Las extranjeras van ganando dos a uno
(Lo que revelan los rankings de MERCADO)
La nómina de las 500 mayores empresas del país se reparte parejamente entre locales y foráneas. Pero, si se miran las cifras de facturación, las nacionales se llevan sólo 35%. Lo que indica que su presencia es más dominante en los escalones más bajos del ranking. Hay rubros donde no aparecen compañías líderes locales: limpieza y cosméticos, automotores y autopartes, equipos electrónicos y de comunicaciones.
En otros, como el petróleo, las telecomunicaciones, la petroquímica, la electricidad y el gas, la gravitación de las extranjeras supera 80%. La siderurgia y los frigoríficos se encuentran entre los escasos sectores donde los principales operadores son argentinos.
Tras la compra de YPF por parte de la española Repsol, el líder absoluto del próximo ranking de MERCADO será, por primera vez, una compañía de capital extranjero. Entre los diez principales grupos empresarios, sólo dos son argentinos: Techint y Clarín, con ventas que equivalen a 18,6% de las facturaciones acumuladas por las top ten.
La nómina de las 500 primeras compañías del tradicional ranking de las empresas que más venden en la Argentina, elaborado cada año por MERCADO, sirvió de base para esta investigación destinada a evaluar la evolución y los resultados del proceso de acelerado ingreso de capitales extranjeros al país.
Si se toman las cifras más recientes (extraídas de los balances cerrados en 1998), sobre una facturación total de $ 131.911,4 millones de las 500 compañías seleccionadas, apenas $ 46.316,5 millones (35,1%) corresponden a empresas argentinas, mientras las ventas de las extranjeras ascienden a $ 84.066,5 millones (63,7% del total). El sector público está presente con 0,9%: los $ 1.200 millones de la Lotería Nacional, la única empresa que aún continúa dentro del control del Estado. Una porción aún más pequeña ($ 328,4 millones) proviene de las empresas en las que el control está compartido entre una compañía extranjera y otra local. Este es el caso de Pecom Agra (Perez Companc y Conagra de Estados Unidos) y Gasnor (José Cartellone Construcciones Civiles y Cía. Consumidores de Gas de Santiago, Chile).
Si se considera la cantidad de empresas (y no su volumen de ventas), la gravitación de las nacionales en el ranking es más significativa: 47,6%, lo que refleja la mayor participación de las empresas locales en los niveles inferiores de facturación.
Si se toma la franja que va desde el puesto 301º hasta el 400º (ventas entre $ 75 y $ 90 millones anuales), la gravitación de las locales es superior: 50,9%. Y en los últimos puestos (ventas de $ 56 a $ 75 millones) se acentúa la presencia de las nacionales: 67,8%.
Los escenarios del desembarco
Los cuadros sectoriales brindan una imagen más precisa acerca del rumbo que han seguido las inversiones foráneas. Entre las 20 principales compañías del sector petrolero, la gravitación de las extranjeras alcanza a 84,6%. Y si se toma en cuenta la reciente compra de Petrolera San Jorge por la estadounidense Chevron, el índice se eleva a 86,6%.
En los rubros de limpieza y cosméticos, automotores y autopartes y equipos electrónicos y de comunicaciones, el predominio extranjero es total: no hay ninguna empresa entre las líderes de cada una de esas actividades cuyo capital se encuentre en manos de empresarios nacionales.
En telecomunicaciones, la participación extranjera alcanza a 92,9%. En química y petroquímica, llega a 88,8%, y en producción y distribución de electricidad a 89,6%. En la distribución de gas se eleva a 91,9%.
Otros sectores relevantes, en cambio, exhiben una mayor presencia argentina entre sus empresas líderes. En la industria siderúrgica, liderada por el grupo Techint, los principales operadores son de capital nacional, y lo mismo puede decirse de los frigoríficos.
En el rubro de la producción láctea, la participación extranjera es muy limitada: apenas 11%, proveniente de Parmalat y su subsidiaria Unión Gandarense.
