Con divisas en guerra, ir a Brasil sería más barato

En el contexto cambiario actual de Argentina, con un tipo de cambio oficial “planchado” y el blue experimentando un leve recorte en su valor, resultaría muy conveniente hacer turismo afuera, en Brasil o Colombia.

9 marzo, 2015

Un análisis realizado por el socio gerente de Inversiones de CD & A Financial Services, asesores financieros, Carlos Donantueno, concluye al respecto que debería elegirse un destino con bajos y estables niveles de inflación, pero altos índices de depreciación de su moneda.

 

La menor variación del peso argentino frente al dólar, en contraste con las economías de Brasil y Colombia, indica un aumento nominal en el poder de compra de los dólares argentinos respecto del mismo período del año anterior, plantea.

 

Si se optara por adquirir dólares en el mercado marginal de divisas en Argentina para hacer el viaje, el rendimiento pasaría a ser mínimo (+94 b.p.) para Brasil, o incluso negativo (-98 b.p.) en el caso de Colombia.

 

Pero muchos argentinos tienen la posibilidad de realizar consumos con tarjeta de crédito e incluso adquirir el famoso “dólar turista” antes de viajar. En cualquier caso, aplica el mismo tipo de cambio: dólar oficial + impuesto 35% anticipo de ganancias AFIP.

 

En este caso, el tipo de cambio mencionado se depreció 11.1%, desde $10.63 hasta los actuales $11.81 por dólar durante el último año.

 

Siempre hablando en términos nominales, Colombia sería el destino más rentable para los argentinos que deseen vacacionar en el exterior, donde podrían incluso sacar una jugosa ventaja respecto de aquellos que la eligieron durante 2014, a partir de una mejora del poder de compra en torno del 10%.

 

Y si bien Brasil estaría liderando como destino más conveniente, el mal clima económico que experimenta podría ocasionar una notable distorsión en los precios al consumidor, y finalmente pagar un sobreprecio en función de las negativas expectativas del comercio brasileño.

 

Esgrima de divisas

 

Como los gobiernos de bancos centrales en la región han adoptado un criterio común a la hora de administrar el valor de sus monedas frente al dólar (USA), las fuertes pérdidas de valor que se observan diariamente tienen como objetivo mantener la competitividad de las economías y evitar que se vea afectado el nivel de actividad.

 

Este deslizamiento de tipo de cambio nominal se origina a partir de la fuerte caída en el precio internacional de los barriles de crudo WTI (Texas) y BRENT (Londres), donde el primer impacto parecería ser positivo desde la óptica del ahorro, a partir de una caída real en los precios finales de los combustibles, y consecuentemente en las tarifas del transporte público.

 

Si bien el consumidor se ve beneficiado al incrementar su poder adquisitivo en función del ahorro, los bajos precios del crudo amenazan seriamente los ingresos soberanos, sobre todo en países donde los hidrocarburos explican más de la mitad de las exportaciones anuales, además de verse afectada la inversión.

 

Lo que hasta aquí se presenta como una crisis monetaria podría luego derivar en una financiera, desde una mirada algo más frívola, tratando de hallar la ventaja en el problema.

 

Para elucidar en qué parte de la región podría un argentino maximizar el rendimiento de sus dólares, un recorrido cambiario por la región mostraría que hoy por hoy Brasil es uno de los dos destinos más convenientes.

 

Quizás lo que para un ciudadano brasileño o un analista de forex (monedas) implica un “break point” del real, para los argentinos, acostumbrados a las micro-devaluaciones diarias que desde los últimos tres años viene llevando a cabo el BCRA, es solo parte de “lo que se viene” en materia monetaria para la región.

 

Exceptuando la distorsionada economía venezolana, donde claramente cambiando sus dólares según el tipo de cambio de referencia “Cúcuta” (ciudad de Colombia frontera con Venezuela), un turista obtendría actualmente unos 285 Bolívares por cada denominación mínima de billete norteamericano, Brasil es uno de los dos destinos más convenientes para los turistas argentinos.

 

El país vecino lleva a cabo la depreciación de su moneda en un contexto de fuerte caída en los niveles de confianza del consumidor; de hecho el índice se encuentra en niveles mínimos record (85,4 pts.).

 

Este dato no es menor en virtud de que la confianza alimenta las expectativas económicas de la sociedad, sea para bien o para mal.

 

El pasado jueves, el Banco Central de Brasil se vio obligado a elevar su tasa de referencia SELIC hasta el 12.75%, en un intento de controlar los altos niveles de inflación, en el marco de un claro interés del mercado hacia moneda dura.

 

En este sentido, la suba de tasas hace las veces de ancla inflacionaria en un marcado escenario devaluatorio.

 

El real se deprecia 29.5% en el último año…

 

 

 

Brasil atraviesa actualmente graves problemas institucionales, y la imagen negativa de Dilma se encuentra en niveles record.

