Ante operadores azorados, varias plazas volvieron a perder pie

Tras el cimbronazo en los mercados el martes pasado, debido al aumento del encaje bancario chino y señales de futura recesión en Estados Unidos, el jueves se repitió parte del fenómeno. Analistas, banqueros y gurúes no sabían a qué atenerse.

1 marzo, 2007

De hecho, ni siquiera pudieron argüir estímulos negativos por el lado. Cuando nadie lo esperaba, Washington dejó trascender que la guerra civil iraquí será objeto de conversaciones con Siria e Irán, hasta hora tabúes para George W.Bush y Richard Cheney. Horas después, Majmud Ajmadinedyad, presidente iraní, visitaba al gobierno saudí (curiosamente, los crudos en Nueva York pasaban los US$ 62 por barril).

En Asia oriental, el Nikkei tokiota –que el martes casi no se movía- perdió 0,86%, en tanto el HangSeng (Hongkong) bajaba 1,55% y 2,9% el panel de Shanghai, En Europa occidental, el DJ stoxx 50 cedía 0,82%, el índice Financial Times en Londres descendía 0,9% y el Dax (Fràncfort) lllevaba el retroceso a 1,12%. Algunos expertos de la Eurozona creen que todo esto deriva de bolsas por demás sobrepreciadas, al cabo de largas series de récords.

Horas después, a este lado del Atlántico, el cuadro era contradictorio. Las bolsas latinoamericanas cedían encabezadas por San Pablo (-0,48%). Pero, luego de perder hasta 2% (Nasdaq), 1,58% (Dow Jones industrial) o 1,75% (Standard&Poor’s 500), los tres paneles cerraron virtualmente neutros.

En Nueva York, ocurrió algo si se quiere lógico. Compañías de servicios público, informática (Oracle anunció una compora de US$ 3.300 millones) y otros sectores donde la timba bursátil no influye salieron a salvar el día.

Pero subsisten inquietudes por el desinfle de la burbuja inmobiliaria –en enero se vendieron 16,6% menos vivienda nuevas, algo que no ocurría desde 1994- y la pobre evolución del producto bruto nacional en 2006. Por otra parte, es posible que el PBI de este año no llegue siquiera al 2,8% del anterior.

De hecho, ni siquiera pudieron argüir estímulos negativos por el lado. Cuando nadie lo esperaba, Washington dejó trascender que la guerra civil iraquí será objeto de conversaciones con Siria e Irán, hasta hora tabúes para George W.Bush y Richard Cheney. Horas después, Majmud Ajmadinedyad, presidente iraní, visitaba al gobierno saudí (curiosamente, los crudos en Nueva York pasaban los US$ 62 por barril).

En Asia oriental, el Nikkei tokiota –que el martes casi no se movía- perdió 0,86%, en tanto el HangSeng (Hongkong) bajaba 1,55% y 2,9% el panel de Shanghai, En Europa occidental, el DJ stoxx 50 cedía 0,82%, el índice Financial Times en Londres descendía 0,9% y el Dax (Fràncfort) lllevaba el retroceso a 1,12%. Algunos expertos de la Eurozona creen que todo esto deriva de bolsas por demás sobrepreciadas, al cabo de largas series de récords.

Horas después, a este lado del Atlántico, el cuadro era contradictorio. Las bolsas latinoamericanas cedían encabezadas por San Pablo (-0,48%). Pero, luego de perder hasta 2% (Nasdaq), 1,58% (Dow Jones industrial) o 1,75% (Standard&Poor’s 500), los tres paneles cerraron virtualmente neutros.

En Nueva York, ocurrió algo si se quiere lógico. Compañías de servicios público, informática (Oracle anunció una compora de US$ 3.300 millones) y otros sectores donde la timba bursátil no influye salieron a salvar el día.

Pero subsisten inquietudes por el desinfle de la burbuja inmobiliaria –en enero se vendieron 16,6% menos vivienda nuevas, algo que no ocurría desde 1994- y la pobre evolución del producto bruto nacional en 2006. Por otra parte, es posible que el PBI de este año no llegue siquiera al 2,8% del anterior.

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