En el comercio minorista, dominado por los hiper y supermercados, las empresas extranjeras participan con 76,3%. Entre las nacionales, las cadenas más representativas son Coto ($ 1.223,1 millones) e Importadora y Exportadora de la Patagonia ($ 424,7 millones) que en los últimos años registró una fuerte expansión debido a la incorporación de capitales destinados a abrir nuevas bocas de expendio en el sur del país.
Las novedades del ´99
Aunque este año no fue especialmente pródigo en materia de transferencias de paquetes accionarios, hubo algunas operaciones que tendrán fuerte repercusión en los sectores donde desarrollan sus actividades las empresas involucradas.
Uno de los casos más resonantes fue la compra de la embotelladora Baesa (Pepsi Cola) por parte del holding local de la familia Bemberg.
Las tribulaciones financieras del grupo Soldati lo llevaron a desprenderse de dos de sus empresas controladas: la comercializadora de agroquímicos Agar Cross, transferida al grupo Du Pont, y Comercial del Plata Construcciones que ahora pertenece íntegramente a la mexicana Constructoras ICA.
El grupo Garovaglio y Zorraquín, por su parte, puso cartel de venta a su subsidiaria Repexim, adquirida por Ampacet, de Estados Unidos. Otra de sus empresas, la curtiembre Grumbaun, Rico, terminó en manos de United States Leather.
A fines de septiembre parecía haberse encontrado un principio de solución para la situación de Alpargatas, que después de arduas negociaciones durante los dos últimos años, pasará a ser controlada por los bancos acreedores, que al capitalizar sus préstamos disminuirán a niveles mínimos la gravitación del anterior capital. En consecuencia, la compañía se incorporará a las filas de las empresas de capital extranjero.
En contra de la corriente dominante, este año se registraron dos renacionalizaciones. Una fue la de la bodega Santa Ana, adquirida por Peñaflor al grupo chileno Santa Carolina, liderado en ese país por el empresario Fernando Larrain Peña. En el otro caso, grupo de empresarios locales compró Ceteco (Ventura), en medio de las serias dificultades financieras que atraviesa la casa matriz de la subsidiaria local.
Metodología
Cuando se encara una investigación de este tipo, es preciso determinar previamente el criterio para encuadrar a una empresa dentro de la categoría de nacional o extranjera.
Algunos analistas consideran que, si el management es totalmente local, la compañía debe ser considerada nacional, aunque la mayoría del capital se encuentre en manos de inversores o empresarios del exterior.
De una consulta realizada por MERCADO entre diversos especialistas del medio, surge que el criterio más aceptado es tomar como referencia el lugar donde reside la empresa o el inversor que disponga de la mayoría del capital, al margen del management que, según se encargan de recordar los partidarios de este argumento, siempre debe rendir cuenta a los titulares del capital.
Para la elaboración de este trabajo, se consideró como empresa de capital extranjero a aquella cuyos accionistas mayoritarios residen en el exterior, o cuya casa matriz se encuentra fuera del país.
Se tomaron como excepciones los casos de Molinos y Quilmes. La ex empresa del grupo Bunge y Born fue adquirida por un fondo con sede en el exterior, pero de propiedad de la familia Pérez Companc, que reside en la Argentina. Se considera, por lo tanto, que el poder de decisión se encuentra en el país.
El caso de Quilmes es bastante similar: formalmente, la mayoría del capital pertenece a una empresa extranjera, pero el grupo controlante de ese holding (la familia Bemberg) es de nacionalidad argentina y tiene residencia en el país.
Las empresas adquiridas a través de un fondo común de inversión cerrado radicado en Estados Unidos (como The Exxel Group) son consideradas de capital extranjero, aunque entre los cuotapartistas del fondo pueda haber residentes argentinos y el management de las firmas sea íntegramente local.
Para elaborar la nómina principal, las empresas fueron analizadas en forma individual, al margen del grupo al que pertenecen. Se adoptó este criterio para brindar un panorama de la real gravitación de las empresas en cada uno de los sectores en los que desarrollan sus actividades, ya que algunos grupos están diversificados en rubros muy diversos.
