Ejecuciones de viviendas: se doblaron en agosto por insolvencia

El número de norteamericanos que arriesgan ir a la calle pasó de 108.715 a 243.945 familias (+115%) entre septiembre de 2006 y agosto pasado. Ello se debe a que los tomadores de hipotecas usurarias ya no pueden afrontar las cuotas.

19 septiembre, 2007

Son cifras de la consultoría especializada RealtyTrac y se refieren a notificación por falta de pago. A ese total California (el estado más afectado) aporta 41.715 ejecuciones. La sigue Florida, con 26.200. Ambas jurisdicciones se caracterizaban por al auge de clase media próspera. Ya no.

Por supuesto, el ritmo de crecimiento económico real en Estados Unidos viene cedido desde que, hace dos años, empezó a pincharse la burbuja inmobiliaria iniciada en 2001. Amén de la proliferación de ejecuciones, ya han colapsado más de cien compañías del ramo, revela Fannie Mae, la mayor compradora paraestatal de hipotecas.

Éste es uno de los motivos por los cuales la Reserva Federal ha rebajado de 5,25 a 4,75% anual la tasa básica, aunque los gurúes de Wall Street prefieran pasarlo por alto. Sin embargo, la medida resulta tan tardía como de efectos limitados. “La nueva ola de ejecuciones recién empieza. Mucha gente compró viviendas a tasas por debajo de las actuales y ahora no tiene opciones”, explica el informe de RealtyTrac.

Las hipotecas llamadas púdicamente “secundarias” son en realidad usurarias, pues se destinan a tomadores de malos antecedentes crediticios. Su costo financiero es tal que los saldos deudores pueden doblarse en dos o tres años. En Italia, donde esos esquemas se conocen por otro nombre irónico (“fondos mutuales”), su tasa acaba de subir a 5,63% anual.

En EE.UU. el procedimiento ejecutorio comienza cuando un deudor se atrasa mas de noventa días en las cuotas hipotecarias. El prestamista emite un aviso de insolvencia. Si no se le paga perentoriamente la deuda acumulada, la propiedad va a remate y, en caso de que las ofertas no cubran el costo del bien, el prestamista lo confisca. Pero, claro, esto significa un creciente número de viviendas usadas difíciles de revender con ganancia. Los “loan sharks” (tiburones) pagan por sus pecados.

Este fenómeno se relaciona con otro negocio leonino, los créditos a tasa ajustable. Origen de las malas hipotecas, representan 7,3% de las operaciones inmobiliarias residenciales pero 44% de las ejecuciones. Así señala la asociación de cajas hipotecarias (MBA, en la sigla inglesa).

Son cifras de la consultoría especializada RealtyTrac y se refieren a notificación por falta de pago. A ese total California (el estado más afectado) aporta 41.715 ejecuciones. La sigue Florida, con 26.200. Ambas jurisdicciones se caracterizaban por al auge de clase media próspera. Ya no.

Por supuesto, el ritmo de crecimiento económico real en Estados Unidos viene cedido desde que, hace dos años, empezó a pincharse la burbuja inmobiliaria iniciada en 2001. Amén de la proliferación de ejecuciones, ya han colapsado más de cien compañías del ramo, revela Fannie Mae, la mayor compradora paraestatal de hipotecas.

Éste es uno de los motivos por los cuales la Reserva Federal ha rebajado de 5,25 a 4,75% anual la tasa básica, aunque los gurúes de Wall Street prefieran pasarlo por alto. Sin embargo, la medida resulta tan tardía como de efectos limitados. “La nueva ola de ejecuciones recién empieza. Mucha gente compró viviendas a tasas por debajo de las actuales y ahora no tiene opciones”, explica el informe de RealtyTrac.

Las hipotecas llamadas púdicamente “secundarias” son en realidad usurarias, pues se destinan a tomadores de malos antecedentes crediticios. Su costo financiero es tal que los saldos deudores pueden doblarse en dos o tres años. En Italia, donde esos esquemas se conocen por otro nombre irónico (“fondos mutuales”), su tasa acaba de subir a 5,63% anual.

En EE.UU. el procedimiento ejecutorio comienza cuando un deudor se atrasa mas de noventa días en las cuotas hipotecarias. El prestamista emite un aviso de insolvencia. Si no se le paga perentoriamente la deuda acumulada, la propiedad va a remate y, en caso de que las ofertas no cubran el costo del bien, el prestamista lo confisca. Pero, claro, esto significa un creciente número de viviendas usadas difíciles de revender con ganancia. Los “loan sharks” (tiburones) pagan por sus pecados.

Este fenómeno se relaciona con otro negocio leonino, los créditos a tasa ajustable. Origen de las malas hipotecas, representan 7,3% de las operaciones inmobiliarias residenciales pero 44% de las ejecuciones. Así señala la asociación de cajas hipotecarias (MBA, en la sigla inglesa).

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