De US$ 100 a 240 mil millones que se esfuman

Esta es la situación, anualmente, del impuesto a las sociedades. El escenario fiscal que viene plantea una nueva forma de planificación, que exige a los contribuyentes más transparencia, y mayor comunicación entre los distintos países, según PwC.

2 diciembre, 2015

En este contexto, los países miembros de la OCDE y del G20 (entre ellos Argentina) se han abocado a identificar, analizar y evaluar algunas prácticas que generan oportunidades para la erosión de bases imponibles y el traslado de beneficios, BEPS, unificando criterios y proponiendo acciones, estándares y medidas concretas que permitan mitigar dicha erosión y aseguren que los beneficios fiscales queden gravados en donde se originan las actividades económicas y se añade valor, según analiza las Iniciativas BEPS un artículo publicado en el Nº 7, de noviembre de 2015, Economic GPS, de PwC.

 

Aunque medir el alcance de BEPS es todo un reto, los resultados del trabajo desarrollado por la OCDE desde 2013 confirmarían la magnitud potencial del problema, con datos que indican que la pérdida recaudatoria en el impuesto sobre sociedades estaría entre un 4 y un 10% de la recaudación global por este impuesto, es decir, de 100 a 240 mil millones de dólares anuales.

 

Estas pérdidas estarían provocadas por diversas causas, incluyendo las estrategias de planificación fiscal agresiva seguidas por algunas empresas multinacionales, la interacción entre las normas fiscales internas, la falta de transparencia y coordinación entre administraciones tributarias, los efectos de la competencia fiscal, los limitados recursos disponibles en los países para la aplicación de las normas y las prácticas tributarias perniciosas.

 

Las filiales de las empresas multinacionales que residen en países de baja tributación declaran un margen de beneficios (en relación a sus activos) que duplica el promedio de su grupo, mostrando cómo BEPS provoca distorsiones económicas.

 

Asimismo, el informe señala que el impacto de BEPS sobre la recaudación total se estima superior en países en vías de desarrollo que en países desarrollados dada su mayor dependencia de la recaudación por dicho impuesto.

 

Un acuerdo en conjunto para las Iniciativas BEPS que apunta a rediseñar el sistema tributario internacional

 

No solo por primera vez todos los países pertenecientes a la OCDE y al G20 han trabajado de manera conjunta en el diseño de respuestas comunes a los retos que plantea la fiscalidad internacional sino que, adicionalmente, se ha contado con la colaboración de países en vías de desarrollo en la elaboración de los estándares fiscales internacionales consensuados.

Diferentes presiones

 

Las tasas impositivas efectivas promedio para el período 2011 a 2014 se extienden desde 11,1% (correspondiente a Paraguay, cuya tasa del impuesto sobre la renta es del 10%) a 34,3% (correspondiente a Argentina, cuya tasa del impuesto a las ganancias es del 35%), mientras la tasa promedio para la región para el período mencionado es de 24,9%.

 

Estas diferencias dan pie a las empresas que actúan en los distintos países para que deriven la liquidación de los impuestos desde donde se pagan las tasas más elevadas hacia los que tributan menos. Ese sería el caso de Brasil, que está en una escala media, y Argentina, cuya franja es la más alta.

 

Se está gestando tanto para las administraciones fiscales como para los contribuyentes una nueva forma de mirar la planificación fiscal por parte de las empresas multinacionales, en un contexto que tiende a un sistema tributario internacional coordinado y fluido entre las distintas administraciones tributarias nacionales.

 

Estos son algunos de los interrogantes que se plantean:

 

  • ¿Qué es BEPS (base erosion and profit shifting)?

 

  • ¿En qué contexto surgen las iniciativas que buscan contrarrestar BEPS?

 

  • ¿Qué impacto en números se estima tendría BEPS sobre la recaudación global del impuesto a la renta?

 

  • ¿Cuáles son las acciones en concreto que se proponen seguir?

 

 

¿Por qué surgen las iniciativas BEPS?

 

El contexto económico internacional actual ha traído nuevos retos a las administraciones tributarias, las cuales se han visto en la necesidad de afinar sus estrategias de fiscalización y control de las actividades empresariales, sujetas cada vez más a una dinámica que no reconoce fronteras tradicionales y que se apoya en las economías de escala y en la maximización de los resultados.

