Pocos CEO creen que un triunfo en Iraq active la economía

Apenas 8% de los 1.200 miembros de la National Federation of Independent Business coincide con Alan Greenspan y John Snow. El resto no cree que un rápido triunfo en Iraq fomente el demorado repunte económico en Estados Unidos.

6 marzo, 2003

La encuesta de la NFIB, difundida ayer, indica que 92% de los CEO consultados no acompaña al jefe del Sistema de Reserva federal ni al secretario de Hacienda. Vale decir, no esperan que la fulminante victoria militar en Levante contribuya a un repunte sostenido de la economía real.

La reticencia de las empresas a gastar, invertir o tomar personal y la experiencia tras la guerra del Golfo (1990/1) “sugieren que ambos funcionarios se equivocan en sus presunciones”, señala la entidad. Por ejemplo, el uso de capacidad fabril instalada cedió al mínimo de 20 años en diciembre de 2001 y aún no se recobra. Por ende, no tiene fundamento “identificar incertidumbres políticas o bélicas como factores que traban el repunte”.

Acabar la guerra rápidamente “calmará los espíritus, pero no parece que haga diferencia en cuanto a ritmo de la actividad económica”, comenta la NFIB. “Existe un grado demasiado alto de subutilización de plantas y equipos en las industrias básicas y la demanda de empleo no reacciona”. El tema importa porque el Congreso, el SRF y la Casa Blanca están adoptando decisiones sobre cómo curar los males de la economía. George W. Bush y su entorno quieren rebajar impuestos por US$ 670.000 millones en diez años. Greenspan recomienda una batería de estímulos, pues le teme a la deflación.

La encuesta de la NFIB, difundida ayer, indica que 92% de los CEO consultados no acompaña al jefe del Sistema de Reserva federal ni al secretario de Hacienda. Vale decir, no esperan que la fulminante victoria militar en Levante contribuya a un repunte sostenido de la economía real.

La reticencia de las empresas a gastar, invertir o tomar personal y la experiencia tras la guerra del Golfo (1990/1) “sugieren que ambos funcionarios se equivocan en sus presunciones”, señala la entidad. Por ejemplo, el uso de capacidad fabril instalada cedió al mínimo de 20 años en diciembre de 2001 y aún no se recobra. Por ende, no tiene fundamento “identificar incertidumbres políticas o bélicas como factores que traban el repunte”.

Acabar la guerra rápidamente “calmará los espíritus, pero no parece que haga diferencia en cuanto a ritmo de la actividad económica”, comenta la NFIB. “Existe un grado demasiado alto de subutilización de plantas y equipos en las industrias básicas y la demanda de empleo no reacciona”. El tema importa porque el Congreso, el SRF y la Casa Blanca están adoptando decisiones sobre cómo curar los males de la economía. George W. Bush y su entorno quieren rebajar impuestos por US$ 670.000 millones en diez años. Greenspan recomienda una batería de estímulos, pues le teme a la deflación.

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