Cómo sobrevive un barco una tormenta

 Una tormenta grande puede azotar gravemente hasta el barco más sólido.

20 octubre, 2017

 Las tormentas son partes de la vida en el mar. “Si un barco está en el océano seguramente se va a topar con climas difíciles”, dice Fred Pickhardt, jefe de meteorología del Ocean Weather Services de Estados Unidos. Los capitanes no pueden evadir todas las tormentas porque, como explica Pickhardt, “los barcos tienen un cronograma muy ajustado.

Solamente el combustible puede ser un tema de miles de dólares diarios, de modo que dos o tres días de demora o de desviación puede costar mucho dinero. Por eso tienen que minimizar las demoras”. La mayoría de los buques de carga están diseñados para resistir tormentas, al menos las que no son extremas. Los huracanes, por cierto, se encuentran entre las peores.

Para evitar toparse con un huracán, los marineros necesitan buena información meteorológica. Hace un siglo, las actualizaciones del tiempo se limitaban a mensajes en código Morse, pero desde los 80 llegan por fax al puente de mando. Hoy los capitanes reciben también mapas con el tiempo, imágenes satelitales y más información por email. Algunos barcos llevan a bordo herramientas de alta tecnología como sistemas de computación que ayudan a planear las rutas sobre la base de los informes meteorológicos.

El barco que más peligro corre en un huracán es el que va vacío. El peso de la carga ayuda a estabilizarlo contra las olas. El lastre brinda un poco de peso estabilizador cuando un barco navega vacío, pero no siempre es suficiente. Los buques de carga modernos están hechos de acero grueso, pero si las olas son lo suficientemente grandes y golpean durante mucho tiempo, esos impactos pueden partir los costados del barco. Los barcos de carga no siempre enfilan hacia un puerto cuando se acerca un huracán porque no todos los puertos ofrecen el mismo tipo de amparo.

Estar en el puerto equivocado cuando llega la tormenta puede ser peligroso. Después de Katrina un barco amarrado en el puerto de Laker Charles golpeó insistentemente contra los muelles hasta recibir daños considerables. . Esos golpes dañan también el muelle. Si la tormenta sorprende en alta mar, la supervivencia del barco depende de dos cosas: que no esté cerca de alguna cosa contra la cual chocarY y que se mueva con la suficiente potencia como para elegir la dirección y no ser empujado por los vientos.

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