 

En este escenario encontramos, por un lado, grupos multinacionales que, gracias al desarrollo de las nuevas tecnologías de información, pueden centralizar ciertas actividades en determinadas compañías, con el objetivo de generar ventajas competitivas que le permitan hacer más eficiente el uso de los recursos y ganar terreno en el posicionamiento de sus bienes y servicios, así como obtener beneficios fiscales que redunden en mejores resultados netos al final del ejercicio.

 

Por otro lado, encontramos estados nacionales que muchas veces con el objetivo de atraer inversiones y recursos tributarios ofrecen diversos incentivos fiscales.

 

Asimismo, los convenios impositivos internacionales implementados entre los distintos sistemas tributarios nacionales para evitar la imposición por parte de más de una jurisdicción, o doble imposición, han facilitado en algunos casos situaciones contrarias como por ejemplo la doble no imposición.

 

De acuerdo con un análisis elaborado por la OCDE a instancias de los países miembros del G20, dichas cuestiones generan un escenario factible para la implementación de estrategias de planeamiento fiscal por parte de empresas multinacionales, que explotan fallas o diferencias en las normativas tributarias locales “reduciendo” la renta imponible o tendientes a dirigir la renta hacia jurisdicciones donde la carga tributaria es baja.

 

En relación a las diferencias entre las normas tributarias de los países, solo con considerar América se pueden observar las disparidades que existen entre las tasas impositivas efectivas de los países.

 

Dentro de los que presentan las mayores tasas impositivas efectivas de América, de acuerdo con la información utilizada y a la metodología aplicada, se puede observar a Argentina, Perú, México, Chile y Estados Unidos con un promedio de 30,6%, mientras que los países con las tasas impositivas efectivas medias de la región alcanzan un valor de 24,9% y corresponden a Brasil, Colombia, Bolivia y Jamaica.

 

Finalmente, en el extremo inferior de la región se encuentran Canadá, Trinidad y Tobago, Bermudas y Paraguay con un promedio de 17,9%.

 

Asimismo, observando las tasas impositivas efectivas por sector económico, surge también una clara divergencia entre las mismas.

 

La tasa impositiva efectiva promedio para el período 2011-2014 del sector minero fue de 47,4% mientras que en el otro extremo se encuentra la actividad relacionada a la prestación de servicios de finanzas, seguros y bienes raíces con un promedio de 22,1%.

 

Acciones en concreto

 

Los países han alcanzado el acuerdo en relación a un amplio paquete de medidas, plasmadas en un documento que contiene 15 acciones (“Plan de Acciones BEPS”) las cuales abarcan desde nuevos estándares mínimos a la revisión de los que ya estaban en vigor, estrategias comunes que facilitarán la convergencia de prácticas nacionales y, por último, directrices basadas en mejores prácticas.

 

Los estándares mínimos surgen para abordar aquellos problemas en los que la inacción de algunos países provocaría efectos colaterales negativos (como un impacto negativo en la competitividad) en otros países.

 

Algunas de las medidas pueden ser de aplicación inmediata, como las revisiones a las Directrices de Precios de Transferencia. Otras medidas exigen cambios en los convenios fiscales entre administraciones tributarias nacionales, por ejemplo a través del instrumento multilateral.

 

Por último, otras medidas requieren una revisión de la legislación interna de cada país.

 

Seguimiento y próximos pasos

 

Se acordó que los países miembros de la OCDE y del G20 extenderán su cooperación con BEPS hasta 2020, para así completar el trabajo pendiente y garantizar una supervisión selectiva y eficaz de las medidas acordadas.

 

A mediados de 2016 definirán un marco para efectuar dicha supervisión con vistas a mejorar la integración de otros países interesados. Este punto resulta crucial para el éxito del informe puesto que en la medida en que la iniciativa no se implemente con la misma coordinación y simetría por parte de todos los países involucrados, probablemente el resultado sea una situación contraría al objetivo propuesto, con mayores discusiones entre las administraciones de los fiscos de los diversos países y en mayores situaciones de doble imposición, con un consecuente mayor costo para las empresas.

 

Implicancias sobre los grupos multinacionales

 

El contexto descrito plantea a las empresas multinacionales una nueva forma de ver su planificación fiscal, si bien un grupo seguirá contando con el poder de decisión de dónde localizar sus ganancias, optando dentro del abanico de posibilidades que ofrecen los distintos sistemas tributarios nacionales, solo considerando América la distribución de las tasas impositivas efectivas muestra una amplia variación). Estas decisiones deberán ser sostenidas con la efectiva localización de funciones, riesgos y activos que generan dichas ganancias

 

 

 

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