“Antes, lo que decidía el éxito de una empresa eran sus activos físicos. Pronto van a ser sus activos virtuales”. Esa es la premisa básica de “Business in a Virtual World. Exploiting information for competitive advantage”, una obra escrita por la consultora Fiona Czerniawska.
Desde ese punto de vista, los activos virtuales, el conocimiento y la información transformarán la manera de encarar los negocios. No habrá empresa ni organización que pueda evitar los impresionantes efectos que la revolución informática causará sobre el modo de operación de empresas, mercados y economías. Estimuladas por los cambios tecnológicos, tanto la “economía virtual” como la “empresa virtual” se convierten cada vez más en una realidad.
Hoy, dicen Czerniawska y Potter, nos preocupa más cómo usar la tecnología de la computación que cómo explotar la información que contiene. En el futuro, a medida que las empresas se concentren más en la información y el conocimiento, irá ocurriendo lo siguiente:
· Con la desregulación y la desaparición de obstáculos para acceder a los mercados, se producirá la convergencia de industrias y empresas.
· Nacerán muchas nuevas pequeñas empresas, que usarán la información para competir en igualdad de condiciones con las multinacionales a gran escala y venderán productos específica y directamente adaptados para sus clientes a un precio muy bajo.
· Las organizaciones cesarán de proteger su independencia, creando redes y alianzas cada vez más grandes para explotar el potencial de la sinergia basada en la información.
· La información y el conocimiento, más que los productos y los mercados, serán la médula de la competencia.
La ley de rendimientos crecientes
Czerniawska y Potter usan el concepto de rendimientos crecientes para explicar cómo y por qué un negocio virtual es capaz de superar en desempeño a un negocio físico convencional. La ley de rendimientos decrecientes, desarrollada durante el siglo XIX, se aplica al mundo físico de la producción, mientras el nuevo concepto, que dice que es posible lograr rendimientos crecientes, se aplica con precisión a los aspectos de información virtual de un negocio.
Explicado de la manera más simple, la ley de los rendimientos decrecientes dice que la duplicación de los insumos en un proceso físico no duplica la producción. Ahora bien, en muchos productos y procesos basados en la información, una vez cubierto el costo del primer producto, se puede producir una cantidad ilimitada de productos adicionales a un costo marginal, que con frecuencia es casi cero. Mientras más virtual y basado en la información sea un negocio, con más facilidad podrá volcarse hacia los rendimientos crecientes.
Los autores evalúan el papel de la información con respecto a los tres criterios del economista Brian Arthur para lograr rendimientos crecientes.
· Elevados costos de instalación. Las empresas al principio deben hacer fuertes inversiones en sistemas de computación para rastrear y almacenar información sobre sus productos, operaciones, ventas, costos y clientes. El uso posterior de esta información es relativamente barato.
· Efectos de red. Al formar vínculos con otras empresas se pueden crear ambientes donde todas las partes ganan. Al complementar las fortalezas de una empresa con las de otra, y al no tratar de hacer todo todas, una firma puede reducir costos y evitar que la competencia haga alianzas estratégicas con jugadores claves del mercado.
· Retención de clientes. Aparte de los clientes nuevos que se ganen, los rendimientos crecientes dependen de que se los mantenga. Para ello, se deben establecer patrones que deben ser suscritos por los clientes y otras empresas, creando masas críticas sobre las cuales los clientes se hacen dependientes.
Es más probable que una empresa virtual, basada en la información, disfrute de rendimientos crecientes que una convencional. Cuesta recopilar información, pero su uso es barato; no es un recurso finito, es apenas un medio para vincular empresas y clientes, y asegura que una empresa se pueda reinventar casi de manera instantánea. Sin embargo, destacan los autores, todas las empresas tienen partes físicas y virtuales, de modo que cualquier organización puede tomar los aspectos virtuales de su negocio y aprovecharlos para beneficiarse de la ley de rendimientos crecientes.
“La revolución de la información le ofrece a las empresas la oportunidad inigualable de pasarse del mundo físico al virtual; de un mundo de producción en masa y rendimientos decrecientes a uno de customización masiva y rendimientos crecientes, en el que mientras más uno vende, más fácil es aumentar las ventas; y desde un mundo en donde el capital está sujeto a las existencias y el cliente es un extraño a un mundo donde cada producto tiene un cliente, y donde uno puede saber qué es lo que quieren cada uno des sus clientes antes que ellos mismos”.
* Fiona Czerniawska, directora gerente de Arke Ideas Consulting, y Gavin Potter, socio de la consultora PricewaterhouseCoopers, son los autores de Business in a Virtual World: Exploiting information for Competitive advantage.
