Críticas suizas a la Reserva Federal

Un estudio considera que el banco central de EE.UU. da poca información sobre sus proyecciones económicas. Aconseja una mayor periodicidad en las publicaciones y el uso de un lenguaje más claro. También se refiere al BCE.

7 mayo, 2001

(EFE).- Un estudio suizo, que será publicado próximamente, critica el secretismo que cultivan a veces los bancos centrales como la Reserva Federal de Estados Unidos y recomienda una mayor transparencia.

El estudio, realizado por cuatro economistas bajo la dirección del profesor ginebrino Charles Wiplosz bajo el título de ¿Cómo comunican los bancos centrales?, afirma en sus conclusiones que la eficacia de la política monetaria corre pareja con su transparencia.

“La transparencia debería ser la regla tanto por eficacia económica como por responsabilidad democrática”, señala Wiplosz, según un adelanto del estudio que publica hoy (lunes 7) en el diario Le Temps.

Los autores del estudio califican de “esquizofrénica” la política de comunicación de la Reserva Federal de Estados Unidos pues si bien este banco central, el más importante del mundo, comunica sus decisiones, éstas siguen siendo enigmáticas para el público.

Sin embargo, el estudio reconoce que la Reserva Federal no cultiva el secreto y habla, bien oficialmente, ante el Congreso estadounidense, o, más discretamente, a los medios de comunicación.

Además, las actas de cada reunión de su comité monetario (Federal open market committee) se publican unos días después con el resultado de la votación y el nombre de los miembros que han aprobado o rechazado un eventual cambio de política monetaria.

Pero comunicar, señalan los autores del estudio, no significa intentar que lo comprendan a uno, y muchas veces el presidente de la Reserva Federal utiliza una jerga, conocida en Estados Unidos como Fedspeak, que Greenspan domina a la perfección, y que consiste en utilizar palabras muy complicadas para no decir apenas nada.

El estudio suizo critica que la Reserva Federal dé muy poca información sobre sus proyecciones económicas y le aconseja que publique regularmente las investigaciones de sus economistas.

Asimismo, según el profesor Wiplosz y sus colaboradores, los comunicados que explican las decisiones de su comité monetario siguen siendo ambiguas y sujetas a diversas interpretaciones, algo que no creen que vaya a cambiar, sin embargo, mientras siga al frente Greenspan, que ha impuesto absolutamente su estilo.

En relación con el Banco Central Europeo, los economistas suizos critican la cacofonía en su política de comunicación, aunque se muestran comprensivos y la atribuyen a su juventud.

Según el estudio, “no hay duda de que es en la política de tasas de interés donde los miembros del Consejo de gobernadores deben aprender las lecciones más dolorosas sobre las dificultades que presenta una comunicación colectiva”.

Ultimamente, sin embargo, “los comentarios individuales sobre el euro se han vuelto más raros, y lo que se dice parece ser fruto de un mensaje común”, reconocen los economistas suizos.

Las dificultades actuales del BCE, señalan, están también ligadas a la formulación de su estrategia de política monetaria que se basa en dos pilares: la masa monetaria en circulación y los demás indicadores que influyen en la estabilidad de precios.

Según el estudio suizo, es demasiado, y el BCE debería concentrarse únicamente en la inflación.

El estudio critica, por otro lado, el número excesivo de miembros –18– del comité ejecutivo que decide la política monetaria.

Los autores del estudio consideran que, en previsión del ingreso de nuevos países en la UE, se imponen dos soluciones: reducción de sus miembros o votación en lugar de consenso para decidir un alza o baja de las tasas.

Actualmente prevalece el consenso, pero es difícil continuar esa práctica con un número tan elevado de personas.

Quienes deban contra su voluntad aceptar la postura dominante tenderán a explicar en público su frustración, lo que no será bueno desde el punto de vista de la política de comunicación.

(EFE).- Un estudio suizo, que será publicado próximamente, critica el secretismo que cultivan a veces los bancos centrales como la Reserva Federal de Estados Unidos y recomienda una mayor transparencia.

El estudio, realizado por cuatro economistas bajo la dirección del profesor ginebrino Charles Wiplosz bajo el título de ¿Cómo comunican los bancos centrales?, afirma en sus conclusiones que la eficacia de la política monetaria corre pareja con su transparencia.

“La transparencia debería ser la regla tanto por eficacia económica como por responsabilidad democrática”, señala Wiplosz, según un adelanto del estudio que publica hoy (lunes 7) en el diario Le Temps.

Los autores del estudio califican de “esquizofrénica” la política de comunicación de la Reserva Federal de Estados Unidos pues si bien este banco central, el más importante del mundo, comunica sus decisiones, éstas siguen siendo enigmáticas para el público.

Sin embargo, el estudio reconoce que la Reserva Federal no cultiva el secreto y habla, bien oficialmente, ante el Congreso estadounidense, o, más discretamente, a los medios de comunicación.

Además, las actas de cada reunión de su comité monetario (Federal open market committee) se publican unos días después con el resultado de la votación y el nombre de los miembros que han aprobado o rechazado un eventual cambio de política monetaria.

Pero comunicar, señalan los autores del estudio, no significa intentar que lo comprendan a uno, y muchas veces el presidente de la Reserva Federal utiliza una jerga, conocida en Estados Unidos como Fedspeak, que Greenspan domina a la perfección, y que consiste en utilizar palabras muy complicadas para no decir apenas nada.

El estudio suizo critica que la Reserva Federal dé muy poca información sobre sus proyecciones económicas y le aconseja que publique regularmente las investigaciones de sus economistas.

Asimismo, según el profesor Wiplosz y sus colaboradores, los comunicados que explican las decisiones de su comité monetario siguen siendo ambiguas y sujetas a diversas interpretaciones, algo que no creen que vaya a cambiar, sin embargo, mientras siga al frente Greenspan, que ha impuesto absolutamente su estilo.

En relación con el Banco Central Europeo, los economistas suizos critican la cacofonía en su política de comunicación, aunque se muestran comprensivos y la atribuyen a su juventud.

Según el estudio, “no hay duda de que es en la política de tasas de interés donde los miembros del Consejo de gobernadores deben aprender las lecciones más dolorosas sobre las dificultades que presenta una comunicación colectiva”.

Ultimamente, sin embargo, “los comentarios individuales sobre el euro se han vuelto más raros, y lo que se dice parece ser fruto de un mensaje común”, reconocen los economistas suizos.

Las dificultades actuales del BCE, señalan, están también ligadas a la formulación de su estrategia de política monetaria que se basa en dos pilares: la masa monetaria en circulación y los demás indicadores que influyen en la estabilidad de precios.

Según el estudio suizo, es demasiado, y el BCE debería concentrarse únicamente en la inflación.

El estudio critica, por otro lado, el número excesivo de miembros –18– del comité ejecutivo que decide la política monetaria.

Los autores del estudio consideran que, en previsión del ingreso de nuevos países en la UE, se imponen dos soluciones: reducción de sus miembros o votación en lugar de consenso para decidir un alza o baja de las tasas.

Actualmente prevalece el consenso, pero es difícil continuar esa práctica con un número tan elevado de personas.

Quienes deban contra su voluntad aceptar la postura dominante tenderán a explicar en público su frustración, lo que no será bueno desde el punto de vista de la política de comunicación.

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