¿ABN Amro, atacado por fondos especulativos?

Nout Wellink, presidente del banco central holandés, le pidió explicaciones personales al jefe de la principal entidad privada, Rijkman Groening. Una ola de rumores sugería que un fondo de cubertura (derivativos) quería apoderarse del ABN.

26 febrero, 2007

El director ejecutivo le aseguró el sábado a Wellink –que también está en el directorio del Banco central europeo- que no había peligro. Aclaró que su presunto atacante, el fondo londinense TCI, apenas tiene 1% del paquete. Por si las moscas, el escéptico banco central holandés amenazó con “congelar parte de los votos de cualquier socio nuevo y agresivo”.

Eso no contribuyó a serenar los ánimos en los mercados, pero dejó ciertas cosas en claro. La clave del asunto, según el periódico económico “NRC handelsblad” (Amsterdam), era que TCI actuaba como ariete para un grupo de fondos especulativos poco presentables.

Por un lado, TCI sostiene que no está en ese tipo de maniobras. Por el otro, empero, agregó al orden del día para la próxima asamblea de accionistas (26de abril) un punto inquietante. “Analizar todas las opciones factibles para fundir, vender o escindir algunas actividades del ABN”. A la sazón, Groenink había sido intimado por TCI a “cesar en intentos de grandes adquisiciones, inclusive la que parece apuntar al italiano Capitalia”.

La sigla misma de TCI es inquietante, pues significa “the children’s investment fund”. Pero su fundador, el financista de origen alemán Christopher Hohn, lo emplea de máscara para fondos como Algebra o Tosca, dedicados a especular en futuros y opciones vía derivados financieros. Ahora, Wellink le ha puesto un freno a TCI.

El director ejecutivo le aseguró el sábado a Wellink –que también está en el directorio del Banco central europeo- que no había peligro. Aclaró que su presunto atacante, el fondo londinense TCI, apenas tiene 1% del paquete. Por si las moscas, el escéptico banco central holandés amenazó con “congelar parte de los votos de cualquier socio nuevo y agresivo”.

Eso no contribuyó a serenar los ánimos en los mercados, pero dejó ciertas cosas en claro. La clave del asunto, según el periódico económico “NRC handelsblad” (Amsterdam), era que TCI actuaba como ariete para un grupo de fondos especulativos poco presentables.

Por un lado, TCI sostiene que no está en ese tipo de maniobras. Por el otro, empero, agregó al orden del día para la próxima asamblea de accionistas (26de abril) un punto inquietante. “Analizar todas las opciones factibles para fundir, vender o escindir algunas actividades del ABN”. A la sazón, Groenink había sido intimado por TCI a “cesar en intentos de grandes adquisiciones, inclusive la que parece apuntar al italiano Capitalia”.

La sigla misma de TCI es inquietante, pues significa “the children’s investment fund”. Pero su fundador, el financista de origen alemán Christopher Hohn, lo emplea de máscara para fondos como Algebra o Tosca, dedicados a especular en futuros y opciones vía derivados financieros. Ahora, Wellink le ha puesto un freno a TCI.

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