Buffett, Roach, Rogers y otros debaten sobre materias primas

Con los precios de hidrocarburos, metales preciosos e industriales en un accidentado auge, algunos creen que esos mercados se pincharán. Así creen el megafinancista Warren Buffett y el analista Steven Roach.

8 junio, 2006

Por el contrario, James Rogers –gestor de fondos de cubertura, o sea especulador con derivados- ridiculiza esa opinión. No podría hacer otra cosa: desde hace años, viene batiendo el parche de las materia primeras y hasta hizo redactar un libro, “Hot commodities”, que firmó como propio. Pero acertó al publicarlo a fines de 2004 prediciendo alzas notables en toda una gama de insumos, desde plata y cobre hasta cinc y aluminio.

Discutiendo el asunto con la revista “Barron’s”, Rogers se preguntaba “¿cómo puede alguien decir que ya se han desarrollado una burbuja de insumos, si el azúcar está 80% bajos sus máximos o la plata casi 70%?”. Claro, ocurre que los alimentos y algunos metales preciosos se mueven por carriles diferentes. Aún así, el gurú sostiene que “ciertas materias primas recién emergen de la obscuridad y, en todo caso, vivimos las primeras fases de un auge. Inclusibe los crudos deben recorre bastante para alcanzar los US$ 115 el barril, precio actual del récord logrado en 1981”.

Muy bien, pero ¿cuánto puede durar el avance, aun con altibajos? Para Roach, no más allá de este año o el próximo. Para Buffett, le restan sólo meses. Rogers, casi un fundamentalista, apela a un horizonte histórico: los anteriores ciclos alcistas amplios fueron 1906/22, 1933/53 y 1968/82. En cuanto al actual, le quedan catorce años. Pocos lo toman en serio.

Los auges de rubros básicos, cree el gurú, son típico resultado de años desinvirtiendo en capacidad productiva, a su vez porque durante largos lapsos han persistido valores bajos. Ademán, el mercado de insumos muestra lo que hoy se llama “descoordinación” con los mercados bursátiles y financieros.

Algunos estudios recientes parecen dar pábulo a esa tesis. Uno, del experto en bienes de capital Barry Bannister, encuentra que –durante 130 años, hasta 2005- materias primas y acciones se han alternado, al frente de las tendencias, en ciclo que promediaban dieciocho años. Otro trabajo, publicado por Gary Gorton y Geert Rouwenhorst, examina los retornos desde julio de 1959 hasta junio de 2004 y concluye que inversiones pasivas, sistemáticas y a largo plazo en futuros de productos básicos daban ganancias totales comparables con la de la cartera Standard & Poor’s 500. No ocurría lo mismo con acciones ni bonos. Es más, ambos técnicos concluyeron que, en esos 54 años, las materias primas fueron menos volátiles y riesgosas que esos papeles. Pero, como apunta Roach, “¿quién invierte a 54 o 130 años?”.

Sin embargo, hay un aspecto innegable: la falta de inversiones en capacidad de exploración, explotación o producción de insumos en el último ciclo largo. También hay una omisión común en estadígrafos: los factores geopolíticos que caracterizan cada etapa. Como indica Rogers, no se ha descubierto un solo yacimiento petrolero extraordinario en más de 35 años ni se ha profundizado en minas de minerales metalíferos en veinte.

Hasta el momento, la puja por recursos naturales no renovables ha afectado mayormente precios de combustibles y su derivado principal, la energía. Pero es muy posible que el fenómeno se extienda pronto a algodón, azúcar, café, cacao, lanas, caucho y –especialmente- cereales y oleaginosas.

Por el contrario, James Rogers –gestor de fondos de cubertura, o sea especulador con derivados- ridiculiza esa opinión. No podría hacer otra cosa: desde hace años, viene batiendo el parche de las materia primeras y hasta hizo redactar un libro, “Hot commodities”, que firmó como propio. Pero acertó al publicarlo a fines de 2004 prediciendo alzas notables en toda una gama de insumos, desde plata y cobre hasta cinc y aluminio.

Discutiendo el asunto con la revista “Barron’s”, Rogers se preguntaba “¿cómo puede alguien decir que ya se han desarrollado una burbuja de insumos, si el azúcar está 80% bajos sus máximos o la plata casi 70%?”. Claro, ocurre que los alimentos y algunos metales preciosos se mueven por carriles diferentes. Aún así, el gurú sostiene que “ciertas materias primas recién emergen de la obscuridad y, en todo caso, vivimos las primeras fases de un auge. Inclusibe los crudos deben recorre bastante para alcanzar los US$ 115 el barril, precio actual del récord logrado en 1981”.

Muy bien, pero ¿cuánto puede durar el avance, aun con altibajos? Para Roach, no más allá de este año o el próximo. Para Buffett, le restan sólo meses. Rogers, casi un fundamentalista, apela a un horizonte histórico: los anteriores ciclos alcistas amplios fueron 1906/22, 1933/53 y 1968/82. En cuanto al actual, le quedan catorce años. Pocos lo toman en serio.

Los auges de rubros básicos, cree el gurú, son típico resultado de años desinvirtiendo en capacidad productiva, a su vez porque durante largos lapsos han persistido valores bajos. Ademán, el mercado de insumos muestra lo que hoy se llama “descoordinación” con los mercados bursátiles y financieros.

Algunos estudios recientes parecen dar pábulo a esa tesis. Uno, del experto en bienes de capital Barry Bannister, encuentra que –durante 130 años, hasta 2005- materias primas y acciones se han alternado, al frente de las tendencias, en ciclo que promediaban dieciocho años. Otro trabajo, publicado por Gary Gorton y Geert Rouwenhorst, examina los retornos desde julio de 1959 hasta junio de 2004 y concluye que inversiones pasivas, sistemáticas y a largo plazo en futuros de productos básicos daban ganancias totales comparables con la de la cartera Standard & Poor’s 500. No ocurría lo mismo con acciones ni bonos. Es más, ambos técnicos concluyeron que, en esos 54 años, las materias primas fueron menos volátiles y riesgosas que esos papeles. Pero, como apunta Roach, “¿quién invierte a 54 o 130 años?”.

Sin embargo, hay un aspecto innegable: la falta de inversiones en capacidad de exploración, explotación o producción de insumos en el último ciclo largo. También hay una omisión común en estadígrafos: los factores geopolíticos que caracterizan cada etapa. Como indica Rogers, no se ha descubierto un solo yacimiento petrolero extraordinario en más de 35 años ni se ha profundizado en minas de minerales metalíferos en veinte.

Hasta el momento, la puja por recursos naturales no renovables ha afectado mayormente precios de combustibles y su derivado principal, la energía. Pero es muy posible que el fenómeno se extienda pronto a algodón, azúcar, café, cacao, lanas, caucho y –especialmente- cereales y oleaginosas.

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