ODC: sus pérdidas podrían ser el doble en Merrill Lynch y otros

Merrill Lynch, Citigroup y otras bancas quizás afronten quebrantos por obligaciones de deuda colateralizada cercanas a US$ 77.000 millones en conjunto. O sea, 63% más que las admitidas. Así sostiene JP Morgan Chase.

28 noviembre, 2007

Pero, tomando el segmento ODC íntegro, la misma fuente -que compite con las demás en estas especulaciones- estima en alrededor de US$ 260.000 millones las pérdidas potenciales. Este tipo de paquetes representa deudas respaldadas en activos virtuales tan volátiles como malas hipotecas titulizadas y cosas por el estilo.

El deterioro de ODC y similares refleja el peor declive del negocio inmobiliario residencial norteamericano en casi veinte años. Uno de sus efectos se traduce en inversores y ahorristas que escapan de acciones y bonos emitidos por grandes bancos y firmas de valores. Las incertidumbres sobre alcances finales de depreciaciones y liquidaciones les impiden a esos segmentos igualar los rindes en letras federales de corto plazo.

“Una de las ventajas teóricas de la titulización consiste en la diversificación internacional de riesgos”, apunta el informe de JPMCh. “Irónicamente –añade-, ese recurso torna hoy azarosos los mercados. Nadie sabe bien dónde se ocultan nuevos quebrantos ligados a malas hipotecas”.

Mientras Wall Street se desespera por inflar burbujas efímeras –sin advertir que sus indicadores ya no pesan mucho-, los colocadores de ODC viven angustias. Su vanguardia está encabezada por Merrill Lynch, Citigroup, Union des Banques Suisses, Deutsche Bank y Goldman Sachs, pero abarca aseguradoras de bonos como Ambac Financial, ACA o MBIA.

A criterio del trabajo, “depreciaciones y liquidaciones oscilan entre 20 y 80% de cada cartera”. Por de pronto, las anunciadas en Estados Unidos para los trimestre tercero y cuarto sumaban al 16de noviembre US$ 47.200 millones.

Pero, tomando el segmento ODC íntegro, la misma fuente -que compite con las demás en estas especulaciones- estima en alrededor de US$ 260.000 millones las pérdidas potenciales. Este tipo de paquetes representa deudas respaldadas en activos virtuales tan volátiles como malas hipotecas titulizadas y cosas por el estilo.

El deterioro de ODC y similares refleja el peor declive del negocio inmobiliario residencial norteamericano en casi veinte años. Uno de sus efectos se traduce en inversores y ahorristas que escapan de acciones y bonos emitidos por grandes bancos y firmas de valores. Las incertidumbres sobre alcances finales de depreciaciones y liquidaciones les impiden a esos segmentos igualar los rindes en letras federales de corto plazo.

“Una de las ventajas teóricas de la titulización consiste en la diversificación internacional de riesgos”, apunta el informe de JPMCh. “Irónicamente –añade-, ese recurso torna hoy azarosos los mercados. Nadie sabe bien dónde se ocultan nuevos quebrantos ligados a malas hipotecas”.

Mientras Wall Street se desespera por inflar burbujas efímeras –sin advertir que sus indicadores ya no pesan mucho-, los colocadores de ODC viven angustias. Su vanguardia está encabezada por Merrill Lynch, Citigroup, Union des Banques Suisses, Deutsche Bank y Goldman Sachs, pero abarca aseguradoras de bonos como Ambac Financial, ACA o MBIA.

A criterio del trabajo, “depreciaciones y liquidaciones oscilan entre 20 y 80% de cada cartera”. Por de pronto, las anunciadas en Estados Unidos para los trimestre tercero y cuarto sumaban al 16de noviembre US$ 47.200 millones.

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