Menos clics en los avisos de Google, pero aun no se sabe si eso es buena o mala noticia

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En noviembre del año pasado las acciones de Google llegaron a valer US$ 742 cada una. Hoy en Wall Street se las calcula a 40% menos. ¿Qué pasó?

En parte pasó que el mercado de valores esta convertido en un pantano,
pero en parte – tal vez la parte más importante para algunos inversores
– ocurre que tal vez Google, con nueve años cumplidos, tal vez haya iniciado
su descenso.

Los temores comenzaron cuando comScore, una firma de investigación,
informó a fines de febrero que los “clics pagos” de Google
se habían reducido 7% en enero y se encontraban en el mismo nivel que
el año pasado. O sea, que los navegantes que buscaban en la web a través
de Google , o que visitaban páginas que pertenecen a la red publicitaria
de Google, cliqueaban algo menos frecuentemente en los pequeños avisos
de texto que Google pone en esas páginas.

Como suele ocurrir en el nebuloso negocio de la publicidad online, el diablo
se esconde en algún lugar debajo de los número, probablemente
planeando alguna travesura. La primera posibilidad es que los usuarios haban
menos búsquedas, lo que ocasionaría menos páginas de resultados,
menos avisos y menos clicks.
Pero esa no es la explicación. Según una investigación
de The Economist, las búsquedas en Google crecieron en enero y bajaron
un poquito en febrero. Además, la participación de Google en el
mercado de las búsquedas también sigue creciendo, por lo tanto
la relación entre búsquedas y clics pagos cayó más
rápido que el número de clics pagos: 16% en el mes de enero.

Posible, aunque poco probable, es que la caída en publicidad haya sido
causada por los temores de crisis y de recesión entre los consumidores
estadounidenses. Según comScore, la explicación más probable
es que la culpa la tiene Google cuando -aunque parezca paradójico – aumenta
la calidad de los avisos. Eso lo hace de dos formas. Primero, ofrece menos avisos
en cada página de resultados, y a veces ninguno. Eso reduce la saturación
visual y agrada a los usuarios y a los anunciantes que le quedan. Segunto, Google
parece estar tratando de sacarse de encima a los anunciantes que ofertan bajo
en las subastas que realiza para anunciar “slots” ligados a determinadas
palabras clave. Una oferta baja indica que el anunciante no espera que los avisos
generen demasiados negocios. Con menos espacio dedicado a avisos, y sólo
con anunciantes que ofertan alto, hay menos avisos donde poder cliquear.

La lógica diría, sin embargo, que si hay menos avisos en la página
y, por lo tanto, son más visibles, esos pocos avisos necesariamente van
a ser más relevantes. Tal vez no. Desde el punto de vista de Google,
un sistema perfecto resultaría en que cada aviso va a ser cliqueado cada
vez y que cada clic resultaría en una venta para el anunciante. Para
Google, muchos cliqueos sin compras subsiguientes significa que sus avisos no
son muy buenos.

De modo que si la caída en cliqueos pagos resulta que coincide con más
ventas reales, el ingreso de Google por cada clic individual debería
dispararse, porque los anunciantes deberían estar dispuestos a pagar
más. Eso, a su vez, podría significar que el crecimiento de ingresos
agregados podría igualmente ser sólido. O sea, eso fue lo que
impulsó los ingresos el año pasado: crecieron 56% sobre las espaldas
de un aumento de 21%en el ingreso por cliqueo pago. Como Google no revela sus
ingresos por clic, Wall Street no sabrá, cuando Google publique su informe
sobre el primer trimestre. Hasta entonces, el caso de los misteriosos clics
faltantes sigue sin resolverse.

En parte pasó que el mercado de valores esta convertido en un pantano,
pero en parte – tal vez la parte más importante para algunos inversores
– ocurre que tal vez Google, con nueve años cumplidos, tal vez haya iniciado
su descenso.

Los temores comenzaron cuando comScore, una firma de investigación,
informó a fines de febrero que los “clics pagos” de Google
se habían reducido 7% en enero y se encontraban en el mismo nivel que
el año pasado. O sea, que los navegantes que buscaban en la web a través
de Google , o que visitaban páginas que pertenecen a la red publicitaria
de Google, cliqueaban algo menos frecuentemente en los pequeños avisos
de texto que Google pone en esas páginas.

Como suele ocurrir en el nebuloso negocio de la publicidad online, el diablo
se esconde en algún lugar debajo de los número, probablemente
planeando alguna travesura. La primera posibilidad es que los usuarios haban
menos búsquedas, lo que ocasionaría menos páginas de resultados,
menos avisos y menos clicks.
Pero esa no es la explicación. Según una investigación
de The Economist, las búsquedas en Google crecieron en enero y bajaron
un poquito en febrero. Además, la participación de Google en el
mercado de las búsquedas también sigue creciendo, por lo tanto
la relación entre búsquedas y clics pagos cayó más
rápido que el número de clics pagos: 16% en el mes de enero.

Posible, aunque poco probable, es que la caída en publicidad haya sido
causada por los temores de crisis y de recesión entre los consumidores
estadounidenses. Según comScore, la explicación más probable
es que la culpa la tiene Google cuando -aunque parezca paradójico – aumenta
la calidad de los avisos. Eso lo hace de dos formas. Primero, ofrece menos avisos
en cada página de resultados, y a veces ninguno. Eso reduce la saturación
visual y agrada a los usuarios y a los anunciantes que le quedan. Segunto, Google
parece estar tratando de sacarse de encima a los anunciantes que ofertan bajo
en las subastas que realiza para anunciar “slots” ligados a determinadas
palabras clave. Una oferta baja indica que el anunciante no espera que los avisos
generen demasiados negocios. Con menos espacio dedicado a avisos, y sólo
con anunciantes que ofertan alto, hay menos avisos donde poder cliquear.

La lógica diría, sin embargo, que si hay menos avisos en la página
y, por lo tanto, son más visibles, esos pocos avisos necesariamente van
a ser más relevantes. Tal vez no. Desde el punto de vista de Google,
un sistema perfecto resultaría en que cada aviso va a ser cliqueado cada
vez y que cada clic resultaría en una venta para el anunciante. Para
Google, muchos cliqueos sin compras subsiguientes significa que sus avisos no
son muy buenos.

De modo que si la caída en cliqueos pagos resulta que coincide con más
ventas reales, el ingreso de Google por cada clic individual debería
dispararse, porque los anunciantes deberían estar dispuestos a pagar
más. Eso, a su vez, podría significar que el crecimiento de ingresos
agregados podría igualmente ser sólido. O sea, eso fue lo que
impulsó los ingresos el año pasado: crecieron 56% sobre las espaldas
de un aumento de 21%en el ingreso por cliqueo pago. Como Google no revela sus
ingresos por clic, Wall Street no sabrá, cuando Google publique su informe
sobre el primer trimestre. Hasta entonces, el caso de los misteriosos clics
faltantes sigue sin resolverse.

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