Grubman cayó en desgracia, pero los amigos lo ayudan

Jacob Grubman, ex analista estelar de Salomon Smith Barney y génesis de un escándalo con acciones de AT&T, sigue cobrando sueldo. Wall Street no aprueba el “arreglo entre amigos” con Citigroup.

20 agosto, 2003

En primera instancia, nadie cree que el ex gurú haya hecho méritos para obtener los US$ 33 millones de “indemnización” que le concediera SSB. “Jack tuvo que irse de la firma por su participación en un escándalo que les ha costado investigaciones y procesos a Salomon Smith Barney y su controlante, Citigroup”, señalaba un columnista televisivo.

Una trama de relaciones, amistades e intereses comunes ligan a Citigroup con AT&T, cuyo CEO formaba parte del directorio presidido por su autoritario colega, Sandford Weill. Ahora bien, un incondicional de éste (Charles Prince) -mientras era interventor en SSB- hizo el arreglo con Grubman.

“El pretexto empleado –ayudar a los gastos judiciales de Grubman- no resiste el análisis. Virtualmente, han contratado al despedido para que asesore a Citigroup en causas originadas por un conflicto de intereses donde él fue clave”, sostiene el megafinancista Warren Buffett, hoy consultor de Arnold Schwarzenegger en California.

Tal como están las cosas, Grubman percibe US$ 50.000 por trimestre. Algunos analistas sospechan que, en realidad, él sigue en Citigroup y volverá a actuar, una vez olvidados los escándalos. “Weill puso a Prince en SSB para arreglar con Grubman y, en meses, el mismo Prince reemplazará como CEO a Weill. Pero sólo en los papeles”, sostenían en Wall Street.

En primera instancia, nadie cree que el ex gurú haya hecho méritos para obtener los US$ 33 millones de “indemnización” que le concediera SSB. “Jack tuvo que irse de la firma por su participación en un escándalo que les ha costado investigaciones y procesos a Salomon Smith Barney y su controlante, Citigroup”, señalaba un columnista televisivo.

Una trama de relaciones, amistades e intereses comunes ligan a Citigroup con AT&T, cuyo CEO formaba parte del directorio presidido por su autoritario colega, Sandford Weill. Ahora bien, un incondicional de éste (Charles Prince) -mientras era interventor en SSB- hizo el arreglo con Grubman.

“El pretexto empleado –ayudar a los gastos judiciales de Grubman- no resiste el análisis. Virtualmente, han contratado al despedido para que asesore a Citigroup en causas originadas por un conflicto de intereses donde él fue clave”, sostiene el megafinancista Warren Buffett, hoy consultor de Arnold Schwarzenegger en California.

Tal como están las cosas, Grubman percibe US$ 50.000 por trimestre. Algunos analistas sospechan que, en realidad, él sigue en Citigroup y volverá a actuar, una vez olvidados los escándalos. “Weill puso a Prince en SSB para arreglar con Grubman y, en meses, el mismo Prince reemplazará como CEO a Weill. Pero sólo en los papeles”, sostenían en Wall Street.

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