La gravitación de los distintos grupos empresarios se muestra por separado.
La última década
Un ejercicio aún más interesante es el de comparar las primeras cien posiciones del ranking de MERCADO de 1989 con la última versión.
El cambio más destacado, sin dudas, es la acelerada desaparición de las empresas estatales, que de una participación de 33,9% quedaron reducidas a apenas 1,4% (correspondiente a Lotería Nacional).
También fue acelerada la disminución de la participación de las empresas de capital privado nacional entre las top 100: pasaron de 36,5% a 28,3%. Las de capital extranjero, especialmente después de las privatizaciones, aumentaron su gravitación a 70,3%.
Para evitar las distorsiones que provocaba la hiperinflación en el año tomado como referencia, todas las cifras fueron ajustadas a valores de diciembre de 1989 y a partir de ahí se realizó la conversión a dólares, computando para el cambio la paridad de 16,32 australes por dólar vigente entonces.
De este modo, todas las cifras tienen un elevado grado de homogeneidad, aunque no deja de resultar sorprendente la escasa representatividad (comparada con los valores actuales de sus sucesoras) que en aquella ocasión tenían las compañías controladas por el Estado. El gobierno no brindaba información oficial sobre las ventas de las empresas públicas por carecer de cifras reales, debido al descalabro que provocaba en su contabilidad el intenso ritmo inflacionario. Por lo tanto, las cifras se obtenían en forma extraoficial y es muy probable que en la mayoría de los casos no estuvieran actualizadas con la inflación y respondieran a simples anotaciones contables sobre la base de precios históricos.
Esta sería una de las explicaciones más razonables acerca de la enorme diferencia que surge de comparar las cifras de aquella época con las que exhiben las empresas surgidas después de las privatizaciones.
El caso más llamativo es el de la ex Entel, que en 1989 exhibía una facturación de sólo US$ 195,3 millones, mientras las dos compañías telefónicas en que se dividió la empresa sumaron, en sus balances de 1998, ventas conjuntas por $ 6.607,6 millones.
Los que ya no están
Entre las empresas que desaparecieron se destaca Somisa, adquirida por el grupo Techint, cuyas ventas se reflejan en su subsidiaria Siderar.
La Cooperativa El Hogar Obrero es otra de las que cayeron bajo el peso de una abultada carga financiera, que progresivamente fue debilitando su estructura hasta concluir en la cesación de pagos.
A la disolución de la privatizada Agua y Energía, que tenía a su cargo el suministro de energía eléctrica en el interior del país, se sumó también la de Autolatina, constituida por las automotrices Ford y Volkswagen que a partir de 1996 decidieron volver a operar en forma individual. En 1989 las ventas conjuntas de ambas empresas, no distorsionadas por el proceso inflacionario, ascendían a US$ 524,6 millones, mientras si se suman las realizadas por Ford y VW en 1998, se llega a un total de $ 3.115 millones (casi cinco veces más), cifra que da una idea bastante aproximada del auge del sector automotor en los últimos años.
Elma (Empresa Línea Marítimas Argentinas) y Ferrocarriles también dejaron de existir, aunque la primera no por privatización sino simplemente por desguace. Las principales unidades que formaban su flota fueron vendidas y las de mayor antigüedad colocadas como chatarra.
La privatización de Obras Sanitarias (hoy Aguas Argentinas) también contribuyó a incrementar fuertemente los ingresos de la empresa, que de los US$ 208,2 millones de 1989 pasaron diez años después a $ 436,7 millones, producto de una mejor administración y de la ampliación del servicio.
Los nuevos líderes
Tras la compra de YPF por parte de la española Repsol, el ranking de MERCADO será encabezado, por primera vez, por una compañía de capital extranjero. Aunque, tras su privatización, algo más de 45% del capital de YPF se negociaba en la Bolsa de Nueva York, se la seguía considerando una empresa de capitales privados nacionales porque todo el management era local y la porción de capital que estaba fuera del país se encontraba muy atomizada. Por lo tanto, no había un grupo predominante externo que ejerciera el poder de decisión.
