<p>Cuando las grandes empresas se organizan según la tradicional estructura de divisiones, los gerentes sienten que deben tomar decisiones estratégicas en el marco del cumplimiento de exigencias presupuestarias. Así, casi por lo general, atienden y financian las divisiones más rentables de la organización y asfixian, desde el punto de vista financiero, a las que no contribuyen a las ganancias de corto plazo. Y así, el éxito de una unidad esconde los traspiés de otras. <br />
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Una manera de cambiar esto, afirma la investigación, es sacudir esta situación revisando la estrategia de procesos gerenciales y tomar decisiones en el nivel de las “células de valor”. Las células de valor son unidades más pequeñas que representan los pequeños negocios que conforman una compañía, como segmentos de clientes, grupos de productos, mercados geográficos y nuevas tecnologías. <br />
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Al poner el énfasis en esas células de valor en lugar de las cifras de ganancias que genera cada división, este método arroja luz en cuáles actividades deberían ser el objetivo de la inversión adicional y cuáles deberían ser sacadas de la lista. Cambiar los roles de los gerentes no será tarea fácil, pero en el largo plazo, dará buenos frutos. </p>
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Organizar la empresa en busca de valor
La investigación de julio de McKinsey Quarterly se ocupa de la necesidad de organizar las empresas en pos de la búsqueda de valor.