Deuda: baja el riesgo y sube la calificación de bonos (19-X)

Como lo sabía de antemano Roberto Lavagna, Standard & Poor’s mejoró la calificación de la deuda (de CCC a CCC+ para “boden” en pesos). Amén de nuevas alzas oportunistas en la bolsa, esto puede acelerar negociaciones europeas.

19 octubre, 2004

Previendo esa decisión –que incluye los préstamos garanidos (suben de CCC a CCC+- y una similar poro parte de Moody’s Investors Service, firmas de valores y bancas de inversión internacionales dispusieron que sus analistas mostrasen optimismo en el caso argentino. Entretanto, la propia S&P sacaba a luz un dato sugestivo, cuidadosamente soslayado durante la larga campaña de opinión contra el canje: no hay proporciones de adhesión fijas para salir de un cese de pagos.

En Londres, Fráncfort, Tokio y Nueva York, varios intermediarios fuertes en el mercado financiero señalaban que, ahora, existen condiciones mínimas para que no fracase la propuesta de canje. Una de ellas, disimulada por el gobierno y el propio Fondo Monetario, es que –“sotto voce”- algunas mejoras se han introducido vía Comisión Federal de Valores (SEC).

Obviamente, pesa un componente ajeno a las negociaciones: la violenta alza del petróleo presiona sobre la rentabilidad de bonos calificados AA/AAA. Es decir, ceden las tasas y esto beneficia a papeles emitidos o a emitir por deudores soberanos periféricos. Por supuesto, los analistas no olvidan los intereses de sus firmas e insisten en “un pago simbólico en efectivo”.

Estas movidas acotan aún más el margen de maniobra de los “comités” armados por financistas y fondos especulativos, en nombre de pequeños inversores no bien identificados. También dejan un poco en el aire a gobiernos que se han plegado, de un modo u otro, a las presiones de los “bonistas”. Especialmente, el italiano.

Por su parte, el dato sobre proporción de acreedores que acepten el canje tampoco mejora la posición del “lobby” intransigente. En realidad, Argentina sigue los pasos de Rusia, Pakistán, Ecuador o Uruguay –presentado como “modelo de buena conducta” por el negocio financiero- en cuanto a restructuraciones vía canje. Al igual que Buenos Aires ahora, esos países estaban en “incumplimiento selectivo” (“default” es palabra innecesaria) y algunos lograron bajos grados de adhesión a sus propuestas. Al cabo de los canjes y según cada situación local, emergieron con calificaciones de CCC+ (Ecuador) a BB+ (Rusia).

Previendo esa decisión –que incluye los préstamos garanidos (suben de CCC a CCC+- y una similar poro parte de Moody’s Investors Service, firmas de valores y bancas de inversión internacionales dispusieron que sus analistas mostrasen optimismo en el caso argentino. Entretanto, la propia S&P sacaba a luz un dato sugestivo, cuidadosamente soslayado durante la larga campaña de opinión contra el canje: no hay proporciones de adhesión fijas para salir de un cese de pagos.

En Londres, Fráncfort, Tokio y Nueva York, varios intermediarios fuertes en el mercado financiero señalaban que, ahora, existen condiciones mínimas para que no fracase la propuesta de canje. Una de ellas, disimulada por el gobierno y el propio Fondo Monetario, es que –“sotto voce”- algunas mejoras se han introducido vía Comisión Federal de Valores (SEC).

Obviamente, pesa un componente ajeno a las negociaciones: la violenta alza del petróleo presiona sobre la rentabilidad de bonos calificados AA/AAA. Es decir, ceden las tasas y esto beneficia a papeles emitidos o a emitir por deudores soberanos periféricos. Por supuesto, los analistas no olvidan los intereses de sus firmas e insisten en “un pago simbólico en efectivo”.

Estas movidas acotan aún más el margen de maniobra de los “comités” armados por financistas y fondos especulativos, en nombre de pequeños inversores no bien identificados. También dejan un poco en el aire a gobiernos que se han plegado, de un modo u otro, a las presiones de los “bonistas”. Especialmente, el italiano.

Por su parte, el dato sobre proporción de acreedores que acepten el canje tampoco mejora la posición del “lobby” intransigente. En realidad, Argentina sigue los pasos de Rusia, Pakistán, Ecuador o Uruguay –presentado como “modelo de buena conducta” por el negocio financiero- en cuanto a restructuraciones vía canje. Al igual que Buenos Aires ahora, esos países estaban en “incumplimiento selectivo” (“default” es palabra innecesaria) y algunos lograron bajos grados de adhesión a sus propuestas. Al cabo de los canjes y según cada situación local, emergieron con calificaciones de CCC+ (Ecuador) a BB+ (Rusia).

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