Inesperada contracción industrial en Estados Unidos

Cuando nadie lo imaginaba, la manufactura norteamericana bajó, en noviembre, por vez primera vez en más de tres años. Sumada a la caída de ventas inmobiliarias y la construcción, esta señal ahonda el clima de enfriamiento económico.

4 diciembre, 2006

El índice industrial compilado por una fuente privada, el Institute for supply management (gerentes de compras) cedió de 51,2 a 49,5 puntos, o sea 3,32%, entre octubre y noviembre. Todo guarismo por debajo de cincuenta puntos se considera señal contractiva.

Cabe recordar que el sector secundario, o sea la industria, representa 12% del producto bruto interno en Estados Unidos. Pero este indicador no fue una sorpresa: ya en octubre, la construcciòn caía 1%, el mayor margen mensual en cinco años. En este caso, la fuente es oficial: el departamento federal de comercio.

Esto acentuó el alza en bonos de Tesorería. Por ende, los rendimientos llegaron al mínimo en 2006 (4,44% anual a diez años, 4,55% a treinta). La creciente brecha entre estas tasas largas y el tipo corto básico de la Reserva Federal –todavía en 5,25% anual- puede forzarle la mano a Benjamin Bernanke.

A pocos días de la última reunión programada este año por el comité de polìtica monetaria, proliferan señales de enfriamiento que –supone el mercado- debieran hacer reflexionar a Bernanke. “No marchamos a una recesión, pero e estos indicadores muestran un crecimiento inferior al umbral donde ya sería prudente rebajar tasas referenciales”, apuntaban tres analistas de Wall Street. No obstante, presumen que eso no ocurrirá en la reunión de diciembre, sino en la enero “para que Bernanke salve la cara” (decía en Lehman Brothers.

El índice industrial compilado por una fuente privada, el Institute for supply management (gerentes de compras) cedió de 51,2 a 49,5 puntos, o sea 3,32%, entre octubre y noviembre. Todo guarismo por debajo de cincuenta puntos se considera señal contractiva.

Cabe recordar que el sector secundario, o sea la industria, representa 12% del producto bruto interno en Estados Unidos. Pero este indicador no fue una sorpresa: ya en octubre, la construcciòn caía 1%, el mayor margen mensual en cinco años. En este caso, la fuente es oficial: el departamento federal de comercio.

Esto acentuó el alza en bonos de Tesorería. Por ende, los rendimientos llegaron al mínimo en 2006 (4,44% anual a diez años, 4,55% a treinta). La creciente brecha entre estas tasas largas y el tipo corto básico de la Reserva Federal –todavía en 5,25% anual- puede forzarle la mano a Benjamin Bernanke.

A pocos días de la última reunión programada este año por el comité de polìtica monetaria, proliferan señales de enfriamiento que –supone el mercado- debieran hacer reflexionar a Bernanke. “No marchamos a una recesión, pero e estos indicadores muestran un crecimiento inferior al umbral donde ya sería prudente rebajar tasas referenciales”, apuntaban tres analistas de Wall Street. No obstante, presumen que eso no ocurrirá en la reunión de diciembre, sino en la enero “para que Bernanke salve la cara” (decía en Lehman Brothers.

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