Con 97% del capital, Repsol posee, en cambio, el control absoluto de la empresa, y también dispone de la mayoría accionaria de Astra. Entre ambas compañías concretaron durante el ejercicio pasado ventas por $ 6.218 millones, una cifra que le otorga a Repsol el liderazgo absoluto en el país, superando por amplio margen a su inmediata escolta, la Organización Techint, que sumó negocios por $ 3.725,4 millones.
Es muy probable, además, que cuando se conozcan las cifras definitivas de los balances cerrados este año, la diferencia a favor del grupo español se acentúe notablemente, debido a la recuperación que desde marzo registró el precio del petróleo, tras haber retrocedido durante 1998 a los niveles más bajos de las últimas décadas.
La repercusión de la caída en el desenvolvimiento de YPF se reflejó en la evolución de sus ventas, que en el ejercicio cerrado en 1998 descendieron a $ 5.500 millones frente a los $ 6.144 millones de 1997.
Todo indica que la facturación del actual ejercicio superará los $ 6.100 millones, que sumados a las ventas de Astra (estimadas en $ 900 millones) llevarían a una cifra conjunta cercana a $ 7.000 millones.
Las ventas del grupo Techint, en cambio, no registrarían progresos de importancia. La mayoría de sus empresas debieron hacer frente a la difícil situación provocada por la recesión local. En cuanto a Siderca, proveedora de caños de acero sin costura para la industria petrolera, cerró su ejercicio anual el 31 de marzo, de modo que la recuperación del sector sólo se reflejará en sus cifras del próximo balance.
Arriba y abajo
Tras las compras de Tía y Freddo, el Exxel Group desplazará del tercer puesto del ranking de los principales grupos empresarios del país a Telefónica de Argentina. Descontando la venta de la Empresa de Distribución Eléctrica Regional, de la que el Exxel se desprendió en febrero, la cifra actualizada de las ventas totales del Exxel Group se elevaría a $ 3.741 millones, lo que le permitiría situarse por encima de los $ 3.434,6 millones de Telefónica y los $ 3.173 millones de Telecom.
Entre los restantes integrantes del club de grandes compañías (cada una factura más de $ 1.000 millones anuales) se destaca el retroceso de Socma (el holding de los Macri), que acaba de vender la fábrica de galletitas Canale a Terrabusi, controlada a su vez por Nabisco. En abril, Macri decidió, además, fusionar Itron con el área de Soluciones y Servicios Informáticos de Siemens, con lo que se constituyó la empresa Siemens Itron Business Services (SIBS), controlada por el grupo alemán. Con estos cambios, las ventas consolidadas de Socma bajarán de $ 1.704,3 a $ 1.102,9 millones.
Un club extranjero
Después de estos cambios estratégicos, las ventas consolidadas de los 25 principales grupos empresarios del país sumarían $ 49.867,3 millones, de los cuales apenas una cuarta parte ($ 12.626,6 millones) corresponderá a compañías nacionales: Techint, Clarín, Pérez Companc, Coto, Arcor, Molinos, Asociación de Cooperativas Argentinas y Socma. Y sólo uno de esos conglomerados (Lotería Nacional) permanece dentro de la órbita estatal, donde posiblemente continuará a través del tiempo, debido a que, por el carácter especial de su actividad, y cualquiera sea el signo político del nuevo gobierno, difícilmente se decida su privatización.
Lo cierto es que 72,3% de las ventas de los 25 principales grupos empresarios del país es generado por compañías que responden a directivas del exterior, independientemente de la nacionalidad de su tren gerencial.
Si se toman en cuenta solamente los diez principales grupos, la gravitación de las empresas nacionales se reduce a solamente dos: Techint y Clarín, con ventas por $ 5.494,4 millones (lo que equivale a 18,6% de los $ 29.491,2 millones que suman las facturaciones acumuladas de las top ten).
