El mundo generó 242 millones de toneladas de desechos plásticos en 2016, según datos del Banco Mundial. Pero la cantidad no es el único problema. Los plásticos no se degradan sino que al sol se rompen en pequeños fragmentos que reciben el nombre de microplásticos, que son más difíciles de detectar y de limpiar. Esos microplásticos pueden entrar en la cadena alimentaria y aparecer, por ejemplos, en cosas como el agua de la canilla o en la sal. , según afirma el Programa Ambiental de Naciones Unidas. Las bolsas plásticos terminan en el estómago de los pescados
Es urgente, por lo tanto, reemplazar bolsas de plástico, recipientes y todos los objetos descartables que nos hemos acostumbrado a utilizar a diario, como pajitas, vasos y botellas. Todo eso se puede reemplazar por equivalentes reusables.