Maccarone concentra más poder

Las decisiones de la superintendencia de bancos dependerán del directorio del Banco Central.

26 octubre, 2001

(NA). – El titular del Banco Central, Roque Maccarone, concentrará más poder a partir de ahora, ya que la Superintendencia de Entidades Financieras y Cambiarias perderá su autarquía y dependerá directamente del directorio de la autoridad monetaria.

El nuevo titular del organismo será Hugo Bruzzone –aunque aún resta que su propuesta sea aprobada por el Senado– en reemplazo de Guillermo Lesniewer, quien pasará a integrar el directorio del Central.

Hasta ahora, la independencia que tenía la Superintendencia le permitía tomar decisiones como el cierre de entidades financieras sin consultar al directorio del Central. Pero ahora Maccarone busca concentrar el poder de decisión y hacer más gravitante el rol del directorio.

Esa decisión se fortalecerá con el nombramiento de Bruzzone, un hombre que él trajo al BCRA, como superintendente.

La Superintendencias de Entidades Financieras y Cambiarias cumplió un rol clave en 1995 tras el Efecto Tequila, cuando numerosos bancos fueron a la quiebra como consecuencia de la debacle provocada por el default mexicano.

A través del decreto presidencial 1311/2001, se dispuso modificar la Carta Orgánica del Central “con la finalidad de fortalecer la autarquía de la institución, evitando la duplicación
de funciones y concentrando atribuciones hoy separadas”.

Según expresa la norma, la modificación permitirá “otorgar mayor eficacia a la administración y unicidad en la regulación del funcionamiento de las entidades financieras y cambiarias”.

Una de las facultades que tiene el organismo es la de “establecer el régimen informativo y contable para las entidades financieras y cambiarias”. También puede “ordenar a las entidades que cesen o desistan de llevar a cabo políticas de préstamos o de asistencia financiera que pongan en peligro la solvencia de las mismas”.

Asimismo, la Superintencia tiene la posibilidad de “aplicar las disposiciones legales que, sobre funcionamiento de las denominadas tarjetas de crédito, de compra, dinero electrónico u otros similares” dicte el Congreso.

Además, puede “promover y sustanciar los sumarios por infracciones a la Ley de Entidades Financieras y del régimen penal cambiario elevando sus conclusiones a la consideración del
Directorio”.
En los fundamentos del decreto, se expresa que “resulta conveniente fortalecer la autarquía del Banco Central”. Asimismo, se señala que debido a la autarquía con las que contaban tanto el Central como la Superintendencia de Bancos, se originaron “problemas de competencia, conflictos funcionales, duplicidad de funciones e imposibilidad práctica de optimizar la eficiencia administrativa”.

(NA). – El titular del Banco Central, Roque Maccarone, concentrará más poder a partir de ahora, ya que la Superintendencia de Entidades Financieras y Cambiarias perderá su autarquía y dependerá directamente del directorio de la autoridad monetaria.

El nuevo titular del organismo será Hugo Bruzzone –aunque aún resta que su propuesta sea aprobada por el Senado– en reemplazo de Guillermo Lesniewer, quien pasará a integrar el directorio del Central.

Hasta ahora, la independencia que tenía la Superintendencia le permitía tomar decisiones como el cierre de entidades financieras sin consultar al directorio del Central. Pero ahora Maccarone busca concentrar el poder de decisión y hacer más gravitante el rol del directorio.

Esa decisión se fortalecerá con el nombramiento de Bruzzone, un hombre que él trajo al BCRA, como superintendente.

La Superintendencias de Entidades Financieras y Cambiarias cumplió un rol clave en 1995 tras el Efecto Tequila, cuando numerosos bancos fueron a la quiebra como consecuencia de la debacle provocada por el default mexicano.

A través del decreto presidencial 1311/2001, se dispuso modificar la Carta Orgánica del Central “con la finalidad de fortalecer la autarquía de la institución, evitando la duplicación
de funciones y concentrando atribuciones hoy separadas”.

Según expresa la norma, la modificación permitirá “otorgar mayor eficacia a la administración y unicidad en la regulación del funcionamiento de las entidades financieras y cambiarias”.

Una de las facultades que tiene el organismo es la de “establecer el régimen informativo y contable para las entidades financieras y cambiarias”. También puede “ordenar a las entidades que cesen o desistan de llevar a cabo políticas de préstamos o de asistencia financiera que pongan en peligro la solvencia de las mismas”.

Asimismo, la Superintencia tiene la posibilidad de “aplicar las disposiciones legales que, sobre funcionamiento de las denominadas tarjetas de crédito, de compra, dinero electrónico u otros similares” dicte el Congreso.

Además, puede “promover y sustanciar los sumarios por infracciones a la Ley de Entidades Financieras y del régimen penal cambiario elevando sus conclusiones a la consideración del
Directorio”.
En los fundamentos del decreto, se expresa que “resulta conveniente fortalecer la autarquía del Banco Central”. Asimismo, se señala que debido a la autarquía con las que contaban tanto el Central como la Superintendencia de Bancos, se originaron “problemas de competencia, conflictos funcionales, duplicidad de funciones e imposibilidad práctica de optimizar la eficiencia administrativa”.

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