Parmalat: cuatro colosos financieros afrontan un juicio en Milán

Citigroup, Deutsche Bank, Union des banques suisses y Morgan Stanley tienen siete meses para prepararse. En enero deben responder ante la justicia por supuesta participación en la mayor bancarrota de la Eurozona.

14 junio, 2007

Se trata, naturalmente, del colapso en 2003 de Parmalat, uno de los principales grupos lácteos del mundo y el más grande de Italia. Los bancos, por supuesto, rechazan responsabilidades en el asunto, pero la fiscalía milanesa estima que no habían establecido procedimientos capaces de prevenir varios delitos financieros.

“Sorprende lo abstruso de los argumentos esgrimidos por esas entidades para eludir la aplicación de la ley 231”, señalaba a varios medios Eugenio Fusco, procurador general de Milán. Esa antigua pieza jurídica se refiere al agiotaje y la quiebra fraudulenta, los dos cargos básicos contra la entonces empresa familiar, sus cómplices y agentes financieros.

Para los bancos involucrados, es un problema de imagen. Ya la mera difusión del citatorio, entregado este miércoles por el fiscal Cesare Tacconi, es algo difícil de digerir. No obstante, las cuatro instituciones tienen hasta el 22 de enero de 2008, fecha fijada para la apertura de audiencias públicas.

A juicio de observadores neoyorquinos, el mayor problema no es tanto para Citi, Deutsche Bank, UBS o Morgan Stanley. Lo es, en realidad, para los trece ejecutivos implicados en la causa y objetos de citas individuales. “Esto es injusto para ellos”, sostenía Giuseppe Bana, uno de los abogados defensores. Por su parte, los bancos niegan terminantemente los cargos y respaldan a sus jerárquicos pero, por las dudas, no los identifican.

Se trata, naturalmente, del colapso en 2003 de Parmalat, uno de los principales grupos lácteos del mundo y el más grande de Italia. Los bancos, por supuesto, rechazan responsabilidades en el asunto, pero la fiscalía milanesa estima que no habían establecido procedimientos capaces de prevenir varios delitos financieros.

“Sorprende lo abstruso de los argumentos esgrimidos por esas entidades para eludir la aplicación de la ley 231”, señalaba a varios medios Eugenio Fusco, procurador general de Milán. Esa antigua pieza jurídica se refiere al agiotaje y la quiebra fraudulenta, los dos cargos básicos contra la entonces empresa familiar, sus cómplices y agentes financieros.

Para los bancos involucrados, es un problema de imagen. Ya la mera difusión del citatorio, entregado este miércoles por el fiscal Cesare Tacconi, es algo difícil de digerir. No obstante, las cuatro instituciones tienen hasta el 22 de enero de 2008, fecha fijada para la apertura de audiencias públicas.

A juicio de observadores neoyorquinos, el mayor problema no es tanto para Citi, Deutsche Bank, UBS o Morgan Stanley. Lo es, en realidad, para los trece ejecutivos implicados en la causa y objetos de citas individuales. “Esto es injusto para ellos”, sostenía Giuseppe Bana, uno de los abogados defensores. Por su parte, los bancos niegan terminantemente los cargos y respaldan a sus jerárquicos pero, por las dudas, no los identifican.

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