PISA: daños por ausencia de resultados confiables

Que la Argentina no haya cumplido con los requisitos para garantizar la comparabilidad de sus resultados con las ediciones anteriores de la evaluación, redundará en la pérdida de valiosa información para el diseño de políticas públicas educativas.

7 diciembre, 2016

CIPPEC expresó su preocupación por esta situación. El país tomó la prueba PISA 2015 pero sus resultados no fueron incluidos en el cuerpo central del informe por un error técnico-metodológico. El universo de escuelas entregado a la OCDE para la confección de las muestras fue considerablemente menor que en años anteriores.

Por eso, los resultados de Argentina de 2015 no son comparables con la serie histórica y se presentaron separados en un anexo. Tampoco es clara la razón por la cual la OCDE no advirtió antes estas inconsistencias. A partir de este error, se perdió información muy valiosa que va más allá de resultados de aprendizaje: PISA provee datos muy detallados sobre aspectos relacionados con condiciones socioeconómicas, clima escolar y clima educativo de los hogares, entre otras variables.

Este tipo de errores técnicos ya había ocurrido en el pasado con otras evaluaciones estandarizadas. “No contamos con evidencia que permita afirmar que haya habido una manipulación de los datos por parte del gobierno nacional. Sin dudas, al menos parte del problema puede ser explicado por las serias debilidades en las capacidades técnicas de los gobiernos educativos nacional y provinciales”, sostuvo la co-directora del Programa de Educación de CIPPEC Alejandra Cardini. 

En torno a los resultados de la Ciudad de Buenos Aires, que sí fueron incluidos en el cuerpo central del informe, Axel Rivas, co-director del Programa de Educación de CIPPEC, indicó que “la mejora registrada en la Ciudad de Buenos Aires resulta llamativa”, ya que se contradice con los resultados obtenidos por la ciudad en las pruebas TIMSS aplicadas en el mismo año, que evalúan matemática y ciencias (PISA evalúa, además, comprensión lectora). “La preparación para la prueba, que dentro de ciertos límites no constituye una práctica prohibida, no pareciera ser un factor que explique por sí solo la llamativa mejora respecto de la evaluación de 2012”, añadió. 

Por su parte, Alejandra Cardini concluyó: “Lo sucedido con los resultados nacionales y con los de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires suscitan cuestionamientos que a CIPPEC le preocupan, dado que afectan la confiabilidad de las evaluaciones estandarizadas como instrumento para la planificación de la política pública”. .

 

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