“Antes, lo que decidía el éxito de una empresa eran sus activos físicos. Pronto van a ser sus activos virtuales”. Esa es la premisa básica de “Business in a Virtual World. Exploiting information for competitive advantage”, una obra escrita por la consultora Fiona Czerniawska.
Desde ese punto de vista, los activos virtuales, el conocimiento y la información transformarán la manera de encarar los negocios. No habrá empresa ni organización que pueda evitar los impresionantes efectos que la revolución informática causará sobre el modo de operación de empresas, mercados y economías. Estimuladas por los cambios tecnológicos, tanto la “economía virtual” como la “empresa virtual” se convierten cada vez más en una realidad.
Hoy, dicen Czerniawska y Potter, nos preocupa más cómo usar la tecnología de la computación que cómo explotar la información que contiene. En el futuro, a medida que las empresas se concentren más en la información y el conocimiento, irá ocurriendo lo siguiente:
· Con la desregulación y la desaparición de obstáculos para acceder a los mercados, se producirá la convergencia de industrias y empresas.
· Nacerán muchas nuevas pequeñas empresas, que usarán la información para competir en igualdad de condiciones con las multinacionales a gran escala y venderán productos específica y directamente adaptados para sus clientes a un precio muy bajo.
· Las organizaciones cesarán de proteger su independencia, creando redes y alianzas cada vez más grandes para explotar el potencial de la sinergia basada en la información.
· La información y el conocimiento, más que los productos y los mercados, serán la médula de la competencia.
La ley de rendimientos crecientes
Czerniawska y Potter usan el concepto de rendimientos crecientes para explicar cómo y por qué un negocio virtual es capaz de superar en desempeño a un negocio físico convencional. La ley de rendimientos decrecientes, desarrollada durante el siglo XIX, se aplica al mundo físico de la producción, mientras el nuevo concepto, que dice que es posible lograr rendimientos crecientes, se aplica con precisión a los aspectos de información virtual de un negocio.
Explicado de la manera más simple, la ley de los rendimientos decrecientes dice que la duplicación de los insumos en un proceso físico no duplica la producción. Ahora bien, en muchos productos y procesos basados en la información, una vez cubierto el costo del primer producto, se puede producir una cantidad ilimitada de productos adicionales a un costo marginal, que con frecuencia es casi cero. Mientras más virtual y basado en la información sea un negocio, con más facilidad podrá volcarse hacia los rendimientos crecientes.
Los autores evalúan el papel de la información con respecto a los tres criterios del economista Brian Arthur para lograr rendimientos crecientes.
· Elevados costos de instalación. Las empresas al principio deben hacer fuertes inversiones en sistemas de computación para rastrear y almacenar información sobre sus productos, operaciones, ventas, costos y clientes. El uso posterior de esta información es relativamente barato.
· Efectos de red. Al formar vínculos con otras empresas se pueden crear ambientes donde todas las partes ganan. Al complementar las fortalezas de una empresa con las de otra, y al no tratar de hacer todo todas, una firma puede reducir costos y evitar que la competencia haga alianzas estratégicas con jugadores claves del mercado.
· Retención de clientes. Aparte de los clientes nuevos que se ganen, los rendimientos crecientes dependen de que se los mantenga. Para ello, se deben establecer patrones que deben ser suscritos por los clientes y otras empresas, creando masas críticas sobre las cuales los clientes se hacen dependientes.
Es más probable que una empresa virtual, basada en la información, disfrute de rendimientos crecientes que una convencional. Cuesta recopilar información, pero su uso es barato; no es un recurso finito, es apenas un medio para vincular empresas y clientes, y asegura que una empresa se pueda reinventar casi de manera instantánea. Sin embargo, destacan los autores, todas las empresas tienen partes físicas y virtuales, de modo que cualquier organización puede tomar los aspectos virtuales de su negocio y aprovecharlos para beneficiarse de la ley de rendimientos crecientes.
“La revolución de la información le ofrece a las empresas la oportunidad inigualable de pasarse del mundo físico al virtual; de un mundo de producción en masa y rendimientos decrecientes a uno de customización masiva y rendimientos crecientes, en el que mientras más uno vende, más fácil es aumentar las ventas; y desde un mundo en donde el capital está sujeto a las existencias y el cliente es un extraño a un mundo donde cada producto tiene un cliente, y donde uno puede saber qué es lo que quieren cada uno des sus clientes antes que ellos mismos”.
* Fiona Czerniawska, directora gerente de Arke Ideas Consulting, y Gavin Potter, socio de la consultora PricewaterhouseCoopers, son los autores de Business in a Virtual World: Exploiting information for Competitive advantage.