lunes, 2 de diciembre de 2024

La medicina que viene

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La medicina de precisión cambiará el negocio de la salud.

Mediante una profunda comprensión de las enfermedades, gran cantidad de datos sobre los pacientes y analítica avanzada, la medicina de precisión puede ayudar a los médicos a adaptar los tratamientos a las necesidades de los pacientes individuales una vez que se enferman, en lugar de aplicarles tratamientos estándar determinados por grandes poblaciones.

La medicina de precisión también puede conducir a una mejor prevención de las enfermedades usando técnicas analíticas para identificar los riesgos antes de que se manifiesten los síntomas. Ambos usos pueden resultar en resultados notablemente superiores y costos muy inferiores para el paciente y para el sistema de salud.

La medicina de precisión transformará la forma en que los médicos actúen y sacudirá los cimientos de toda la cadena de valor farmacéutica. Para tratar de imaginar cómo será la medicina para el año 2050 se puede comenzar visualizando las realidades actuales, tal como las vivimos. Si debemos medir parámetros de nuestra salud hay que ir a un laboratorio, un hospital, una clínica o una farmacia.

Los futurólogos anuncian que estas cosas y muchas más van a transformarse o desaparecer. Si necesitamos obtener una imagen del interior de nuestro cuerpo nos ponen ante grandes aparatos que ven o escuchan señales que saben interpretar. Si sentimos molestias visitamos al médico quien nos ordena tal o cual medicamento, tratamiento o dieta. En cambio, en pocos años, las mediciones las podremos hacer en casa.

Los grandes aparatos de diagnósticos serán reemplazados por pequeños dispositivos digitales (un proceso que ya comenzó). Los medicamentos van camino de ser preparados con el dosaje específico para nuestros propios antecedentes moleculares y las ambulancias serán reemplazadas por drones. Y las pruebas clínicas, que hoy requieren de por lo menos una década para lograr aprobación y poder llegar al mercado, serán reemplazadas por pruebas virtuales. Hoy el cáncer mata y muy probablemente para 2050 sea una enfermedad crónica en todas sus variantes. Hoy esperamos la ambulancia, que en el mejor de los casos llega en media hora y en el futuro los drones llegarán en minutos con todo lo necesario para la emergencia. 

Medicina personalizada y de precisión

El mundo relacionado con la salud y los productos para mantenerla no podía escapar a la fenomenal ola de cambios que se están originando en la ciencia y la tecnología: datos genéticos cada vez más abundantes, métodos tecnológicos que aceleran el descubrimiento de tratamientos, participación del paciente cada vez más marcada.  El resultado de la convergencia de todo esto será, muy probablemente, la llegada de una verdadera medicina personalizada.

Diagnósticos realizados específicamente para un individuo, medicamentos personalizados y dietas únicas serán cada vez más el procedimiento común del sector salud en todo el mundo. Según una reciente investigación, para mediados de siglo las iniciativas de los pacientes y no del Gobierno son las que van a terminar guiando los pasos de la actividad. Las poblaciones crecen y envejecen y los sistemas de salud se transformarán en todo el mundo para brindar servicios y medicamentos más personalizados y más dirigidos al caso específico.

Utilizando las diferencias individuales en los genes de los pacientes para sumarlas a datos sobre el medio ambiente, la historia clínica y el estilo de vida, se va haciendo realidad la prometida medicina de precisión. Precisión es un término amplio que generalmente describe un método que combina datos de diversas fuentes para crear un retrato médico de cada persona y diseñar tratamientos más personalizados. Es un gran cambio con respecto al actual modelo médico, que se basa en tratamientos genéricos y adecuados para la mayor cantidad de personas posible.

 

Big data en el centro

Desde que se completó el Proyecto del Genoma Humano en 2003, se produjo una explosión de información genética. Esa información ofrece nuevos caminos para avances en medicamentos y tratamientos médicos.

Para 2050 la evaluación del riesgo genético será parte importante en muchos aspectos de la atención médica.  El riesgo genético de que una persona contraiga una enfermedad asociada a una mutación o a ser afectada por un desorden genético podrá ser evaluado al momento de nacer.

Será posible entonces, por ejemplo, que los médicos usen pruebas genéticas para evaluar el riesgo de que los pacientes contraigan ciertos tipos de cáncer, enfermedades cardiovasculares o demencia senil, entre otras enfermedades.

A su vez, la tendencia hacia el cuidado puesto en las manos del propio paciente significará que gente sana buscará de hacerse tests genéticos para su tranquilidad y para saber si sus bebés tendrán algún riesgo heredado. Los datos que brindarán las evaluaciones de riesgo genético permitirán a cada individuo seguir un plan hecho a su medida y desaparecerán las esperas en el consultorio. 

