CSFB: un ex banquero y siete ejecutivos están en problemas

Frank Quattrone, que debió renunciar el martes como banquero jefe del sector tecnológico en Crédit Suisse First Boston, ha sido acusado de abusos e irregularidades. Entretanto, siete ejecutivos fueron involucrados en el caso Enron.

9 marzo, 2003

Los cargos contra Quattrone, hoy un retirado multimillonario que ya ofrece servicios de consultoría por Internet, han sido radicados por la Securities & Exchange Commission. Incluyen arbitrariedades y abusos relacionados con ofertas públicas iniciales (OPI) de acciones y análisis de sus firmas emisoras (actividad aludida con un piadoso eufemismo, “research analysis”).

Para la carrera “post CSFB” del influyente expertos en OPI informáticas, lo malo es que a la SEC se suma la National Association of Securities Dealers, NASD. Esta entidad maneja los principales paneles tecnológicos vía el mercado Nasdaq (su sigla más “automated quotations”m cotizaciones electrónicas). Ambas instancias sostienen que Quattrone nunca cooperó con las investigaciones y, por el contrario, hizo destruir documentos probatorios.

Por cuerda separada, Adebayo Ogunlesi –jefe de banca de inversión en CSFB- y otros seis ejecutivos han sido conminados perentoriamente a presentarse ante el plenario (“grand jury”) federal de Houston. Los siete han venido retaceando testimonios sobre operaciones entre su banco y Enron. Tampoco han cooperado con el comité del concurso.“Estas personas eluden las citaciones y tratan de ganar tiempo para coordinar su presumible defensa con los abogados de Enron y CSFB. Pero siguen entrando demandas de accionistas e inversores sobre sus transacciones”, reveló Neal Batson. Este letrado ha sido puesto por del departamento federal de Justicia a cargo de las investigaciones sobre el colapso del gigante energético (pidió quiebra el 2 de diciembre de 2001).

CSFB, división de Groupe Crédit Suisse para banca de inversión en EE.UU., afronta una lluvia de litigios, que no se limitan a Enron. Como ocurre con casi todas las firmas de valores que combinan esa actividad con la financiera, muchos clientes se sienten defraudados por sus análisis. A menudo, éstos y las recomendaciones de compras accionarias son influidas por la necesidad de las propias firmas calificadas como clientes en banca de inversión. Sólo a causa de Enron, las demandas contra CSFB ascienden a US$ 450 millones.

Los cargos contra Quattrone, hoy un retirado multimillonario que ya ofrece servicios de consultoría por Internet, han sido radicados por la Securities & Exchange Commission. Incluyen arbitrariedades y abusos relacionados con ofertas públicas iniciales (OPI) de acciones y análisis de sus firmas emisoras (actividad aludida con un piadoso eufemismo, “research analysis”).

Para la carrera “post CSFB” del influyente expertos en OPI informáticas, lo malo es que a la SEC se suma la National Association of Securities Dealers, NASD. Esta entidad maneja los principales paneles tecnológicos vía el mercado Nasdaq (su sigla más “automated quotations”m cotizaciones electrónicas). Ambas instancias sostienen que Quattrone nunca cooperó con las investigaciones y, por el contrario, hizo destruir documentos probatorios.

Por cuerda separada, Adebayo Ogunlesi –jefe de banca de inversión en CSFB- y otros seis ejecutivos han sido conminados perentoriamente a presentarse ante el plenario (“grand jury”) federal de Houston. Los siete han venido retaceando testimonios sobre operaciones entre su banco y Enron. Tampoco han cooperado con el comité del concurso.“Estas personas eluden las citaciones y tratan de ganar tiempo para coordinar su presumible defensa con los abogados de Enron y CSFB. Pero siguen entrando demandas de accionistas e inversores sobre sus transacciones”, reveló Neal Batson. Este letrado ha sido puesto por del departamento federal de Justicia a cargo de las investigaciones sobre el colapso del gigante energético (pidió quiebra el 2 de diciembre de 2001).

CSFB, división de Groupe Crédit Suisse para banca de inversión en EE.UU., afronta una lluvia de litigios, que no se limitan a Enron. Como ocurre con casi todas las firmas de valores que combinan esa actividad con la financiera, muchos clientes se sienten defraudados por sus análisis. A menudo, éstos y las recomendaciones de compras accionarias son influidas por la necesidad de las propias firmas calificadas como clientes en banca de inversión. Sólo a causa de Enron, las demandas contra CSFB ascienden a US$ 450 millones.

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