Contra la eurozona, el golpe de calificadoras
La degradación de Francia (AAA a AA), Italia (A a BBB+), España (AA- a A) y otras seis economías parece una maniobra de bancos anglosajones y holandeses. Vale decir, los que influyen en Standard & Poors, Moodys Investors Service y Fitch Ratings.
14 enero, 2012
<p>Sea como fuere, con el euro en pisos de US$ 1,265 y promedios de 1,27, la crisis ingresa este fin de semana en una fase alarmante de volatilidad. En un gesto de trasfondo político, la agencia S&P excluyó a Francia –segunda economía de la Eurozona- de la selecta categoría AAA. Para peor, derribó a Italia de A a BBB+ y a España de AA- a A).<br />
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En ambos casos, ayer mismo una “inyección de euforia” les permitió colocar bonos soberanos a diez años abonando “sólo” 495 puntos básicos sobre la tasa alemana. Entretanto, Moody’s ponía en perspectiva negativa a esos mismos países. Fitch anunció que hará igual de un momento a otro.<br />
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Para Nicolas Sarkozy, el problema es más complejo que para Mario Monti (Roma) o Mariano Rajoy (Madrid), dados la proximidad de elecciones (22 de abril, la primera vuelta) y el avance de los socialistas de François Hollande en las encuestas. Quizá para disimular los objetos reales del ataque, S&P incluyeron en las rebajas calificatorias a Austria, Portugal, Malta, Eslovaquia, Chipre y Eslovenia.<br />
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Horas después de insistir en el achique de varias economías como solución ideal para salir de la eurocrisis, el finés Olli Rehn (comisario de asuntos económicos en la Unión Europea) cambió de libreto. Ahora denuncia “las incoherentes decisiones de S&P y Moody’s. Se anunciaron en un punto no elegido a azar y, por el contrario, representan un golpe demoledor a todos”.<br />
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Naturalmente, el cuadro ayuda a las villanas de la película. Empezando por las proporciones de deuda pública relativos a cada producto bruto interno. Al frente de esa lista negra aparecen, claro, Italia (120%) del PBI, Portugal (93%), Francia (85%), Austria (72%) y España (66%). Ello según estimaciones a fin de 2011. El sábado, por añadidura, la propia Comisión Europea también juzgó incorrecta la decisión de las calificadoras.</p>