<p>La tendencia es evidente en empresas de tecnología grandes y pequeñas. Algunos deliberadamente las hacen cortas obligando a todos los presentes a permanecer de pie. Otros hacen sus reuniones con un tope de duración de diez minutos y otros más ponen una hora como tope máximo para la duración de las reuniones. <br />
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Cuando Larry Page asumió el cargo de director ejecutivo de Google, decidió limitar el número de asistentes a las reuniones a diez personas y además obligó a los gerentes de área a fijar metas claras antes de programar una reunión. <br />
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Las startup están aprovechando esta tendencia. Asana, una compañía fundada en 2008 por dos ex ejecutivos de Facebook, fabrica software de productividad que permite a los empleados mantener listas personales de cosas por hacer, tomar notas y discutir proyectos. Justin Rosenstein, uno de los fundadores, estima que Asana puede reducir por lo menos a la mitad las reuniones de una compañía. <br />
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La oposición a las reuniones no es nueva, especialmente en la industria tecnológica. Reconocen, sí, que algún tipo de contacto personal es necesario. Pero opinan que como la información viaja rápido a mucha gente, hay más personas con ideas, y que la discusión de esas ideas puede llevar horas, días y semanas. Por lo tanto, software de productividad, como el mencionado anteriormente, deben aprovecharse para desarrollar esas discusiones en el ámbito de internet.</p>
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Movimiento contra las reuniones
Hay todo un movimiento en las empresas de tecnología que procura no sólo reducir el número de reuniones sino hacerlas más cortas y más productivas, Reducir el número de reuniones presididas por gerentes significa poner el poder de decisión en las manos de la gente que realmente está fabricando los productos.