El acuerdo con AFJP significa 30% de quita en el canje

Al cerrarse el acuerdo de canje con administradoras de fondos jubilatorios privados, un grupo de banqueros envió una señal a los “bonistas” de afuera. Éstos replicaron vía una fundación afín a la convertibilidad.

8 octubre, 2004

Sólo es el primer paso, pero virtualmente asegura resultados positivos en cuanto a la deuda en cese de pagos en manos locales. En verdad, las AFJP representan 20% de las tenencias totales dentro y fuera de Argentina. Después, viene la convalidación de los detalles complementarios a la oferta (eso cabe a la Comisión Federal de Valores norteamericana y sus pares británica, japonesa, alemana, francesa y luxemburguesa). Por fin, una labor de hormigas: más de 150 asambleas en todos los mercados donde se emitió o se colocó deuda entre inversores privados.

Según el flamante convenio, las AFJP aceptan pesificar papeles y el gobierno les entrega bonos “casi a la par” a 42 años, ajustable por inflación a una paridad cambiaria superior a dos pesos. Ello representa una quita de 30% en dólares. La tasa de esos bonos es igual a la que tenían en moneda fuerte (5,57% anual).

A su vez, la administradoras contabilizarán esos papeles a valor nominal (esto es, 100%) por un lapso no especificado en el decreto firmado el jueves. Las letras de Tesorería tomadas obligatoriamente a fin de 2001 serán canjeadas por “boden” 2014, ajustables por CER, que devengarán 2% anual.

Pero el incentivo clave, que no favorece a los aportantes, es la congelación por tres meses de pases entre AFJP, prorrogable otros 90 días. Por supuesto, un analista financiero de una entidad afín a la gestión económica 1991/2001 “advierte” que este canje será exitoso sólo si adhiere 90% de las administradoras. Exactamente el argumento de Nicola Sotck o Hans Humes en el plano internacional.

Sólo es el primer paso, pero virtualmente asegura resultados positivos en cuanto a la deuda en cese de pagos en manos locales. En verdad, las AFJP representan 20% de las tenencias totales dentro y fuera de Argentina. Después, viene la convalidación de los detalles complementarios a la oferta (eso cabe a la Comisión Federal de Valores norteamericana y sus pares británica, japonesa, alemana, francesa y luxemburguesa). Por fin, una labor de hormigas: más de 150 asambleas en todos los mercados donde se emitió o se colocó deuda entre inversores privados.

Según el flamante convenio, las AFJP aceptan pesificar papeles y el gobierno les entrega bonos “casi a la par” a 42 años, ajustable por inflación a una paridad cambiaria superior a dos pesos. Ello representa una quita de 30% en dólares. La tasa de esos bonos es igual a la que tenían en moneda fuerte (5,57% anual).

A su vez, la administradoras contabilizarán esos papeles a valor nominal (esto es, 100%) por un lapso no especificado en el decreto firmado el jueves. Las letras de Tesorería tomadas obligatoriamente a fin de 2001 serán canjeadas por “boden” 2014, ajustables por CER, que devengarán 2% anual.

Pero el incentivo clave, que no favorece a los aportantes, es la congelación por tres meses de pases entre AFJP, prorrogable otros 90 días. Por supuesto, un analista financiero de una entidad afín a la gestión económica 1991/2001 “advierte” que este canje será exitoso sólo si adhiere 90% de las administradoras. Exactamente el argumento de Nicola Sotck o Hans Humes en el plano internacional.

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