Greenspan: contra toda lógica, crece la burbuja inmobiliaria

El jefe saliente del Sistema de la Reserva Federal insiste: la especulación con bienes raíces pone en severo riesgo a las familias. Hoy se compran vivienda sólo para revenderlas con ganancia, pues el crédito hipotecario es demasiado barato.

27 septiembre, 2005

La especulación, especialmente con casas en centros turísticos y viviendas generalmente no ocupadas por sus dueños ocasionales, “alcanza niveles sin precedentes en la historia norteamericana”, afirma Greenspan en un mensaje escrito a la convención anual de la American Bankers Association. “Es probable que esta actividad tenga un papel superior al normal en los recientes aumentos de precios y tipos de interés no regulados”, opina el funcionario.

Agosto actuó como detonante de esas inquietudes. Según informó este lunes la National Association of Realtors (agentes de bienes raíces), las ventas inmobiliarias alcanzaron un máximo absoluto en valores nominales: US$ 220.000 por unidad promedio. Eso significa un alza de 15,8% en doce meses
(septiembre de 2004 a agosto de 2005), algo que no ocurría desde 1979.

Pero las advertencias de Greenspan tienen una fuente más sólida: un estudio de ochenta páginas, colgado este fin de semana en el sitio web del propio SRF y compilado por James Kennedy, técnico del sistema. Es la segunda vez, desde 1996, que el presidente de la junta ordena publicar ese tipo de trabajos internos.

La burbuja inmobiliaria, señala el estudio, “probablemente esté desbordando sobre los mercados hipotecarios. La proliferación de créditos que pagan intereses variables y de hipotecas exóticas son peligrosos síntomas que es preciso seguir de cerca”.

Los números resultan alarmantes. El informe detecta préstamos contra el valor de los bienes que sumaban US$ 600.000 millones a fines de 2004. Es decir, 7% de los ingresos de las familias, una proporción muy superior a las de 1995 (1%) y 2001 (3%).

Las hipotecas “exóticas” (ajustables por el valor venal de la vivienda) representan hoy casi 30% de todas las transacciones en curso. Hace dos años, significaban 22%. “Si suben los tipos de interés (el de largo plazo ha pasado en pocos días de 4,05 a 4,30% anual), se vendrán abajo la venta de inmuebles y la demanda de crédito. Eso desacelerará el gasto de los consumidores”, teme Greenspan.

La especulación, especialmente con casas en centros turísticos y viviendas generalmente no ocupadas por sus dueños ocasionales, “alcanza niveles sin precedentes en la historia norteamericana”, afirma Greenspan en un mensaje escrito a la convención anual de la American Bankers Association. “Es probable que esta actividad tenga un papel superior al normal en los recientes aumentos de precios y tipos de interés no regulados”, opina el funcionario.

Agosto actuó como detonante de esas inquietudes. Según informó este lunes la National Association of Realtors (agentes de bienes raíces), las ventas inmobiliarias alcanzaron un máximo absoluto en valores nominales: US$ 220.000 por unidad promedio. Eso significa un alza de 15,8% en doce meses
(septiembre de 2004 a agosto de 2005), algo que no ocurría desde 1979.

Pero las advertencias de Greenspan tienen una fuente más sólida: un estudio de ochenta páginas, colgado este fin de semana en el sitio web del propio SRF y compilado por James Kennedy, técnico del sistema. Es la segunda vez, desde 1996, que el presidente de la junta ordena publicar ese tipo de trabajos internos.

La burbuja inmobiliaria, señala el estudio, “probablemente esté desbordando sobre los mercados hipotecarios. La proliferación de créditos que pagan intereses variables y de hipotecas exóticas son peligrosos síntomas que es preciso seguir de cerca”.

Los números resultan alarmantes. El informe detecta préstamos contra el valor de los bienes que sumaban US$ 600.000 millones a fines de 2004. Es decir, 7% de los ingresos de las familias, una proporción muy superior a las de 1995 (1%) y 2001 (3%).

Las hipotecas “exóticas” (ajustables por el valor venal de la vivienda) representan hoy casi 30% de todas las transacciones en curso. Hace dos años, significaban 22%. “Si suben los tipos de interés (el de largo plazo ha pasado en pocos días de 4,05 a 4,30% anual), se vendrán abajo la venta de inmuebles y la demanda de crédito. Eso desacelerará el gasto de los consumidores”, teme Greenspan.

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