 

Sospechas de corrupción que envuelven al gobierno de Rousseff con el “escándalo Petrobras”, sumado al “tironeo” fiscal, amenazan con terminar de diluir la imagen de la Presidenta, y acabar con su gobierno.

 

Como suele suceder en estos casos, las calificadoras de riesgo, que son el equivalente a “aquel amigo que elogia tu actitud cuando todos te dicen que estás equivocado, y luego te desconoce cuando finalmente te equivocaste”, aprovecharon el mal momento de Brasil para bajar la calificación del país.

 

Desde la crisis subprime (USA-2007), el mercado conoce el “criterio económico” de las calificadoras, y los analistas casi no tenemos en cuenta sus outlooks y calificaciones, pero siempre se las arreglan para ser el combustible perfecto cuando las llamas comienzan a arder.

 

Brasil arrastra además una suba acumulada del índice de precios al consumidor que se ubica en 7.14% para los últimos 12 meses, según datos del IPCA.

 

Los argentinos bastante conocemos de inflación, pero sería bueno entender la dinámica de la evolución de precios, donde claramente las expectativas juegan un rol preponderante en momentos de tensión cambiaria.

 

Sin entrar en demasiados detalles, lo peor aún no llegará para el real brasileño.

 

Cuando la desconfianza y la incertidumbre se apoderan de una economía, la inflación y el tipo de cambio comienzan a moverse por expectativa, y su evolución ingresa en un camino paralelo al dato real o la paridad adecuada.

 

Esto quiere decir que sería lógico comenzar a observar en Brasil bienes y servicios que cambien notablemente de valor con tan solo pocos metros de distancia entre los distintos puntos de venta.

 

La expectativa no es otra cosa que el resultado de la confluencia de los diferentes estados de ánimo, confianza, pronósticos y sensaciones de cada individuo sobre el futuro económico de un país.

 

Economías estresadas como la de Brasil suelen ser ámbitos de grandes negocios para aquellos que tienen tiempo y el conocimiento para desarrollarlos, pero podrían resultar nocivas para un distraído turista que poco conoce de precios en el país destino.

 

Colombia

 

Algo más sólido, aunque igualmente atravesando una suerte similar a la brasileña, se encuentra el otro destino más conveniente para hacer turismo internacional.

 

Colombia mantiene un correcto comportamiento en la evolución del índice de precios al consumidor, donde según datos de DANE (Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas), este se mantiene en un dígito desde mayo de 2000.

 

No es poco ¿verdad?

 

 

No obstante, se observó una fuerte aceleración en el nivel de precios durante febrero de 2015, (+1,15%), que colocan al acumulado de los últimos 12 meses en 4,36%.

 

Colombia enfrenta un duro escenario económico en 2015, golpeado por la caída en el precio internacional del barril de crudo WTI, que amenaza el plan de inversiones y rentabilidad de la empresa más grande del país, Ecopetrol SA.

 

Las menores utilidades que la compañía arrojó para el ejercicio 2014 (-41%), genera entre otros una fuerte disminución en las regalías que reciben las regiones colombianas.

 

El Banco de la República (Banco Central) ha decidido devaluar el COP (Peso colombiano), administrando un tipo de cambio que flota libre más allá de algunas intervenciones oficiales. Mantiene una estrecha relación con la evolución del precio del barril de crudo WTI de Texas, que cotiza en el parqué del NYMEX (New York Mercantile Exchange) durante el horario en que negocia el mercado de cambios colombiano.

 

El COP colombiano acumula una caída de 24.8% en el último año…

 

 

La crítica situación del sector de hidrocarburos llevó al gobierno nacional nada menos que a aplazar 6 billones de pesos (aproximadamente 2.355,7 millones de dólares), del presupuesto de inversiones 2015.

 

Básicamente, el presidente Santos explicó que en función de la caída de precios del crudo “no se puede gastar más de lo que se ingresa”.

 

Sin duda, los recientes datos de ventas externas del país respaldan esta afirmación, luego de conocerse que las exportaciones del país cayeron 40.2% hasta los 2.875,1 millones de dólares FOB (Free on Board).

 

Colombia atraviesa un momento complicado, pero que se desarrolla en sintonía con el resto de las economías saludables de la región (Chile, Perú y México).

 

En este sentido, aun no enciendo “luces de alarma” para el país cafetero, por el contrario, será una de las tres economías que mejor logrará transitar este período que ya se conoce a nivel mundial como “currency war” (guerra de divisas).

Tipo de cambio dólar turista 

 

Aumento Poder de Compra

 

Brasil: +22.36%

Colombia: +20.44%

Dólar BLUE (últimos 12 meses)

 

 

Brasil: +11.26%

Colombia: +9.34%

 

Por qué no convienen otros destinos de la región:

PAÍS

DEVALUACIÓN ANUAL

INFLACIÓN ANUAL

Perú

 10,5%  3,07%

Chile

 10,35%  4,5%

     México

 14,75%  3,07%

 

 

 

 

 

 

 

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