Gran volatilidad en las materias primas

Los productos primarios tornan a subir. Desde hidrocarburos hasta metales –hace una semana el oro batía otro récord absoluto, US$ 1.902 la onza-, el alza afecta a bienes e insumos. ¿Qué harán usuarios y consumidores? se preguntan varios analistas.

11 septiembre, 2011

<p>En Occidente, el p&uacute;blico atraves&oacute; una recesi&oacute;n (de 2007 &iquest;a 2009?), luego transformada en alto desempleo, que a&uacute;n golpea a Estados Unidos, Espa&ntilde;a, Italia y otras econom&iacute;as. En ese contexto, el aumento de materias primas e insumos invoca el espectro de la inflaci&oacute;n que, en verdad, no cristaliza. <br />
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La volatilidad en productos b&aacute;sicos refleja tanto factores internacionales cuanto condiciones espec&iacute;ficas en determinados sectores. En la plaza de hidrocarburos, donde el Brent todav&iacute;a ni vuelve a los picos del a&ntilde;o (US$ 126 el barril de Brent) la guerra libia, los disturbios en Argelia, Siria o Bahrein y ciertas se&ntilde;ales en la pen&iacute;nsula ar&aacute;biga crean incertidumbres. Adem&aacute;s, la cat&aacute;strofe japonesa de marzo apuntaba a picos, pues Tokio es el tercer importador mundial.<br />
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Pese a todo, esta inestabilidad en materias primas no parece por hoy tan peligrosa como la inflaci&oacute;n de los a&ntilde;os 70. Por ejemplo, la econom&iacute;a estadounidense se halla mejor ubicada para afrontar una disparada del petr&oacute;leo. As&iacute;, la energ&iacute;a empleada para generar un d&oacute;lar en el producto bruto interno es alrededor de la mitad que en 1973/5 o 1979/81 a valores constantes. Ello se debe, en parte, a que esa econom&iacute;a ha ido transfiri&eacute;ndose de la industria a los servicios.<br />
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Aparte, algunas tretas empleadas por el sector privado hace poco m&aacute;s de 35 a&ntilde;os, para capear la borrasca, podr&iacute;an servir en la actualidad. Por ejemplo, las empresas sol&iacute;an mantener valores nominales, pero reduciendo el contenido de los envases. En general el p&uacute;blico se fija en un alza de precio, no en una baja de volumen. <br />
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En verdad, la recesi&oacute;n iniciada en 2007 y el desempleo posterior han disminuido m&aacute;rgenes en la gama al detalle. Ahora, la volatilidad de productos e insumos primarios dificulta las cosas, pues el comercio trabaja con m&aacute;rgenes m&aacute;s estrechos y el p&uacute;blico se fija de los precios.<br />
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Ciertas actividades aplican estrategias de cobertura para eludir costos en aumento. Por ejemplo, las aerol&iacute;neas ahorran en combustible. Sin embargo, sin signos de que la fase alcista de los rubros b&aacute;sicos ceda, una cantidad de compa&ntilde;&iacute;as viene anunciando incrementos de precios. Hanes, Gap o Abercrombie &amp; Fitch, castigadas por el alza del algod&oacute;n, empiezan a subir valores de su indumentaria. Kellog eleva sus cereales, mientras Procter &amp; Gamble o Kraft Foods la emulan e igual hace Whirlpool, afectada por el aumento del acero y el aluminio. <br />
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