Carlyle Capital en cese de pagos y al borde del colapso

La filial “off shore” de Carlyle Group cayó 88% en Euronext –Amsterdam- el jueves. La firma se declaró en cese con pasivos por de € 10.700 millones (US$ 16.600 millones). El resto de activos será confiscado por acreedores.

14 marzo, 2008

Este episodio, casi escandaloso para un grupo con sólidos nexos en el Pentágono y la industria bélica, demuestra que la crisis de crédito se acentúa y salpica a todo Occidente. No es global, como imaginan tantos gurúes, porque el desacople la aísla del resto del mundo.

Carlyle Capital Corp (CCC) confesó que las negociaciones con acreedores y prestamistas se congelaron por otra caída de valor en sus colocaciones hipotecarias. Se debía a € 62,900 millones (US$ 97.500.000) en “margin calls” –fondos de sostén cortos- que se agregan a los € 260 millones (400 millones) ya acumulados. Los principales acreedores, entre ellos Citigroup, Merrill Lynch, Deustche Bank y Bear Stearns, resolvieron confiscar activos expuestos. Sin más ni más, aunque eso lleve a la bancarrota.

Los futuros sobre títulos europeos volvieron a los niveles anteriores al megapaquete por US$ 400.000 (€ 260.000 millones) lanzado días atrás por cinco bancos centrales, en realidad mayormente financiado por la Reserva Federal. El euro llegó a superar US$ 1,56 y el dólar se derrumbó a € 0,64. Los difenciales en bonos (precio vs.rinde) también marcaban récords.

Fiel al perfil del grupo, CCC es cualquier cosa menos transparente. Registrado en Guernsey –una isla de la corona inglesa, pero no de Gran Bretaña-. Afirmaba que sólo manejaba hipotecas residenciales AAA, por los colaterales no lo eran, lo cual explica que fuese una entidad extraterritorial y cotizara en Amsterdam.

Varios nombres influyentes quedan envueltos en este escándalo. Uno es Louis Gerstner, ex presidnete de IBM y hoy de CG, experto en manipular gente como John Major (ex primer ministro británico) o George H.W. Bush padre del actual mandatario y viejo operador de clanes saudíes entre ellos Bin Laden, vía Richmond Petroleum.

Por otra parte, varios banqueros acreedores le habían advertido a Devid Rubenstein, cofundador de CG, que no veían factible un rescate de CCC y, por ende, se quedarían con los activos susbsistentes. “James Lee (vocepreisdmete de JP Morgan Chase) es un amigo, pero negocios son negocios”, admitió Rubenstein. Nadie llorará por CCC, salvo los inversores que han sido despojados y otros fondos adictos al apalancamiento para obtener capitales frescos.

Este episodio, casi escandaloso para un grupo con sólidos nexos en el Pentágono y la industria bélica, demuestra que la crisis de crédito se acentúa y salpica a todo Occidente. No es global, como imaginan tantos gurúes, porque el desacople la aísla del resto del mundo.

Carlyle Capital Corp (CCC) confesó que las negociaciones con acreedores y prestamistas se congelaron por otra caída de valor en sus colocaciones hipotecarias. Se debía a € 62,900 millones (US$ 97.500.000) en “margin calls” –fondos de sostén cortos- que se agregan a los € 260 millones (400 millones) ya acumulados. Los principales acreedores, entre ellos Citigroup, Merrill Lynch, Deustche Bank y Bear Stearns, resolvieron confiscar activos expuestos. Sin más ni más, aunque eso lleve a la bancarrota.

Los futuros sobre títulos europeos volvieron a los niveles anteriores al megapaquete por US$ 400.000 (€ 260.000 millones) lanzado días atrás por cinco bancos centrales, en realidad mayormente financiado por la Reserva Federal. El euro llegó a superar US$ 1,56 y el dólar se derrumbó a € 0,64. Los difenciales en bonos (precio vs.rinde) también marcaban récords.

Fiel al perfil del grupo, CCC es cualquier cosa menos transparente. Registrado en Guernsey –una isla de la corona inglesa, pero no de Gran Bretaña-. Afirmaba que sólo manejaba hipotecas residenciales AAA, por los colaterales no lo eran, lo cual explica que fuese una entidad extraterritorial y cotizara en Amsterdam.

Varios nombres influyentes quedan envueltos en este escándalo. Uno es Louis Gerstner, ex presidnete de IBM y hoy de CG, experto en manipular gente como John Major (ex primer ministro británico) o George H.W. Bush padre del actual mandatario y viejo operador de clanes saudíes entre ellos Bin Laden, vía Richmond Petroleum.

Por otra parte, varios banqueros acreedores le habían advertido a Devid Rubenstein, cofundador de CG, que no veían factible un rescate de CCC y, por ende, se quedarían con los activos susbsistentes. “James Lee (vocepreisdmete de JP Morgan Chase) es un amigo, pero negocios son negocios”, admitió Rubenstein. Nadie llorará por CCC, salvo los inversores que han sido despojados y otros fondos adictos al apalancamiento para obtener capitales frescos.

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