El retiro de Brasil e India es otro tornillo en el féretro de Dohá

Lo admitió Pascal Lamy, adalid del proteccionismo agrícola francés y, por ironía del destino, director de la Organización mundial de comercio. Poco antes, el portazo de Brasil e India marcaba el colapso de otro intento para resucitar la ronda.

22 junio, 2007

Nadie lo dice en voz alta, porque la OMC les sirve a muchos funcionarios para hacer costosos reuniones, conocer el mundo y cobrar viáticos. Pero la suerte de Dohá se parece a la de la ronda Uruguay que, en la década anterior, acabó con la Acuerdo general sobre comercio y tarifas (GATT en inglés), antecesor de la tambaleante entidad actual.

Por supuesto, el fracaso del jueves cierra el camino a negociaciones ampliadas para salvar un acuerdo de libre comercio que –insisten sus promotores- aportará miles de millones de dólares a la economía global. Pero, por una parte, este instrumento tiene casi tantas posibilidades como el proyecto de tratado constitucional que zozobra en la Unión Europea (también reunida esta semana). Por la otras, el mito del libre comercio es cada vez menos viable. Verbigracia, un adecuado conjunto de políticas migratorias beneficiaría mucho más a la economía del mundo.

El clima era duro. Por primera vez, Estados y la Unión Europea –dos de los máximos responsales de los subsidios agrícolas- se juntaron para acusar a Brasil e India (voceros de los países en desarrollo) de “intransijencia y falta de propuesta para desbloquear tratativas durante casi seis años”. Pero sucede que ambos representan al grupo de los 20, víctimas del neoproteccionismo de EE.UU., la UE y Japón.

Por supuesto, Delhi y Brasilia tacharon a ambas potencias de hipócritas, en palabras del canciller Celso Amorim.

India and Brazil blamed U.S. and European unwillingness to cut farm aid and import duties on commodities. No incluidos en la reunión de Potsdam (Alemania), Argentina, México y Australia apoyaron a Brasil e India. Ahora, la serie de fracasos iniciada en 2001 no deja espacios para mejores expectativas: 2008 será año electorales en EE.UU. e India y los cambios presumibles –especialmente en el primero- no auguran nada bueno para Dohá.

“En todas estas tratativas, los ministros Amorim y Kamal Nath (titular inidio de comercio) no se movieron un ápice de las porturas adoptadas en 2005 punto”, se quejaba Michael Johanns, secretario norteamericano de agricultura, ante medios de prensa. Nath calificó de “intolerante” a su colega.

Supuestamente, el encuentro de los cuatro países –abarcaba toda la semana- debía buscar forman de flexibilizar gravámenes y normas para el tráfico interfronterizo de bienes. Exactamente lo mismo se proponían las sesiones que capotaron en julio de 2006, donde participaban el cuarteto de ahora más Japón y Australia. Lamy optó por concluir las reuniones.

“Europeos y estadounidenses pueden decir lo que se les ocurra, pero las mayores divergencias radican en la pertinacia de ambos y Japón en mantener subsidios agrícolas claramente desmedidos”, sostenía Amorim, a quien respaldó telefónicamente el gobierno chino. “La suspensión de tratativas se debe a Lamy y a Peter Mandelson. El representante de la UE exige libre comercio de bienes industriales, pero no de productos agropecuarios”.

“Whatever the version others may try to offer, the major divergences appeared in agriculture,´´ he said. “It was very clear at lunchtime and was said at lunch that it was useless to continue the discussion based on the numbers on the table. The decision not to continue with the negotiation was not ours.´´

Nadie lo dice en voz alta, porque la OMC les sirve a muchos funcionarios para hacer costosos reuniones, conocer el mundo y cobrar viáticos. Pero la suerte de Dohá se parece a la de la ronda Uruguay que, en la década anterior, acabó con la Acuerdo general sobre comercio y tarifas (GATT en inglés), antecesor de la tambaleante entidad actual.

Por supuesto, el fracaso del jueves cierra el camino a negociaciones ampliadas para salvar un acuerdo de libre comercio que –insisten sus promotores- aportará miles de millones de dólares a la economía global. Pero, por una parte, este instrumento tiene casi tantas posibilidades como el proyecto de tratado constitucional que zozobra en la Unión Europea (también reunida esta semana). Por la otras, el mito del libre comercio es cada vez menos viable. Verbigracia, un adecuado conjunto de políticas migratorias beneficiaría mucho más a la economía del mundo.

El clima era duro. Por primera vez, Estados y la Unión Europea –dos de los máximos responsales de los subsidios agrícolas- se juntaron para acusar a Brasil e India (voceros de los países en desarrollo) de “intransijencia y falta de propuesta para desbloquear tratativas durante casi seis años”. Pero sucede que ambos representan al grupo de los 20, víctimas del neoproteccionismo de EE.UU., la UE y Japón.

Por supuesto, Delhi y Brasilia tacharon a ambas potencias de hipócritas, en palabras del canciller Celso Amorim.

India and Brazil blamed U.S. and European unwillingness to cut farm aid and import duties on commodities. No incluidos en la reunión de Potsdam (Alemania), Argentina, México y Australia apoyaron a Brasil e India. Ahora, la serie de fracasos iniciada en 2001 no deja espacios para mejores expectativas: 2008 será año electorales en EE.UU. e India y los cambios presumibles –especialmente en el primero- no auguran nada bueno para Dohá.

“En todas estas tratativas, los ministros Amorim y Kamal Nath (titular inidio de comercio) no se movieron un ápice de las porturas adoptadas en 2005 punto”, se quejaba Michael Johanns, secretario norteamericano de agricultura, ante medios de prensa. Nath calificó de “intolerante” a su colega.

Supuestamente, el encuentro de los cuatro países –abarcaba toda la semana- debía buscar forman de flexibilizar gravámenes y normas para el tráfico interfronterizo de bienes. Exactamente lo mismo se proponían las sesiones que capotaron en julio de 2006, donde participaban el cuarteto de ahora más Japón y Australia. Lamy optó por concluir las reuniones.

“Europeos y estadounidenses pueden decir lo que se les ocurra, pero las mayores divergencias radican en la pertinacia de ambos y Japón en mantener subsidios agrícolas claramente desmedidos”, sostenía Amorim, a quien respaldó telefónicamente el gobierno chino. “La suspensión de tratativas se debe a Lamy y a Peter Mandelson. El representante de la UE exige libre comercio de bienes industriales, pero no de productos agropecuarios”.

“Whatever the version others may try to offer, the major divergences appeared in agriculture,´´ he said. “It was very clear at lunchtime and was said at lunch that it was useless to continue the discussion based on the numbers on the table. The decision not to continue with the negotiation was not ours.´´

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