La filial de consultoría de ComputerSciences (CSC)contrató a 286 nuevos graduados universitarios este año tres veces más que hace seis años. Pero ahora, al igual que otras firmas, está descubriendo el aspecto negativo de tener un número relativamente alto de novatos surgidos de un ambiente en el que la etiqueta era más bien elemental. Por eso es cada vez mayor el número de empleados jóvenes que son enviados por sus empresas a aprender buenos modales. Para eso recurren a escuelas especializadas o a expertos en protocolo que dan cursos intensivos in company.
El problema es social, afirman los expertos en etiqueta. “Toda la educación que antes dependía de las familias, ya no se hace”, afirma Susan BixIer, fundadora de la firma de etiqueta Professional Image. Brody Communications, firma de comunicaciones y etiqueta, ha trabajado para las firmas de consultoría Watson Wyatt Worldwide, y Aon Consulting.
Según Brody, las solicitudes de capacitación de jóvenes empleados han subido casi un 50% en el último año. En CSC, en Atlanta, los consultores novatos deben incorporar, en sólo una sesión de media jornada, los buenos modales que no aprendieron en 20 años. El curso, impartido por Marjorie Brody, fundadora de Brody Communications, se parece a un sermón. Brody comienza por hacer relatos de etiqueta tomados de la vida real: un joven que comenzó a cortarse las uñas en medio de una reunión, o un tipo que se rascó la esppalda con un tenedor mientras almorzaba con un cliente. “Espero que al escuchar estos cuentos se les prenda la lamparita y piensen: ´Están hablando de mí´ dice Brody en la clase.
Luego la profesora pasa a terrenos más personales. Los nuevos empleados de CSC ya han pasado por ocho semanas de orientación empresarial y capacitación. “¿Alguien se ha tomado la molestia”, pregunta, “ de escribir una nota de agradecimiento a los organizadores del programa?”.
Sobre “dar la mano” Brody explica que el apretón de manos que considera correcto es el que extiende la mano firmemente en un ángulo ligeramente inclinado.
La filial de consultoría de ComputerSciences (CSC)contrató a 286 nuevos graduados universitarios este año tres veces más que hace seis años. Pero ahora, al igual que otras firmas, está descubriendo el aspecto negativo de tener un número relativamente alto de novatos surgidos de un ambiente en el que la etiqueta era más bien elemental. Por eso es cada vez mayor el número de empleados jóvenes que son enviados por sus empresas a aprender buenos modales. Para eso recurren a escuelas especializadas o a expertos en protocolo que dan cursos intensivos in company.
El problema es social, afirman los expertos en etiqueta. “Toda la educación que antes dependía de las familias, ya no se hace”, afirma Susan BixIer, fundadora de la firma de etiqueta Professional Image. Brody Communications, firma de comunicaciones y etiqueta, ha trabajado para las firmas de consultoría Watson Wyatt Worldwide, y Aon Consulting.
Según Brody, las solicitudes de capacitación de jóvenes empleados han subido casi un 50% en el último año. En CSC, en Atlanta, los consultores novatos deben incorporar, en sólo una sesión de media jornada, los buenos modales que no aprendieron en 20 años. El curso, impartido por Marjorie Brody, fundadora de Brody Communications, se parece a un sermón. Brody comienza por hacer relatos de etiqueta tomados de la vida real: un joven que comenzó a cortarse las uñas en medio de una reunión, o un tipo que se rascó la esppalda con un tenedor mientras almorzaba con un cliente. “Espero que al escuchar estos cuentos se les prenda la lamparita y piensen: ´Están hablando de mí´ dice Brody en la clase.
Luego la profesora pasa a terrenos más personales. Los nuevos empleados de CSC ya han pasado por ocho semanas de orientación empresarial y capacitación. “¿Alguien se ha tomado la molestia”, pregunta, “ de escribir una nota de agradecimiento a los organizadores del programa?”.
Sobre “dar la mano” Brody explica que el apretón de manos que considera correcto es el que extiende la mano firmemente en un ángulo ligeramente inclinado.