Cuasimonedas y viejas historias de desconfianza

No, no es en Corrientes. Ahora son municipios como Berkshire, donde atiende el megaespeculador Warren Buffett, Ithaca, Detroit y un estado, Carolina norte. Pero la falta de fe en Washington y Wall Street puede extender el uso de billetes substitutos.

17 marzo, 2010

<p>En Estados Unidos, pues, cada vez m&aacute;s gente escapa del d&oacute;lar imprimiendo moneda propia. Es un fen&oacute;meno inverso al tan frecuente otrora en Argentina, donde la inflaci&oacute;n creaba desconfianza p&uacute;blica en la moneda nacional, pero no hab&iacute;a suficientes divisas en circulaci&oacute;n. Al norte, el problema es una deflaci&oacute;n recesiva.</p>
<p>Tampoco puede compararse con la reticencia de alemanes, franceses, italianos o espa&ntilde;oles cuando apareci&oacute; el euro como moneda &uacute;nica. En aquel caso la conversi&oacute;n de apuro, los comerciantes oportunistas y un Banco Central Europeo sin reflejos explican por qu&eacute; tanta gente se aferraba a marcos, pesetas, liras o francos. Todav&iacute;a hoy, Gran Breta&ntilde;a y Suecia no est&aacute;n en la Eurozona: conservan libras esterlinas y coronas.</p>
<p>A criterio de varios expertos, la desconfianza ante el d&oacute;lar en su patria refleja algo m&aacute;s profundo: al igual que varios economistas serios, el p&uacute;blico no cree que el pa&iacute;s haya salido a&uacute;n de la crisis sist&eacute;mica iniciada en 2006 con el desplome inmobiliario. Dicho de otro modo, el imaginario colectivo identifica la larga baja del d&oacute;lar &ndash;hasta octubre de 2009- con la depreciaci&oacute;n de sus viviendas y un desempleo que no cede de 9,7%.</p>
<p>Naturalmente, las cuasimonedas norteamericanas -suman diecisiete a mediados de marzo- parten de la iniciativa privada local. Hasta ahora, la m&aacute;s popular es la berkshare, del municipio casi hom&oacute;nimo (algunos medios le han puesto &ldquo;buffett&rdquo;). &iquest;Justicia po&eacute;tica, acaso? Sucede que el fondo Berkshire Hathaway fue el instrumento de Buffett cuando, en 1992, atac&oacute; a la esterlina y la dej&oacute; en un pozo que nunca pudo abandonar del todo.</p>
<p>Hoy, la berkshare circula en billetes de uno, cinco, diez, veinte y cincuenta &iexcl;d&oacute;lares!, impresos en el mismo taller de Boston que trabaja para la Reserva Federal. La cara de Buffett no figura en la serie, aunque lo merecer&iacute;a. <br />
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