Ofensiva francesa contra los fondos de cobertura
Antes de la sesión preparatoria del G-20 (este viernes), Christine Lagarde ministra de hacienda, vieja enemiga de los derivados- presiona por mayor control sobre el segmento. Para empezar, exige más activos reales por cada dólar virtual que generen.
<p>Imponer a bancos, bancas de inversión y fondos especulativos inmovilizar más capital o activos reales por cada contrato es todavía tabú para el Banco de Inglaterra (Mervyn King), la Reserva Federal (Benjamín Bernanke) y el Banco Central Europeo (Jean-Claude Trichet). Pero Francia quiere que la Eurozona y otras economías centrales –Estados Unidos, Gran Bretaña- ejerzan mayor supervisión en el sector más volátil de la especulación global.</p>
<p>Según la propuesta de Lagarde, cuya génesis data de hace un año, los bancos de todo tipo deberán satisfacer requerimiento de capital más altos. Vale decir, reflejo de los riesgos intrínsecos que encarnan los fondos de cobertura y otras franjas, por ejemplo, el capital extrabursátil dedicado a compras apalancadas. Obviamente, los bancos resistirán medidas que les dificulten reunir liquidez en estas turbulencias.</p>
<p>La ministra presentó un borrador de medidas ante el Eurogrupo, el pasado fin de semana. Pero apuntaba, en realidad, a la cumbre del G-20 (Londres, 2 de abril), donde los ortodoxos pesan menos y su propuesta tendrá mayor peso. Para empezar, hay un bloque crítico a los instrumentos derivativos, donde actúan –entre otros- Alemania, China, Brasil e India. Argentina podría figurar, si tuviese funcionarios interesados en el tema.</p>
<p>Naturalmente, el borrador francés es cuestionado por un “lobby” a medida. Lo integran grupos británicos, norteamericanos y holandeses –piden menos regulación, claro-, respaldados por el BdeI, el BCE y el propio Eurogrupo (Jean-Claude Junker). Este cabildeo pivotea sobre una tesis muy peligrosa: los reguladores nacionales no pueden imponer mayores exigencias de capital a intermediarios globales. Exactamente lo contrario de la tesis lanzada en 1982 por James Tobin. </p>
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