El médico se convertirá en una especie de asesor quien, usando información absolutamente personal, ayudará a su paciente a hacer buenas elecciones de vida o le dará más conocimiento sobre servicios para prevenir y administrar ciertas enfermedades.

Debido a la complejidad de las decisiones sobre regímenes o tratamientos, utilizarán algoritmos y tendrán en cuenta el presupuesto del que debe pagar. Componentes cruciales de este proceso serán la conectividad y el telecuidado. Los individuos interactuarán con sus instructores de salud, en tiempo real, usando dispositivos y tecnología de comunicación.

Relojes, teléfonos y otros aparatos que tal vez todavía no han aparecido, que vigilarán sus signos vitales en forma continua, y brindarán información remota a los encargados de vigilarlas remotamente.  Los espejos podrán detectar cambios en la piel para alertar a la gente y a los médicos de un posible cáncer o enfermedad cutánea, y los inodoros podrán evaluar muestras de orina y materia fecal para detectar desequilibrios hormonales o problemas digestivos. Todas estas transformaciones en la conciencia y velocidad de las condiciones del paciente harán impacto en el sector de los seguros médicos.

La farmaeconomía guiará la I+D

 

A medida que avanza el siglo, las medicinas personalizadas, definidas como el uso de información sobre los genes de una persona para prevenir, diagnosticar y tratar une enfermedad, serán comunes para el tratamiento de pacientes.

Pasar de la era de las medicinas universales a las personalizadas permitirá a los laboratorios farmacéuticos dirigir los tratamientos específicamente a subpoblaciones de pacientes que son los que mejor van a responder al tratamiento.  Los medicamentos no serán únicos para un solo paciente pero el concepto de medicina personalizada es la posibilidad de clasificar individuos en subpoblaciones que difieren en su susceptibilidad a una determinada enfermedad o en su respuesta a un tratamiento específico.

Entonces se podrán hacer intervenciones preventivas o terapéuticas a aquellos que las pueden necesitar, evitando el costo y los efectos secundarios de hacerlos con los que no los necesitan.  Los medicamentos que ofrecen menos efectos secundarios son cada vez más objeto de análisis farmaeconómico, especialmente ahora que las poblaciones envejecen y las enfermedades crónicas son una carga que exigen controlar los presupuestos de salud. Eso permitirá a los laboratorios hacer más I+D en remedios personalizados y ponerles precios más altos.

Atención personalizada, en el hogar

 

En las próximas décadas, se irán reduciendo los hospitales. Se convertirán en centros de excelencia que brindarán atención solo a aquellos con necesidades más urgentes. Cuando la gente tiene enfermedades crónicas, la mayor parte de la atención se brindará en el hogar a través de tecnología móvil.

Eso reducirá costos al Gobierno y pondrá a la gente en control de su vida para vivirla como mejor lo desee.  Brindará una oportunidad de ingresos a compañías que inviertan en investigación y desarrollo de servicios médicos conectados a redes. Hoy la comunicación con pacientes externos existe para asegurar que se cumple con el tratamiento. Pero para mediados de siglo las compañías farmacéuticas estarán muy involucradas en el área de brindar atención médica.

Podrán facilitar la captura en tiempo real de los sistemas de monitoreo móvil y velar por un mejor resultado en los pacientes desde el punto de vista farmacéutico. Un grupo que ya se está beneficiando es el de las start-ups. Los capitalistas de riesgo ya llevan invertidos no menos de US$ 7.000 millones en pequeños grupos biofarmacéuticos, según datos del Silicon Valley Bank –en gran parte, tentados por el entusiasmo por los nuevos avances en medicina genética y otras tecnologías.

Biotecnología, la próxima gran revolución El potencial de la biotecnología es inmenso: no solo genera conocimiento científico y productivo sino que también crea empleo calificado, desarrolla redes de cooperación entre universidades y empresas, y permite mejorar la calidad de vida de la población con nuevos productos y servicios de valor agregado. 

No es únicamente ciencia para el laboratorio o la academia: es producir alimentos mejorados para millones de personas, es hacer medicamentos que retrasen la progresión del cáncer o utilizar nuevas alternativas para la producción de energía de modo más eficiente.  Los avances en este campo implican además una verdadera convergencia tecnológica: desde la confluencia con las TIC (tecnologías de la información y la comunicación) y la nanotecnología hasta los biosensores, o las aplicaciones para los smartphones para controlar enfermedades como la diabetes y la hipertensión. 

 

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