ABN Amro se vuelve ahora a Royal Bank of Scotland

El mayor culebrón financiero internacional no se agota. Rijkman Groenink, el presidente ejecutivo, ya no recomendará la oferta de Barclay’s y cede a los números. O sea, los del consorcio RBS, Banco Santander Central Hispano y Fortis.

31 julio, 2007

“Apoyábamos a Barclay’s porque su modelo de negocios encajaba mejor en nuestra estrategia”, sostuvo el número uno, tratando de explicar lo que tantos analistas definen como “el papelón holandés”. Tampoco sale bien librado Barclay’s: se aferró a una oferta baja que su presidente, John Varley, debiera correr a elevar.

Para salvar la cara, el banco neerlandes optó ayer por la neutralidad, al vencer el enésimo plazo para resolver un asunto que acumula nueve meses de idas y vueltas. Groenink admitió lo obvio: fondos especulativos y una parte substancial de accionistas de ABN preferirán la propuesta más alta (€ 71.000 millones), no la menor (68.000 millones).

Esta diferencia de 9,5% es decisiva. Si Barclay’s no opta por salvarla, de poco le servirán los recientes aportes de un fondo estatal chino y uno de Singapur. Resta un lapso en blanco, de ahora al lunes 6 (asamblea de Fortis) o al viernes 10 (ídem de RBS). Entretanto, el balance semestral de ABN exhibe una baja de 7% en utilidades, a € 1.130 millones.

Por otro costado, el desprestigiado management holandés no ha podido evitar demandas originada en la toma (2006) del grupo italiano Banca antoniana-Popolare veneta. En el informe adjunto al estado financiero, ABN califica de decepcionantes los resultados de esa subsidiaria.

“Apoyábamos a Barclay’s porque su modelo de negocios encajaba mejor en nuestra estrategia”, sostuvo el número uno, tratando de explicar lo que tantos analistas definen como “el papelón holandés”. Tampoco sale bien librado Barclay’s: se aferró a una oferta baja que su presidente, John Varley, debiera correr a elevar.

Para salvar la cara, el banco neerlandes optó ayer por la neutralidad, al vencer el enésimo plazo para resolver un asunto que acumula nueve meses de idas y vueltas. Groenink admitió lo obvio: fondos especulativos y una parte substancial de accionistas de ABN preferirán la propuesta más alta (€ 71.000 millones), no la menor (68.000 millones).

Esta diferencia de 9,5% es decisiva. Si Barclay’s no opta por salvarla, de poco le servirán los recientes aportes de un fondo estatal chino y uno de Singapur. Resta un lapso en blanco, de ahora al lunes 6 (asamblea de Fortis) o al viernes 10 (ídem de RBS). Entretanto, el balance semestral de ABN exhibe una baja de 7% en utilidades, a € 1.130 millones.

Por otro costado, el desprestigiado management holandés no ha podido evitar demandas originada en la toma (2006) del grupo italiano Banca antoniana-Popolare veneta. En el informe adjunto al estado financiero, ABN califica de decepcionantes los resultados de esa subsidiaria.

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