Ahora, los prestamistas quieren frenar embargos y ejecuciones

Seis compañías hipotecarias líderes anunciaron un plan para reducirles sanciones a deudores morosos. Su idea es buscar nuevos, más flexibles términos. Esto influyó en Wall Street más que una propuesta de Warren Buffett.

13 febrero, 2008

“Proyecto salvavidas” se llama el programa, apoyado por la secretaría de hacienda y el departamento de vivienda. Empezará con una pausa en procesos ejecutorios contra deudores con retrasos superiores a los noventa días. Durante su curso, se determinará quiénes pueden reanudar pagos en condicones menos onerosas.

El “esfuerzo” –en realidad, una rebaja de intereses usurarios- cubrirá todo tipo de préstamos hipotecarios. Por tanto, es más flexible que una propuesta anterior, cifrada sólo en el congelamiento de punitorios a deudores afectados por el reajuste hacia arriba de tasas. Particularente, cuando los precios de viviendas comenzaron a bajar.

Este programa corre a cargo de Bank of America, JP Morgan Chase, Citigroup, Countrywide Financial, Washington Mutual y Wells Fargo. Henry Paulson, titular de hacienda, admitió estar fogoneando la iniciativa, como nuevo intento para limitar daños colaterales en sectores muy castigados, acelerar refinanciamientos y evitar embargos innecesarios. En verdad, la claves reside en ahorrarles más quebrantos a bancos y firmas adherentes al plan. Después de todos, los prestamistas ya no saben qué hacer con las viviendas embargadas.

Los propios acreedores señalan que, para ellos, el programa deberá impedir que más morosos pierdan sus propiedades. Como subraya el comunicado de los seis, “es un esfuerzo para frenar ejecuciones en lo posible”. Por ahora, el programa no alcanza a deudores con retrasos inferiores a treinta días, pero no queda clara la situación de quienes acumulan de 31 a 89 días.

“Proyecto salvavidas” se llama el programa, apoyado por la secretaría de hacienda y el departamento de vivienda. Empezará con una pausa en procesos ejecutorios contra deudores con retrasos superiores a los noventa días. Durante su curso, se determinará quiénes pueden reanudar pagos en condicones menos onerosas.

El “esfuerzo” –en realidad, una rebaja de intereses usurarios- cubrirá todo tipo de préstamos hipotecarios. Por tanto, es más flexible que una propuesta anterior, cifrada sólo en el congelamiento de punitorios a deudores afectados por el reajuste hacia arriba de tasas. Particularente, cuando los precios de viviendas comenzaron a bajar.

Este programa corre a cargo de Bank of America, JP Morgan Chase, Citigroup, Countrywide Financial, Washington Mutual y Wells Fargo. Henry Paulson, titular de hacienda, admitió estar fogoneando la iniciativa, como nuevo intento para limitar daños colaterales en sectores muy castigados, acelerar refinanciamientos y evitar embargos innecesarios. En verdad, la claves reside en ahorrarles más quebrantos a bancos y firmas adherentes al plan. Después de todos, los prestamistas ya no saben qué hacer con las viviendas embargadas.

Los propios acreedores señalan que, para ellos, el programa deberá impedir que más morosos pierdan sus propiedades. Como subraya el comunicado de los seis, “es un esfuerzo para frenar ejecuciones en lo posible”. Por ahora, el programa no alcanza a deudores con retrasos inferiores a treinta días, pero no queda clara la situación de quienes acumulan de 31 a 89 días.

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