Las empresas hacen caer al Nikkei

La bolsa japonesa tuvo una semana negativa signada por la pobre actuación de las acciones de las empresas de casi todos los sectores, lo que se reflejó en el resto de los mercados asiáticos.

19 mayo, 2001

(EFE).- El continuo avance de las bancarrotas empresariales japonesas trajo pérdidas al mercado bursátil de Tokio esta semana, e hizo que el barómetro Nikkei bajara del nivel psicológico de los 14.000 puntos.

A pesar de retroceder hasta los 13.877 yenes, los inversores del mercado japonés creen que la bolsa está aún en una fase de recuperación y alejamiento de su nivel mínimo en 16 años que registró el 13 de marzo último, de 11.819,70 puntos, aunque a un ritmo menor.

Según los analistas, los inversores comenzaron ya a dar los primeros síntomas de cansancio a las reiteradas promesas de cambio y reforma del primer ministro Junichiro Koizumi, que desde que fue nombrado a finales del mes pasado no dejó de repetirlas pero sin ofrecer acciones concretas.

Sus promesas habían engendrado la esperanza de que un gobierno fuerte fuera capaz de diseñar la estrategia de cambios drásticos que se considera necesaria para poner fin a la interminable crisis económica que padece la isla.

“Parece que todos hubieran querido olvidar por unos momentos que la economía atraviesa unos momentos de grave debilidad”, dijeron fuentes de un banco comercial japonés, quienes recordaron que el consumo aún es mínimo, al igual que la inversión de capital.

Pero el fuerte crecimiento de las bancarrotas empresariales del país, anunciado a mediados de la semana, sirvió para que los inversores abrieran sus ojos a la cruda realidad, ocasionando de nuevo fuertes pérdidas al mercado de renta variable nipón y extendiendo su efecto negativo por el resto de Asia.

En abril un total de 1.631 empresas se declararon en suspensión de pagos, cifra que es 4,4% superior a la de hace un año, marcando así una peligrosa tendencia alcista por segundo mes consecutivo.

Pero si numerosas fueron las quiebras, mayores fueron las deudas que dejaron tras de sí.

Según el instituto de investigación crediticia Teikoku Data Bank, las bancarrotas dejaron US$ 8.467 millones en deudas, volumen 10,8% mayor al mes precedente.

En Tokio se cree que tal tendencia continuará al alza e incluso puede dispararse si el actual gobierno se adhiere a sus promesas y saca adelante de una vez un programa coherente de reformas dolorosas.

En Japón se teme que las medidas que se deben tomar ocasionen efectos altamente negativos en los precios de la bolsa de Tokio, pero se cree que aún sería más dañino para toda la economía de Japón y Asia que el Ejecutivo de Koizumi deje correr el tiempo sin auscultar al paciente, recetarle medicinas y hacérselas tomar.

“El mercado lo consideraría una traición”, dijeron los comentaristas, quienes mostraron un total pesimismo de cara al futuro si ese llega a ser el caso.

La rebaja de medio punto en las tasas de interés interbancario, hasta 4%, que decidió el fondo de la Reserva Federal de Estados Unidos el martes no tuvieron influencia destacada en los mercados financieros japoneses, incluido en de divisa, en el que la moneda local siguió bajando.

Para los próximos días no se esperan grandes altibajos en el mercado y se calcula que la demanda de los inversores extranjeros, que alcanzó 40% del volumen total, se mantenga como locomotora de tracción por octava semana.

(EFE).- El continuo avance de las bancarrotas empresariales japonesas trajo pérdidas al mercado bursátil de Tokio esta semana, e hizo que el barómetro Nikkei bajara del nivel psicológico de los 14.000 puntos.

A pesar de retroceder hasta los 13.877 yenes, los inversores del mercado japonés creen que la bolsa está aún en una fase de recuperación y alejamiento de su nivel mínimo en 16 años que registró el 13 de marzo último, de 11.819,70 puntos, aunque a un ritmo menor.

Según los analistas, los inversores comenzaron ya a dar los primeros síntomas de cansancio a las reiteradas promesas de cambio y reforma del primer ministro Junichiro Koizumi, que desde que fue nombrado a finales del mes pasado no dejó de repetirlas pero sin ofrecer acciones concretas.

Sus promesas habían engendrado la esperanza de que un gobierno fuerte fuera capaz de diseñar la estrategia de cambios drásticos que se considera necesaria para poner fin a la interminable crisis económica que padece la isla.

“Parece que todos hubieran querido olvidar por unos momentos que la economía atraviesa unos momentos de grave debilidad”, dijeron fuentes de un banco comercial japonés, quienes recordaron que el consumo aún es mínimo, al igual que la inversión de capital.

Pero el fuerte crecimiento de las bancarrotas empresariales del país, anunciado a mediados de la semana, sirvió para que los inversores abrieran sus ojos a la cruda realidad, ocasionando de nuevo fuertes pérdidas al mercado de renta variable nipón y extendiendo su efecto negativo por el resto de Asia.

En abril un total de 1.631 empresas se declararon en suspensión de pagos, cifra que es 4,4% superior a la de hace un año, marcando así una peligrosa tendencia alcista por segundo mes consecutivo.

Pero si numerosas fueron las quiebras, mayores fueron las deudas que dejaron tras de sí.

Según el instituto de investigación crediticia Teikoku Data Bank, las bancarrotas dejaron US$ 8.467 millones en deudas, volumen 10,8% mayor al mes precedente.

En Tokio se cree que tal tendencia continuará al alza e incluso puede dispararse si el actual gobierno se adhiere a sus promesas y saca adelante de una vez un programa coherente de reformas dolorosas.

En Japón se teme que las medidas que se deben tomar ocasionen efectos altamente negativos en los precios de la bolsa de Tokio, pero se cree que aún sería más dañino para toda la economía de Japón y Asia que el Ejecutivo de Koizumi deje correr el tiempo sin auscultar al paciente, recetarle medicinas y hacérselas tomar.

“El mercado lo consideraría una traición”, dijeron los comentaristas, quienes mostraron un total pesimismo de cara al futuro si ese llega a ser el caso.

La rebaja de medio punto en las tasas de interés interbancario, hasta 4%, que decidió el fondo de la Reserva Federal de Estados Unidos el martes no tuvieron influencia destacada en los mercados financieros japoneses, incluido en de divisa, en el que la moneda local siguió bajando.

Para los próximos días no se esperan grandes altibajos en el mercado y se calcula que la demanda de los inversores extranjeros, que alcanzó 40% del volumen total, se mantenga como locomotora de tracción por octava semana.

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