<p>Los emprendedores son la sangre que bombea ese corazón que es la economía. Se trata de personas que aman experimentar, que toman riesgos y que intentan activar la innovación que hace crecer a los mercados. En el imaginario popular, son casi siempre individuos jóvenes y ambiciosos; valientes y brillantes. Aparecen en la mente las imágenes de un joven Bill Gates, fundador de Microsoft, o de Michael Dell, creando computadoras en los 80. Más recientemente Mark Zuckerberg, el millonario más joven del mundo, sirve también de inspiración.</p>
<p>¿Cuál es el problema? Que las poblaciones envejecen. Los baby-boomers, aquellos que nacieron después de la Segunda Guerra Mundial, ya están en edad de retirarse y, al ser tantos, se estima que el peso que pondrían en la economía podría ser fatal. Pensar en adultos mayores no es pensar en energía o ganas de comenzar proyectos nuevos.</p>
<p>Y sin embargo, casi 20% de las start-ups fueron fundadas por personas que van desde los 55 a 64 años. Esto significa un incremento de casi 6 puntos desde la última medición en 1996: los adultos mayores cada vez más emprendedores. Estados Unidos es el país más innovador no porque arrastra a los más viejos sino porque es empujado por ellos.</p>
<p>Vale un ejemplo. Mac Lewis es el fundador de FieldSolutions, una empresa que se dedica colocar trabajadores en la industria de la construcción. Empezó con FieldSolutions en el 2006, cuando tenía 60 años. Antes había trabajado por 14 en IBM y luego decidió, durante diez años, invertir en una serie de compañías de IT. Pero extrañaba “ensuciarse las manos”. Quería ser parte del negocio más que ser parte de las juntas directivas.</p>
<p>Los emprendedores existen por dos razones: porque quieren emprender o porque se ven obligados a hacerlo. El primer grupo tiende a construir compañías más duraderas y a conseguir fondos más fácilmente que el segundo grupo. Si quienes emprenden, además, tienen la experiencia de mercado y los contactos adecuados, los resultados pueden ser muy exitosos. En el segundo grupo están quienes pierden su trabajo estable a esa edad y, en vez de luchar en entrevistas laborales, deciden empezar un negocio propio.</p>
<p>En cualquiera de los dos casos, los emprendedores más adultos tienen ventajas competitivas. Saben sobre el mercado, por un lado. También tienen los contactos necesarios para comenzar a trabajar enseguida. Finalmente, la tecnología está de su lado: con los avances en ese campo, es cada vez más fácil trabajar desde casa.</p>
<p>No hay un problemas, entonces, con los baby-boomers: no serán, como se esperaba, una carga para el sistema sino que, a fuerza de emprendimientos, dinamizarán la economía.</p>
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Start-ups: ¿solo para los jóvenes?
Se cree que la aventura de comenzar con un emprendimiento riesgoso generalmente está reservada a los jóvenes, quienes cuentan con más entusiasmo. Sin embargo los adultos mayores también las fundan.