En Argentina, por ejemplo, representan cerca del 90 % de la totalidad de las empresas y generan el 80 % del trabajo en el sector privado.
El posicionamiento de estas empresas frente al futuro y a la transformación es el tema de apertura de una serie de artículos especiales de KPMG sobre las estrategias de estas organizaciones para remodelar sus negocios en un mundo post pandémico.
En el entorno actual, cuando la gente escucha las palabras “transformación empresarial”, el contexto suele ser el de un cambio corporativo o tecnológico, de procesos o sistemas. Pero la transformación empresarial y la transformación digital no son sinónimos, y ese es el caso en particular de las empresas familiares.
La adopción de nuevas tecnologías y la transformación de las capacidades digitales de una empresa permiten realizar esfuerzos de transformación más amplios, y pueden ser buenos puntos de partida, pero son sólo una de las piezas de un proyecto final más amplio.
Entre las empresas familiares, por ejemplo, la agenda de transformación suele incluir asuntos y oportunidades que son importantes para todas sus partes interesadas, desde los clientes hasta los proveedores, pasando por los empleados y las comunidades en las que vive y opera la familia.
Tienen una mentalidad muy diferente sobre el “cambio” y un concepto único de “transformación” que las diferencia de otros tipos de empresas. Para las empresas familiares, el cambio transformador está motivado por la previsión. Es proactivo, no reactivo, y tiene una visión a largo plazo. Está impulsado por el propósito y los valores de la familia y su capacidad para reconocer continuamente nuevas oportunidades, o el peligro de posibles amenazas.
La transformación continua también refleja la determinación de la familia de seguir encontrando nuevas formas de ajustar su negocio a las necesidades cambiantes de los clientes, los proveedores, las comunidades y la propia familia. Las familias empresarias son quienes conducen el cambio, no sus pasajeros. Crean y sostienen una cultura de “transformación continua”, que es una fuente importante de su reconocida resiliencia.