Publicado en MERCADO en Noviembre de 1999
Las extranjeras van ganando dos a uno
(Lo que revelan los rankings de MERCADO)
La nómina de las 500 mayores empresas del país se reparte parejamente entre locales y foráneas. Pero, si se miran las cifras de facturación, las nacionales se llevan sólo 35%. Lo que indica que su presencia es más dominante en los escalones más bajos del ranking. Hay rubros donde no aparecen compañías líderes locales: limpieza y cosméticos, automotores y autopartes, equipos electrónicos y de comunicaciones.
En otros, como el petróleo, las telecomunicaciones, la petroquímica, la electricidad y el gas, la gravitación de las extranjeras supera 80%. La siderurgia y los frigoríficos se encuentran entre los escasos sectores donde los principales operadores son argentinos.
Tras la compra de YPF por parte de la española Repsol, el líder absoluto del próximo ranking de MERCADO será, por primera vez, una compañía de capital extranjero. Entre los diez principales grupos empresarios, sólo dos son argentinos: Techint y Clarín, con ventas que equivalen a 18,6% de las facturaciones acumuladas por las top ten.
La nómina de las 500 primeras compañías del tradicional ranking de las empresas que más venden en la Argentina, elaborado cada año por MERCADO, sirvió de base para esta investigación destinada a evaluar la evolución y los resultados del proceso de acelerado ingreso de capitales extranjeros al país.
Si se toman las cifras más recientes (extraídas de los balances cerrados en 1998), sobre una facturación total de $ 131.911,4 millones de las 500 compañías seleccionadas, apenas $ 46.316,5 millones (35,1%) corresponden a empresas argentinas, mientras las ventas de las extranjeras ascienden a $ 84.066,5 millones (63,7% del total). El sector público está presente con 0,9%: los $ 1.200 millones de la Lotería Nacional, la única empresa que aún continúa dentro del control del Estado. Una porción aún más pequeña ($ 328,4 millones) proviene de las empresas en las que el control está compartido entre una compañía extranjera y otra local. Este es el caso de Pecom Agra (Perez Companc y Conagra de Estados Unidos) y Gasnor (José Cartellone Construcciones Civiles y Cía. Consumidores de Gas de Santiago, Chile).
Si se considera la cantidad de empresas (y no su volumen de ventas), la gravitación de las nacionales en el ranking es más significativa: 47,6%, lo que refleja la mayor participación de las empresas locales en los niveles inferiores de facturación.
Si se toma la franja que va desde el puesto 301º hasta el 400º (ventas entre $ 75 y $ 90 millones anuales), la gravitación de las locales es superior: 50,9%. Y en los últimos puestos (ventas de $ 56 a $ 75 millones) se acentúa la presencia de las nacionales: 67,8%.
Los escenarios del desembarco
Los cuadros sectoriales brindan una imagen más precisa acerca del rumbo que han seguido las inversiones foráneas. Entre las 20 principales compañías del sector petrolero, la gravitación de las extranjeras alcanza a 84,6%. Y si se toma en cuenta la reciente compra de Petrolera San Jorge por la estadounidense Chevron, el índice se eleva a 86,6%.
En los rubros de limpieza y cosméticos, automotores y autopartes y equipos electrónicos y de comunicaciones, el predominio extranjero es total: no hay ninguna empresa entre las líderes de cada una de esas actividades cuyo capital se encuentre en manos de empresarios nacionales.
En telecomunicaciones, la participación extranjera alcanza a 92,9%. En química y petroquímica, llega a 88,8%, y en producción y distribución de electricidad a 89,6%. En la distribución de gas se eleva a 91,9%.
Otros sectores relevantes, en cambio, exhiben una mayor presencia argentina entre sus empresas líderes. En la industria siderúrgica, liderada por el grupo Techint, los principales operadores son de capital nacional, y lo mismo puede decirse de los frigoríficos.
En el rubro de la producción láctea, la participación extranjera es muy limitada: apenas 11%, proveniente de Parmalat y su subsidiaria Unión Gandarense.
