sábado, 14 de diciembre de 2024

Señoras y señores: está llegando el teléfono-cámara

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Con el último chiche electrónico, los fanáticos de las novedades tecnológicas podrán comprar un teléfono con pantalla a color que puede tomar fotos digitales, guardarlas, convertirlas en fondo de pantalla o enviarlas a una dirección e-mail.

El mismo concepto ha sido desarrollado, con variantes, por Sprint, T.Mobile,
AT&T, Wireless y Cingular. Algunos son teléfonos
con cámaras que se abren, otros tienen la cámara incorporada, y
los precios oscilan entre US$ 99 y US$ 350.

La idea puede resultar revolucionaria o puede terminar en el tacho de basura.
Todo depende de que sus fabricantes puedan encontrar un argumento persuasivo a
la pregunta inevitable: ¿Quién necesita enviar fotos directamente
desde un teléfono celular? ¿Esta combinación llega para solucionar
un problema concreto?
Se podría decir que es una gran idea, por ejemplo, poder enviar una foto
desde la playa a nuestros padres que quedaron en casa: llamamos, decimos que estamos
bien y para reforzar la idea enviamos una foto. ¿¿¿???

Claro que se puede pensar en cientos de posibles usos y conveniencias de aparear
las dos funciones de acercamiento personal. Probablemente en el año 2012
alguien se hará eco de la incredulidad con que fue recibida la idea del
teléfono-cámara. Tal vez el mismo escepticismo haya motivado a algunos
usuarios en 1980 a descreer de la utilidad de enviar hojas escritas por la línea
telefónica: del fax.

De cualquier manera, parecería que la manía de combinar artefactos
está llegando demasiado lejos. Para imponer este nuevo artefacto habrá
que pensar en crear le a la gente la necesidad de enviar fotografías desde
cualquier parte utilizando el teléfono celular.

El mismo concepto ha sido desarrollado, con variantes, por Sprint, T.Mobile,
AT&T, Wireless y Cingular. Algunos son teléfonos
con cámaras que se abren, otros tienen la cámara incorporada, y
los precios oscilan entre US$ 99 y US$ 350.

La idea puede resultar revolucionaria o puede terminar en el tacho de basura.
Todo depende de que sus fabricantes puedan encontrar un argumento persuasivo a
la pregunta inevitable: ¿Quién necesita enviar fotos directamente
desde un teléfono celular? ¿Esta combinación llega para solucionar
un problema concreto?
Se podría decir que es una gran idea, por ejemplo, poder enviar una foto
desde la playa a nuestros padres que quedaron en casa: llamamos, decimos que estamos
bien y para reforzar la idea enviamos una foto. ¿¿¿???

Claro que se puede pensar en cientos de posibles usos y conveniencias de aparear
las dos funciones de acercamiento personal. Probablemente en el año 2012
alguien se hará eco de la incredulidad con que fue recibida la idea del
teléfono-cámara. Tal vez el mismo escepticismo haya motivado a algunos
usuarios en 1980 a descreer de la utilidad de enviar hojas escritas por la línea
telefónica: del fax.

De cualquier manera, parecería que la manía de combinar artefactos
está llegando demasiado lejos. Para imponer este nuevo artefacto habrá
que pensar en crear le a la gente la necesidad de enviar fotografías desde
cualquier parte utilizando el teléfono celular.

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