EE.UU.: remuneraciones a ejecutivos bajo la lupa
La Financial Accounting Standards Board (FASB, junta de pautas de contabilidad financiera) se tomará tiempo para decidir sobre opciones accionarias. La idea es que, si se usan para bonificar ejecutivos, se asienten como gastos en los balances.
20 septiembre, 2002
Sin prestar atención a las críticas que empiezan a lloverle encima por tanta parsimonia, Robert Herz –presidente de la FASB- anunció que, dentro de un mes “más o menos”, comienza a evaluar sugerencias de inversores, profesionales, expertos y firmas bursátiles “con el objeto de reformular normas y pautas, proceso que tomará casi un año”.
El último intento de la junta para que las empresas dedujeran de la columna ingresos las opciones remuneratorias (1995) fue frustrado por un cabildeo conjunto de ejecutivos y contadores sobre el Congreso. Ahora el clima ha cambiado radicalmente y, según varios legisladores, un “lobby” de estudios contables opera directamente sobre la FASB.
Herz admitió oblicuamente que hay presiones. Pero también reconoció que “la preocupación del público, el Congreso, el gobierno y la dirigencia política -a raíz de casos como Enron, Arthur Andersen, Global Crossing, Adelphia, Tyco o WorldCom– es un factor insoslayable”. Además, la Junta Internacional de Prácticas Contables (Londres) necesita que la FASB se defina para reformar, a su vez, sus pautas (IAS, o sea pautas internacionales de contabilidad).
Sin prestar atención a las críticas que empiezan a lloverle encima por tanta parsimonia, Robert Herz –presidente de la FASB- anunció que, dentro de un mes “más o menos”, comienza a evaluar sugerencias de inversores, profesionales, expertos y firmas bursátiles “con el objeto de reformular normas y pautas, proceso que tomará casi un año”.
El último intento de la junta para que las empresas dedujeran de la columna ingresos las opciones remuneratorias (1995) fue frustrado por un cabildeo conjunto de ejecutivos y contadores sobre el Congreso. Ahora el clima ha cambiado radicalmente y, según varios legisladores, un “lobby” de estudios contables opera directamente sobre la FASB.
Herz admitió oblicuamente que hay presiones. Pero también reconoció que “la preocupación del público, el Congreso, el gobierno y la dirigencia política -a raíz de casos como Enron, Arthur Andersen, Global Crossing, Adelphia, Tyco o WorldCom– es un factor insoslayable”. Además, la Junta Internacional de Prácticas Contables (Londres) necesita que la FASB se defina para reformar, a su vez, sus pautas (IAS, o sea pautas internacionales de contabilidad).