En el comercio minorista, dominado por los hiper y supermercados, las empresas extranjeras participan con 76,3%. Entre las nacionales, las cadenas más representativas son Coto ($ 1.223,1 millones) e Importadora y Exportadora de la Patagonia ($ 424,7 millones) que en los últimos años registró una fuerte expansión debido a la incorporación de capitales destinados a abrir nuevas bocas de expendio en el sur del país.
Las novedades del ´99
Aunque este año no fue especialmente pródigo en materia de transferencias de paquetes accionarios, hubo algunas operaciones que tendrán fuerte repercusión en los sectores donde desarrollan sus actividades las empresas involucradas.
Uno de los casos más resonantes fue la compra de la embotelladora Baesa (Pepsi Cola) por parte del holding local de la familia Bemberg.
Las tribulaciones financieras del grupo Soldati lo llevaron a desprenderse de dos de sus empresas controladas: la comercializadora de agroquímicos Agar Cross, transferida al grupo Du Pont, y Comercial del Plata Construcciones que ahora pertenece íntegramente a la mexicana Constructoras ICA.
El grupo Garovaglio y Zorraquín, por su parte, puso cartel de venta a su subsidiaria Repexim, adquirida por Ampacet, de Estados Unidos. Otra de sus empresas, la curtiembre Grumbaun, Rico, terminó en manos de United States Leather.
A fines de septiembre parecía haberse encontrado un principio de solución para la situación de Alpargatas, que después de arduas negociaciones durante los dos últimos años, pasará a ser controlada por los bancos acreedores, que al capitalizar sus préstamos disminuirán a niveles mínimos la gravitación del anterior capital. En consecuencia, la compañía se incorporará a las filas de las empresas de capital extranjero.
En contra de la corriente dominante, este año se registraron dos renacionalizaciones. Una fue la de la bodega Santa Ana, adquirida por Peñaflor al grupo chileno Santa Carolina, liderado en ese país por el empresario Fernando Larrain Peña. En el otro caso, grupo de empresarios locales compró Ceteco (Ventura), en medio de las serias dificultades financieras que atraviesa la casa matriz de la subsidiaria local.
Metodología
Cuando se encara una investigación de este tipo, es preciso determinar previamente el criterio para encuadrar a una empresa dentro de la categoría de nacional o extranjera.
Algunos analistas consideran que, si el management es totalmente local, la compañía debe ser considerada nacional, aunque la mayoría del capital se encuentre en manos de inversores o empresarios del exterior.
De una consulta realizada por MERCADO entre diversos especialistas del medio, surge que el criterio más aceptado es tomar como referencia el lugar donde reside la empresa o el inversor que disponga de la mayoría del capital, al margen del management que, según se encargan de recordar los partidarios de este argumento, siempre debe rendir cuenta a los titulares del capital.
Para la elaboración de este trabajo, se consideró como empresa de capital extranjero a aquella cuyos accionistas mayoritarios residen en el exterior, o cuya casa matriz se encuentra fuera del país.
Se tomaron como excepciones los casos de Molinos y Quilmes. La ex empresa del grupo Bunge y Born fue adquirida por un fondo con sede en el exterior, pero de propiedad de la familia Pérez Companc, que reside en la Argentina. Se considera, por lo tanto, que el poder de decisión se encuentra en el país.
El caso de Quilmes es bastante similar: formalmente, la mayoría del capital pertenece a una empresa extranjera, pero el grupo controlante de ese holding (la familia Bemberg) es de nacionalidad argentina y tiene residencia en el país.
Las empresas adquiridas a través de un fondo común de inversión cerrado radicado en Estados Unidos (como The Exxel Group) son consideradas de capital extranjero, aunque entre los cuotapartistas del fondo pueda haber residentes argentinos y el management de las firmas sea íntegramente local.
Para elaborar la nómina principal, las empresas fueron analizadas en forma individual, al margen del grupo al que pertenecen. Se adoptó este criterio para brindar un panorama de la real gravitación de las empresas en cada uno de los sectores en los que desarrollan sus actividades, ya que algunos grupos están diversificados en rubros muy diversos.
