Ley Sarbanes-Oxley, en la mira de los lobbies contables

Las sentencias en el caso Enron, nuevos escándalos y el asunto de las opciones antedatadas activas esfuerzos para atenuar ciertos aspectos de esa legislación. Ahora, se espera un dictamen de la SEC, anunciado para diciembre.

10 noviembre, 2006

Esta misma semana, John Thain (presidente de la bolsa de Nueva York) se quejaba de que “muchas empresas eluden los mercados norteamericanos, debido a engorrosas normas y proliferación de demandas colectivas”. Así le dijo al “Financial times”. Entre esos “problemas” figura las sección 404, que trata del cumplimiento de la ley y sus reglas de auditoría.

La S-O fue aprobada por el congreso en septiembre de 2002, mientras fraudes y otros delitos acababan con una horda de ejecutivos estelares, minaba la confianza en la bolsa y exponía excesos del modelo capitalista norteamericano. Ese proceso, sostiene Thain “creó inseguridad”.

Por supuesto, a poco de sancionarse la ley, un creciente coro de críticos afirmó que iba demasiado lejos y significaba para las empresas exigencias auditoriales tan costosas como innecesarias. En realidad, el problema era otro: la S-O ponía en desventaja las firmas registradas en las bolsas del país y, por elevación, a éstas respecto de la competencia global. Pero todavía no hubo desembarcos en masa.

La sección 404 siempre fue una de las más controvertidas. ¿Por qué? Porque “requiere de las compañías cotizantes en bolsa revisar y redefinir sus controles internos, para asegurar informes financiero correctos y fiable”, reconoce el “Wall Street journal” en la web. Por ende, “deben documentar aspectos como quién tiene acceso a libros o archivos contables y qué procedimientos usan para asentar ingresos”.

Esas normas buscan prevenir todo tipo de fraudes, manipulación y errores en los balances. Los contadores objetan que los auditores interpretan la sección 4040 con excesiva latitud y, afirman, eso les cuentas horas de labor y millones de dólares. Pero, como apunta el WSJ, “no existen datos concretos al respecto”.

No obstante, ahora las autoridades reguladores “parecen ceder ante presiones y analizan interpretaciones más flexibles. Pero no piensan eliminar la 404”. En realidad, hace algunos meses la Securities & exchange commission (SEC, comisión de valores) admitió que la normativa no surtía los efectos buscados y contemplaba ajustarla. La entidad acaba de anunciar que, en diciembre, informará sobre los cambios previstos. Por ende, Thain sólo estaba subiéndose a la ola.

Entretanto, la Public company accounting oversight board (PCAOB, junta supervisora de compañías cotizantes) proyecta revisar su pauta relativa, llamada AS2, empleada para medir cómo los managers evalúan sus contralores internos. Christopher Cox, jefe de la SEC, pidió a la junta “incluir nuestras recomendaciones”. No obstante, aceptan ambos medios, “no están hasta dónde llegarán la comisión y la junta”.

Esta misma semana, John Thain (presidente de la bolsa de Nueva York) se quejaba de que “muchas empresas eluden los mercados norteamericanos, debido a engorrosas normas y proliferación de demandas colectivas”. Así le dijo al “Financial times”. Entre esos “problemas” figura las sección 404, que trata del cumplimiento de la ley y sus reglas de auditoría.

La S-O fue aprobada por el congreso en septiembre de 2002, mientras fraudes y otros delitos acababan con una horda de ejecutivos estelares, minaba la confianza en la bolsa y exponía excesos del modelo capitalista norteamericano. Ese proceso, sostiene Thain “creó inseguridad”.

Por supuesto, a poco de sancionarse la ley, un creciente coro de críticos afirmó que iba demasiado lejos y significaba para las empresas exigencias auditoriales tan costosas como innecesarias. En realidad, el problema era otro: la S-O ponía en desventaja las firmas registradas en las bolsas del país y, por elevación, a éstas respecto de la competencia global. Pero todavía no hubo desembarcos en masa.

La sección 404 siempre fue una de las más controvertidas. ¿Por qué? Porque “requiere de las compañías cotizantes en bolsa revisar y redefinir sus controles internos, para asegurar informes financiero correctos y fiable”, reconoce el “Wall Street journal” en la web. Por ende, “deben documentar aspectos como quién tiene acceso a libros o archivos contables y qué procedimientos usan para asentar ingresos”.

Esas normas buscan prevenir todo tipo de fraudes, manipulación y errores en los balances. Los contadores objetan que los auditores interpretan la sección 4040 con excesiva latitud y, afirman, eso les cuentas horas de labor y millones de dólares. Pero, como apunta el WSJ, “no existen datos concretos al respecto”.

No obstante, ahora las autoridades reguladores “parecen ceder ante presiones y analizan interpretaciones más flexibles. Pero no piensan eliminar la 404”. En realidad, hace algunos meses la Securities & exchange commission (SEC, comisión de valores) admitió que la normativa no surtía los efectos buscados y contemplaba ajustarla. La entidad acaba de anunciar que, en diciembre, informará sobre los cambios previstos. Por ende, Thain sólo estaba subiéndose a la ola.

Entretanto, la Public company accounting oversight board (PCAOB, junta supervisora de compañías cotizantes) proyecta revisar su pauta relativa, llamada AS2, empleada para medir cómo los managers evalúan sus contralores internos. Christopher Cox, jefe de la SEC, pidió a la junta “incluir nuestras recomendaciones”. No obstante, aceptan ambos medios, “no están hasta dónde llegarán la comisión y la junta”.

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