Paro en Volkswagen de Brasil y problemas locales

Una ola de 1.800 despidos –previstos a partir del 21 de noviembre- en Brasil provocó un paro general allá. Esto puede tener efectos negativos en las operaciones argentinas.

31 agosto, 2006

La mayor automotriz de Brasil, la alemana Volkswagen (produce 950 vehículos diarios), inicia un programa de drástica reducción laboral en noviembre. Pero lo anunció a tiempo para influir en las elecciones presidenciales de octubre.

Dentro de trece semanas, en efecto, cesa el acuerdo de estabilidad laboral firmado en 2005. La paralización afecta la fábrica ubicada en el gran San Pablo y perjudicará ventas en Argentina, que importa gran parte de los modelos. Entre ellos, Golf, Fox, Gol y Saveiro.

La tensión gremial es explicable, pues la compañía reveló que despedirá otros 1.800 en 2007/8 y 2.500 adicionales, si las cuentas no cierran. Es una ironía: el sindicato metalúrgico de esa planta fue cuna de Luiz Inácio da Silva (Lula). Sus largas huelgas de los años 70 presionaban tanto a los empresarios como a la dictadura militar de entonces. La compañía no se olvidó, como hace sospechar esta serie de anuncios en vísperas electorales.

Por de pronto, el Banco Nacional de Desarrollo suspendió un crédito por US$ 240 millones a Volkswagen, hasta que haga las paces con el sindicato. La empresa tiene sus propios problemas. Lejos ya de cuando dominaba ese mercado (vía Escarabajo y Combi), desde 1994 afronta más competencia de otras marcas. Por otra parte, el dólar está demasiado barato en Brasil: no más de R.2,15 esta semana, cuando la paridad de equilibrio debiera alcanzar 2,50/60. Esto es peligroso, con el dólar a $ 3,10 en Argentina.

La mayor automotriz de Brasil, la alemana Volkswagen (produce 950 vehículos diarios), inicia un programa de drástica reducción laboral en noviembre. Pero lo anunció a tiempo para influir en las elecciones presidenciales de octubre.

Dentro de trece semanas, en efecto, cesa el acuerdo de estabilidad laboral firmado en 2005. La paralización afecta la fábrica ubicada en el gran San Pablo y perjudicará ventas en Argentina, que importa gran parte de los modelos. Entre ellos, Golf, Fox, Gol y Saveiro.

La tensión gremial es explicable, pues la compañía reveló que despedirá otros 1.800 en 2007/8 y 2.500 adicionales, si las cuentas no cierran. Es una ironía: el sindicato metalúrgico de esa planta fue cuna de Luiz Inácio da Silva (Lula). Sus largas huelgas de los años 70 presionaban tanto a los empresarios como a la dictadura militar de entonces. La compañía no se olvidó, como hace sospechar esta serie de anuncios en vísperas electorales.

Por de pronto, el Banco Nacional de Desarrollo suspendió un crédito por US$ 240 millones a Volkswagen, hasta que haga las paces con el sindicato. La empresa tiene sus propios problemas. Lejos ya de cuando dominaba ese mercado (vía Escarabajo y Combi), desde 1994 afronta más competencia de otras marcas. Por otra parte, el dólar está demasiado barato en Brasil: no más de R.2,15 esta semana, cuando la paridad de equilibrio debiera alcanzar 2,50/60. Esto es peligroso, con el dólar a $ 3,10 en Argentina.

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