La gravitación de los distintos grupos empresarios se muestra por separado.
La última década
Un ejercicio aún más interesante es el de comparar las primeras cien posiciones del ranking de MERCADO de 1989 con la última versión.
El cambio más destacado, sin dudas, es la acelerada desaparición de las empresas estatales, que de una participación de 33,9% quedaron reducidas a apenas 1,4% (correspondiente a Lotería Nacional).
También fue acelerada la disminución de la participación de las empresas de capital privado nacional entre las top 100: pasaron de 36,5% a 28,3%. Las de capital extranjero, especialmente después de las privatizaciones, aumentaron su gravitación a 70,3%.
Para evitar las distorsiones que provocaba la hiperinflación en el año tomado como referencia, todas las cifras fueron ajustadas a valores de diciembre de 1989 y a partir de ahí se realizó la conversión a dólares, computando para el cambio la paridad de 16,32 australes por dólar vigente entonces.
De este modo, todas las cifras tienen un elevado grado de homogeneidad, aunque no deja de resultar sorprendente la escasa representatividad (comparada con los valores actuales de sus sucesoras) que en aquella ocasión tenían las compañías controladas por el Estado. El gobierno no brindaba información oficial sobre las ventas de las empresas públicas por carecer de cifras reales, debido al descalabro que provocaba en su contabilidad el intenso ritmo inflacionario. Por lo tanto, las cifras se obtenían en forma extraoficial y es muy probable que en la mayoría de los casos no estuvieran actualizadas con la inflación y respondieran a simples anotaciones contables sobre la base de precios históricos.
Esta sería una de las explicaciones más razonables acerca de la enorme diferencia que surge de comparar las cifras de aquella época con las que exhiben las empresas surgidas después de las privatizaciones.
El caso más llamativo es el de la ex Entel, que en 1989 exhibía una facturación de sólo US$ 195,3 millones, mientras las dos compañías telefónicas en que se dividió la empresa sumaron, en sus balances de 1998, ventas conjuntas por $ 6.607,6 millones.
Los que ya no están
Entre las empresas que desaparecieron se destaca Somisa, adquirida por el grupo Techint, cuyas ventas se reflejan en su subsidiaria Siderar.
La Cooperativa El Hogar Obrero es otra de las que cayeron bajo el peso de una abultada carga financiera, que progresivamente fue debilitando su estructura hasta concluir en la cesación de pagos.
A la disolución de la privatizada Agua y Energía, que tenía a su cargo el suministro de energía eléctrica en el interior del país, se sumó también la de Autolatina, constituida por las automotrices Ford y Volkswagen que a partir de 1996 decidieron volver a operar en forma individual. En 1989 las ventas conjuntas de ambas empresas, no distorsionadas por el proceso inflacionario, ascendían a US$ 524,6 millones, mientras si se suman las realizadas por Ford y VW en 1998, se llega a un total de $ 3.115 millones (casi cinco veces más), cifra que da una idea bastante aproximada del auge del sector automotor en los últimos años.
Elma (Empresa Línea Marítimas Argentinas) y Ferrocarriles también dejaron de existir, aunque la primera no por privatización sino simplemente por desguace. Las principales unidades que formaban su flota fueron vendidas y las de mayor antigüedad colocadas como chatarra.
La privatización de Obras Sanitarias (hoy Aguas Argentinas) también contribuyó a incrementar fuertemente los ingresos de la empresa, que de los US$ 208,2 millones de 1989 pasaron diez años después a $ 436,7 millones, producto de una mejor administración y de la ampliación del servicio.
Los nuevos líderes
Tras la compra de YPF por parte de la española Repsol, el ranking de MERCADO será encabezado, por primera vez, por una compañía de capital extranjero. Aunque, tras su privatización, algo más de 45% del capital de YPF se negociaba en la Bolsa de Nueva York, se la seguía considerando una empresa de capitales privados nacionales porque todo el management era local y la porción de capital que estaba fuera del país se encontraba muy atomizada. Por lo tanto, no había un grupo predominante externo que ejerciera el poder de decisión.
