaban récords en febrero. En síntesis, los norteamericanos siguen endeudándose sin freno.

Tampoco es normal que las acciones se mantengan sostenidoas o los interese de largo plazo bajen cuando la RF aumenta tasas referenciales mes tras mes. Por su parte, el dólar sigue esencialnente flojo antes otras divisas, pese a los moderados rebotes iniciados en enero. Hacia mediados de febrero,m el propio Greenspan dijo que esta coyuntura era “un misterio”. Pero, así como en los 90 inversores e intermediarios ingnoraban sus advertencias sobre “exuberancia irracional”, hoy no prestan atención al “misterio”. En aquella oportunidad, el hoy saliente banquero central tuvo razón ¿volverá a tenerla ahora?

Ése es el lapso cubierto por los nueve ajustes de tasas, que las elevaron de 1 a 3% anual (o sea, las triplicaron), mientras el Banco Central Europeo mantenía la suya en 2% y el Banco de Inglaterra la subía de 3,5 a 4,5%. Por lo visto, la RF no piensa acudiar al rescate del mercado inmovilizando tipos básicos.

Al parecer y según las minutas de la última reunion –este martes-, el comité de mercado abierto pasa por alto dos síntomas claros: menor crecimiento económico y mayor presión de los precios (o sea, inflación). El primero se nota desde enero, Amén de estimaciones oficiales, la inversión privada en equipos nuevos cede marcadamente, las exportaciones siguen atrasándose respecto de las importaciones y el público siente el aumento de combustibles.

El lunes, el Institute for Supply Management (eufemismo por gerencia de compras) informó que su indice de actividad industrial cedió de 55,2 puntos en marzo a 53,3 en abril (-3,4%), pues las emoresas prefieren reducir existencias. En otras circunstancias, esta clase de datos haría que el RF demorase o suspendies ajustes de tasas.

Máxime con señales de mayor inflación. Los precios minoristas están subiendo a razón de 3,1% anual (igual que el producto bruto interno). Una referencia tan arbitraria como cara a Greenspan -el índice pelado, o sea sin alimentos ni combustibles- marca 1,7% anual. Antes, el jefe saliente de la RF se ponía nervioso si ese ritmo pasaba de 1,5%.

Pero tampoco esta todo claro en ese frente. Por ejemplo, los costos laborales –fuerte factor en la producción- están avanzado a un “modesto” 3,5% anual. No obstante, el ridne de letras de Tesorería a diez años y los bonos hipotecarios por 30 años a renta fija están ahora algo por debajo de los guarismos a junio de 2004. Los precios de vivienda, por su lado, suben a razón de 11% anual, pero las ventas marcaban récords en febrero. En síntesis, los norteamericanos siguen endeudándose sin freno.

Tampoco es normal que las acciones se mantengan sostenidoas o los interese de largo plazo bajen cuando la RF aumenta tasas referenciales mes tras mes. Por su parte, el dólar sigue esencialnente flojo antes otras divisas, pese a los moderados rebotes iniciados en enero. Hacia mediados de febrero,m el propio Greenspan dijo que esta coyuntura era “un misterio”. Pero, así como en los 90 inversores e intermediarios ingnoraban sus advertencias sobre “exuberancia irracional”, hoy no prestan atención al “misterio”. En aquella oportunidad, el hoy saliente banquero central tuvo razón ¿volverá a tenerla ahora?

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