<p><em>¿Qué decisiones tomaría yo con respecto al personal si tuviera que quedarme tres años más?<br />
</em>Todos los CEO conocen muy bien al personal de sus organizaciones, especialmente al del equipo de liderazgo. Siempre están tratando de mejorarlo y de introducir cambios. Nada es más fácil que hacer esos cambios — decisiones difíciles – que al final de un mandato, con la excusa de dejar al nuevo CEO en libertad de acción para formar su equipo. <br />
<br />
<em>¿Qué me gustaría haber entendido mejor cuando comencé con este cargo?<br />
</em>Si el nuevo CEO viene de afuera de la compañía o del negocio, tendrá una perspectiva fresca. Esa es por lo general la idea de nombrar a alguien de afuera. Pero en esta situación, quien se va debería explicarle el negocio. Cuáles son los consejos más importantes y que nadie más sabe. Esos conocimientos casi nunca afloran en los programas de “integración” del nuevo CEO, que en la práctica son fundamentalmente ceremoniales. <br />
<br />
<em>¿Cuál es mi plan para los últimos 100 días?<br />
</em>Contestar preguntas como las de arriba pueden ayudar al CEO saliente a fijar una lista de prioridades para sus últimos 100 días.</p>
<p>Los expertos contrastan los primeros 100 días de un CEO – que la literatura empresarial suele analizar minuciosamente – con los últimos 100, que son completamente ignorados. En un ensayo que titulan “<em>The CEO’s Last 100 Days</em>” recomiendan a los CEO salientes que sigan trabajando y haciendo bien las cosas hasta el último día de su mandato. Eso dejará a la compañía en las mejores condiciones posibles y contribuirá a dejar un mejor legado a la compañía. Ese legado, dicen los autores, no comienza a hacerse evidente hasta pasados los dos primeros años de la partida del CEO, y es mucho más satisfactorio ser recordado por tomar decisiones duras, aunque impopulares, que resulten valiosas en el futuro que irse tomando medidas que a poco desaparecen. <br />
<br />
Como en la mayoría de los casos los CEO saben que se van, por lo menos tres o cuatro meses antes – entre el anuncio de la partida y la fecha fijada para la asunción del nuevo CEO mucha gente opta por dar un paso atrás y evitar tomar grandes decisiones. Los autores dicen que si bien este instinto es entendible, es mucho mejor planear la salida. Cada individuo debe encontrar su estilo de transición según su personalidad y la cultura de la organización. Sugieren, sin embargo, una serie de preguntas que la persona saliente debería hacerse a sí misma y las respuestas permiten crear una lista de medidas cruciales para completar los últimos días en una empresa.<br />
<br />
<em>Si yo tuviera tres o más años por delante, ¿haría grandes cambios organizacionales? <br />
</em>Quien ha actuado de CEO sabe de las fortalezas y debilidades de la organización y de los cambios que hacen falta. Si no actúa ahora, podrían pasar otros dos años hasta que el Nuevo esté en condiciones de hacerlos. Esa demora podría resultarle cara a la compañía.<br />
</p>