Con 97% del capital, Repsol posee, en cambio, el control absoluto de la empresa, y también dispone de la mayoría accionaria de Astra. Entre ambas compañías concretaron durante el ejercicio pasado ventas por $ 6.218 millones, una cifra que le otorga a Repsol el liderazgo absoluto en el país, superando por amplio margen a su inmediata escolta, la Organización Techint, que sumó negocios por $ 3.725,4 millones.
Es muy probable, además, que cuando se conozcan las cifras definitivas de los balances cerrados este año, la diferencia a favor del grupo español se acentúe notablemente, debido a la recuperación que desde marzo registró el precio del petróleo, tras haber retrocedido durante 1998 a los niveles más bajos de las últimas décadas.
La repercusión de la caída en el desenvolvimiento de YPF se reflejó en la evolución de sus ventas, que en el ejercicio cerrado en 1998 descendieron a $ 5.500 millones frente a los $ 6.144 millones de 1997.
Todo indica que la facturación del actual ejercicio superará los $ 6.100 millones, que sumados a las ventas de Astra (estimadas en $ 900 millones) llevarían a una cifra conjunta cercana a $ 7.000 millones.
Las ventas del grupo Techint, en cambio, no registrarían progresos de importancia. La mayoría de sus empresas debieron hacer frente a la difícil situación provocada por la recesión local. En cuanto a Siderca, proveedora de caños de acero sin costura para la industria petrolera, cerró su ejercicio anual el 31 de marzo, de modo que la recuperación del sector sólo se reflejará en sus cifras del próximo balance.
Arriba y abajo
Tras las compras de Tía y Freddo, el Exxel Group desplazará del tercer puesto del ranking de los principales grupos empresarios del país a Telefónica de Argentina. Descontando la venta de la Empresa de Distribución Eléctrica Regional, de la que el Exxel se desprendió en febrero, la cifra actualizada de las ventas totales del Exxel Group se elevaría a $ 3.741 millones, lo que le permitiría situarse por encima de los $ 3.434,6 millones de Telefónica y los $ 3.173 millones de Telecom.
Entre los restantes integrantes del club de grandes compañías (cada una factura más de $ 1.000 millones anuales) se destaca el retroceso de Socma (el holding de los Macri), que acaba de vender la fábrica de galletitas Canale a Terrabusi, controlada a su vez por Nabisco. En abril, Macri decidió, además, fusionar Itron con el área de Soluciones y Servicios Informáticos de Siemens, con lo que se constituyó la empresa Siemens Itron Business Services (SIBS), controlada por el grupo alemán. Con estos cambios, las ventas consolidadas de Socma bajarán de $ 1.704,3 a $ 1.102,9 millones.
Un club extranjero
Después de estos cambios estratégicos, las ventas consolidadas de los 25 principales grupos empresarios del país sumarían $ 49.867,3 millones, de los cuales apenas una cuarta parte ($ 12.626,6 millones) corresponderá a compañías nacionales: Techint, Clarín, Pérez Companc, Coto, Arcor, Molinos, Asociación de Cooperativas Argentinas y Socma. Y sólo uno de esos conglomerados (Lotería Nacional) permanece dentro de la órbita estatal, donde posiblemente continuará a través del tiempo, debido a que, por el carácter especial de su actividad, y cualquiera sea el signo político del nuevo gobierno, difícilmente se decida su privatización.
Lo cierto es que 72,3% de las ventas de los 25 principales grupos empresarios del país es generado por compañías que responden a directivas del exterior, independientemente de la nacionalidad de su tren gerencial.
Si se toman en cuenta solamente los diez principales grupos, la gravitación de las empresas nacionales se reduce a solamente dos: Techint y Clarín, con ventas por $ 5.494,4 millones (lo que equivale a 18,6% de los $ 29.491,2 millones que suman las facturaciones acumuladas de las top ten).
Publicado en MERCADO en Noviembre de 1999